Una banda roja nos cruza el alma: “River Plate, en ese nombre de tan dulce vibración, hay un eco que estremece y agiganta el corazón”. El himno musicalizado por Francisco Canaro sonaba y en la pantalla se sucedían fotos de “La Máquina” –Muñoz, Moreno, Labruna, Pedernera y Losteau-, para muchos el mejor equipo de la historia del fútbol argentino; de leyendas como Amadeo Carrizo, Néstor Rossi y Alfredo Di Stefano; de glorias como Norberto Alonso, Ubaldo Fillol y Enzo Francescoli; del plantel que salió campeón de la Copa Libertadores por primera vez en 1986. A la mayoría se le puso la piel de gallina: demasiadas emociones juntas condensadas en un puñado de imágenes.
Para alimentar la épica en la previa del superclásico de este domingo, esa retrospectiva terminó con un video de un momento memorable en el estadio Bernabéu: el gol del Pity Martínez en la consagración de River Campeón de la Copa Libertadores de 2018. Algunos en la tribuna de la sala Borges, en la Biblioteca Nacional, alzaron los brazos al cielo y volvieron a gritar ese gol, como agradeciendo a la vida tantas alegrías compartidas de la mano del Muñeco Gallardo, en el inicio de la presentación de Tu grato nombre (Ediciones Fabro), antología de relatos sobre River compilada por Hugo Barcia y Leonardo Killian. Los compiladores del libro estuvieron acompañados por Hernán Brienza, Hugo Presman y Zuleika Esnal.
“Es imposible explicar a River desde la única mirada de los hinchas de River. Faltaría el drama, el opuesto, estaría ausente sin previo aviso la dialéctica, esa tensión entre dos proyectos que chocan”, plantea Barcia en uno de los prólogos de Tu grato nombre, una antología con textos de reconocidos hinchas de River como Alejandro Dolina, Hugo Soriani, Hernán Brienza, Ignacio Copani, Vicente Muleiro, Ariel Prat, Jorge Búsico, Mariano Abrevaya Dios, Alejandro Stilman y Diego Schurman, entre otros. El libro incluye también relatos de un hincha de Boca como Juan Sasturain, escritor y director de la Biblioteca Nacional, o de San Lorenzo, como Mariano Hamilton, periodista y escritor.
River, el más grande
Killian, uno de los compiladores y autor de “Fundación mítica de la cancha de River”, recordó que hace muchos años que el fútbol es parte de la literatura a través de la narrativa de Osvaldo Soriano y Roberto Fontanarrosa, dos autores que le han dado lustre al “más democrático de los deportes en conjunto”, ponderó este profesor de historia y autor de novelas como La sombra del General y La hermandad del arco. “En el fútbol se democratiza todo, menos la guita de los jugadores”, subrayó Killian.
“Los griegos inventaron el teatro, pero no inventaron el fútbol, y eso tiene sus ventajas y desventajas. Un fútbol platónico no existe; el fútbol es visceral, es sexual, es sanguíneo”, aseguró el periodista Hugo Presman. “Cuando Enzo Pérez o Enzo Fernández le da la pelota en un pase preciso a Quintero y Quintero hace una diagonal perfecta hacia Julián Alvarez, ninguno de ellos sabe que están haciendo un triángulo rectángulo; no saben la fórmula de Pitágoras, que la suma de los cuadrados de los catetos iguala al cuadrado de la hipotenusa; ellos tienen la belleza de practicar la fórmula sin siquiera tenerla en mente en ese momento”, comparó al River de Gallardo con el mundo griego y hasta se animó a reescribir la famosa frase atribuida a Sócrates: “Sólo sé que River es el más grande y al saber que River es el más grande algo sé”.
Presman encontró un elemento que atraviesa a varios textos: la relación entre padres e hijos. “Los que llevamos un club en la sangre queremos que nuestros hijos tengan la misma simpatía que nosotros. Eso atraviesa los relatos de Diego Schurman, por ejemplo en ‘River es mi viejo’, o el de Ignacio Copani, que va por el mismo lado en forma de verso cuando dice: ‘porque un día me llevó mi viejo/ de esa mano que hoy tanto se extraña’”. También destacó el texto de Hugo Soriani, “Libertadores de América”, y leyó un pequeño fragmento: “aquella noche del 86, bajo la lluvia y sin ninguna reja de por medio, enterramos en un abrazo interminable los años de cárcel y las diferencias políticas que siempre nos habían separado”. En otras narraciones aparecen los ecos del dolor más grande: el domingo fatídico del 26 de junio de 2011, cuando River descendió a la Primera B. “River nunca descendió, eso fue una fake news”, ironizó Presman.
La perfección en el fútbol
El periodista, historiador y escritor Hernán Brienza definió el fútbol de River como platónico. “El fútbol de River es jugar bien, gustar y ganar", resumió el autor del relato “Francescoli y Morresi”-. "Yo admiro determinadas conductas épicas de Boca cuando se lleva por delante un resultado con valor; eso River no lo tiene. River tiene el mundo de las ideas perfectas; cuando River juega se parece a la perfección en el fútbol. A los de River no les gusta Bilardo; no nos gusta ganar con un penal mal dado o en el último minuto jugando mal. Hay que jugar estética y también éticamente”.
En esta línea de pensamiento, vinculada a una idea “vanidosamente superior”, Brienza le retrucó a Presman. “El descenso, lejos de ser una fake news, es un gran aprendizaje porque nos enseña que hemos descendido a los infiernos y hemos ascendido mejor, porque además de haber tenido como idea la perfección futbolística, ahora tenemos la humildad de saber lo que es haber estado en la B. La conjunción de la perfección y la humildad nos hace superiores moral, ética y estéticamente a cualquier equipo de la Argentina”.
La actriz, dramaturga y escritora Zuleika Esnal, que se confesó “enferma de Boca”, leyó el relato que escribió para el libro, “La culpa es de Giovanni”. Barcia confirmó lo que postuló Brienza con una anécdota de un partido definitorio entre River y Unión de Santa Fe, en 1979. En el partido de ida empató 1 a 1 con gol del Beto Alonso en Santa Fe; entonces el gol de visitante valía doble. “Yo fui a la revancha en el Monumental y fue un partido muy duro; era inexpugnable la defensa de Unión. Faltando diez minutos para el final, Labruna mandó el equipo atrás, a defenderse, y el partido terminó 0 a 0. River dio la vuelta olímpica, pero la San Martín silbó al equipo”.
Para Barcia, escritor y dramaturgo, autor de la novela Las sombras cardinales de Porfirio, “el fútbol es demasiado hermoso para que lo hayan inventado los ingleses; por lo desmesurado es un invento italiano”; por eso afirmó que el antecedente histórico del fútbol es el calcio florentino, un juego del siglo XVI. “Todos los hinchas que heredamos esta pasión somos unos rufianes melancólicos y unos sentimentales que defendemos a River como defenderíamos a nuestro papá”, concluyó Barcia.