Susana Malcorra había avisado hacía dos meses que iba a renunciar al cargo de canciller. Apenas se enteró, el ex ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay comenzó a autopostularse “con vigor”, según la definición de los habitantes de Balcarce 50. Tuvo conversaciones con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien ayer lo descartó también para una embajada. El encargado de informar su renuncia fue el presidente Mauricio Macri, acompañando por Malcorra y Peña: “Nuestra canciller nos abandona, no del equipo, pero sí como canciller. Por temas estrictamente personales va a dejar de ejercer este rol”. Malcorra, no obstante, retendrá un cargo de asesora con rango de ministro, que ejercerá desde España, a donde se vuelve a vivir con su familia. En su lugar asume el embajador argentino en Francia, Jorge Faurie, quien carga con una historia de denuncias de sus épocas de funcionario menemista y duhaldista.
Su puesto fue uno de los más codiciados desde que asumió en 2016. Malcorra llegó al cargo elegida por Macri. Prat Gay ya había dicho públicamente que era un puesto que le interesaba. Nunca le permitieron llegar. La canciller resistió distintas situaciones conflictivas, como la gaffe presidencial con respecto a las negociaciones por las Islas Malvinas con la primer ministro Theresa May, su fallida postulación para ser secretaria general de la ONU, y la intención de comprar armamento a Estados Unidos, entre otras situaciones que debió atravesar. En particular, cuando se supo que no sería elegida para estar al frente de la ONU, parte del gabinete operó sin éxito para desplazarla del cargo. Pero Macri la sostuvo.
¿Por qué se va a ahora? En el Gobierno, sostenían que los “motivos personales” eran en realidad el agravamiento de una enfermedad que sufre su marido, que vive en Madrid con su hijo. Pero Malcorra se ocupó de desmentirlo en un reportaje con una radio. Dijo que eso era algo que había ocurrido el año pasado y no guardaba relación. En Casa Rosada confirmaron que Macri sabe hace cerca de dos meses de la necesidad de Malcorra de dejar el cargo. También surgieron comentarios sobre la autopostulación de Prat Gay, que el jefe de Gabinete ni confirmó ni desmintió en la conferencia de prensa. Simplemente dijo: “Con Alfonso hemos hablado varias veces y quedó claro que por temas familiares él no iba a ocupar una embajada”.
El Presidente solo estuvo en esa conferencia para anunciar la partida de Malcorra y se retiró antes de las preguntas. “Nuestra canciller nos abandona. Fue una colaboradora fundamental y la vamos a extrañar, por más que va a seguir parte del equipo desde España, donde va a vivir”, indicó.
“Cuando Marcos y Fulvio (Pompeo), me propusieron a Susana, que no la conocía, le dije que tenía un compromiso de convocar a los mejores. No nos equivocamos. Cuesta encontrar en la historia una canciller como ha sido Susana. Todos saben que trabajaba como jefa de gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y desde ahí conoció a mucha gente. La vamos a extrañar”, aseguró, antes de darle un beso, un abrazo y partir raudo.
La tarea de responder interrogantes quedó en manos de Peña y Malcorra. El jefe de Gabinete anunció quién será el nuevo embajador y cuando le preguntaron por las denuncias de la Oficina Anticorrupción contra Jorge Faurie dijo conocerlas, pero zanjó el tema con un lacónico: “Creemos que fue aclarado en su momento”. El 12 de junio será la fecha en la que asumirá el nuevo canciller, al que destacaron por venir de la carrera diplomática.
“Mis felicitaciones a Jorge Faurie, un miembro de mi equipo. Va a ser una transición modelo, como corresponde cuando las instituciones funcionan bien”, afirmó Malcorra.
Peña también fue el encargado de explicar el nuevo rol de la canciller: “Susana va a seguir siendo asesora del presidente, con rango de ministro, desde su residencia en España”. En el Gobierno, advirtieron que ese cargo será ad honorem. “El presidente me pidió que arme un consejo asesor para la inserción de la Argentina en el siglo XXI”, indicó Malcorra, quien también se ocupara de “algunos proyectos específicos”, como los vinculados a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Más tarde, Malcorra detalló que cuando ella le anunció su intención de renunciar a Macri, el presidente le contestó: “Odio lo que me haces, pero como persona te entiendo”.
Sobre los motivos de su salida, Malcorra destacó que existían “tensiones entre mi responsabilidad de representar a la argentina en el mundo y mis obligaciones familiares”. Desde la oposición surgió otra versión: “No ha sido brillante el desempeño de la canciller. Más que motivos personales, me parece que hay otros motivos. Y Odebrecht no es ajeno a esto. Encuentro una relación, porque evidentemente los acuerdos que trató de hacer el Gobierno con Odebrecht cuando no tenía facultades, Malcorra no puede estar ajena a esto. Hay que ver los antecedentes de esto”, indicó el jefe de bloque del Frente para la Victoria en Diputados, Héctor Recalde. “La imaginación de Recalde no tiene límites”, le respondió Malcorra, quien negó que su salida tenga relación alguna con Odebrecht. Su salida del cargo, como se ocuparon de aclarar en Casa Rosada, no implicará ningún viraje en la política exterior que ya delineó el presidente Macri.