Racing profundizó su gran momento con una victoria festejadísima en la casa de Independiente para quedar puntero en su zona. Con un gol de Enzo Copetti a cinco minutos del final, el equipo de Fernando Gago se impuso 2-1 en un clásico de Avellaneda muy cambiante, que tuvo muchas emociones y que se definió en el cierre. Gabriel Hauche había abierto el marcador a los 3 minutos y Lucas González marcó el transitorio empate cuando promediaba el segundo tiempo.

El partido arrancó a todo ritmo, con una llegada de Independiente y una rápida respuesta de Racing. La diferencia fue la complicidad de la defensa roja, que hizo todo lo posible por hacerse un gol: de un lateral frente al área de Racing de Piovi, Chancalay y Hauche quedaron dos contra dos frente a Insaurralde y Lucas Rodríguez. El ex Colón encaró al central, que no contaba con que Vigo, en su retroceso, le iba a puntear la pelota para dejar al delantero rival cara a cara con Sosa. Si bien Chancalay remató al palo, el rebote lo tomó Hauche para definir con el arco vacío.

Independiente, que pudo empatar en la siguiente jugada por intermedio de Benegas, sintió el impacto y se descontroló. Su intento de presión alta fue desordenado, lo que posibilitó que Racing manejara la pelota sin mayores problemas y siempre encontrara espacios para progresar en ataque, sobre todo a través del tándem Piovi-Chancalay por la izquierda. La diferencia en el desarrollo era mucho mayor que en el marcador, aunque al equipo de Gago le faltó precisión en el último tercio de la cancha para traducir el dominio en llegadas.

Con más empuje que ideas, Independiente corrió siempre de atrás en ese primer tiempo. Por eso se vio dominado y apenas pudo armar maniobras combinadas. En una de las pocas que lo logró, Romero probó desde afuera del área y obligó a una gran atajada de Gómez.

El entretiempo le sirvió a Independiente para replantearse todo. Desde los cambios que propuso Domínguez, con las entradas de Soñora y Saltita González, hasta la actitud de los jugadores, que se tranquilizaron y salieron del vértigo que estaban inmersos. Entonces comenzó otro partido, con el local como claro dominador. De los pies de los ingresados, el Rojo encontró el fútbol que le había faltado. Y fue el propio González el que marcó el empate con una excelente maniobra individual y un zurdazo pegado al palo desde afuera del área.

El gol entonó aún más al equipo de Domínguez, que profundizó el dominio y empujó a Racing contra su área. Y dos veces a través de Benegas, con una media vuelta que dio en el palo y un zurdazo que Gómez le sacó del ángulo, estuvo cerca de ponerse en ventaja. Sin embargo, cuando Racing estaba más pendiente de cuidar el empate que de buscar el triunfo, una jugada aislada cambió la historia: Piovi trepó por la izquierda y envió un centro pasado para que Mura le bajara la pelota al punto del penal a Copetti, que sin rivales alrededor definió sin problemas ante el achique de Sosa.

En la última, Barreto cabeceó mal un centro de Soñora, con lo que dilapidó así una clara ocasión para empatar. Ya no hubo tiempo para más, y todo el festejo fue de Racing.