Hasta la última pelota, Mariano Andújar era la figura del clásico de La Plata. Se jugaba el último de los seis minutos adicionales que había dado el árbitro Silvio Trucco y Estudiantes, con cinco en el fondo y triple cinco en el medio, aguantaba y sufría un nuevo triunfo en el estadio de Gimnasia. Pero en ese momento clave, el arquero falló. Un remate desde afuera del área de Benjamín Domínguez se le escurrió por debajo de su cuerpo y Eric Ramírez, de arremetida y sobre la raya de gol, anotó un empate 1 a 1 que le costó demasiado a Gimnasia.
No se jugó bien en el primer tiempo, pero se llegó mucho. Y esas llegadas convirtieron en figuras a los dos arqueros. Andújar le tapó un mano a mano a Carbonero y le sacó dos cabezazos a Soldano y Fratta en tanto que Rey se lució ante un remate desde afuera de Luis Díaz y otro frentazo de Rogel. A los 42 minutos, sobrevino el primer gol para Estudiantes: Mas apuró un lateral desde la izquierda, Del Prete se le escapó a Alemán y su centro fuerte fue conectado a la red por Godoy entrando libre por el otro costado.
Gimnasia generó peligro a partir de un recurso simple: el pelotazo de Alemán para las corridas del colombiano Carbonero cuya velocidad expuso la pesadez de la línea de tres grandotes (Rogel, Noguera y Muñoz) que puso Zielinski en el fondo y sobre todo, la del uruguayo Rogel que tenia que cruzar a la derecha para marcarlo. Estudiantes, por su parte, tuvo problemas para arrimar la pelota hasta el medio y las pocas veces que pasó la mitad de la cancha, no la pudo aguantar arriba porque le faltaba gente. Pero supo aprovechar su oportunidad.
De ahí en más y hasta el final, Estudiantes se dedicó a soportar la diferencia. Sus dos laterales (Godoy y Más) ya no fueron más arriba, armó línea de cinco atrás y con la salida de Del Prete y el ingreso de Morel, Zielinski acomodó tres volantes centrales y renunció al ataque. Gimnasia fue un manojo de nervios, dentro y fuera de la cancha. Gorosito puso cuatro delanteros y lo único que pudo fue forzar tiros libres y córners. Un derechazo de Tarragona a los 45 minutos dio en el travesaño. Cuando parecía que Estudiantes se llevaba otra victoria del Bosque, Andújar aflojó las manos, Ramirez arremetió y el reparto pareció un poco más justo. Ninguno mereció irse ganador al cabo de un partido en el que sobraron nervios y faltó fútbol.