“El poeta tira un dado blanco al aire, y la poesía puede marcarlo o no (…) El poeta no elige ser poeta, la poesía lo elige a él”, dijo alguna vez Leopoldo Castilla. Ese azar, ese “salto al abismo”, se celebra hoy en todo el planeta.

La fecha, establecida por la UNESCO en su 30ª Conferencia General en París en 1999, se conmemora cada 21 de marzo desde entonces. Puntualmente, para 2022, Audrey Azoulay, directora general del organismo declaró: "La orquestación de las palabras, el colorido de las imágenes y la contundencia de una buena métrica otorgan a la poesía un poder sin parangón. Como forma de expresión íntima que permite abrirse a los demás, la poesía enriquece el diálogo que cataliza todo progreso humano y es más necesaria que nunca en tiempos turbulentos".

En ese contexto, y con la longeva tradición norteña que engloba, entre muchas otras, a las figuras de La Carpa: Raúl Aráoz Anzoátegui, Manuel J. Castilla, Raúl Galán, María Adela Agudo, María Elvira Juárez, José Fernández Molina, Sara San Martín y más, Salta/12 convocó a diversos autores para reflexionar sobre el arte que los conmueve.

En primer término, Guillermo Siles, responsable - junto a Soledad Martínez Zuccardi- de la flamante antología “Poetas de Tucumán 1960-1990”) editada por la UNT, trazó una radiografía contemporánea. “De la poesía actual del NOA me gustaría rescatar tres cosas: su vitalidad, su diversidad y el modo de trabajar de las editoriales independientes en las ferias y festivales, que es algo común a todo el país”, dijo. El catedrático manifestó que es muy positivo que a las nuevas generaciones les resulte más accesible publicar “y hacer circular sus libros en eventos que se repiten en diferentes lugares todos los años. Eso contribuye a fortalecer lazos entre poetas de diferentes regiones. Es un modo de federalizar y no regionalizar tanto porque de lo que se cierra sobre sí mismo, pienso, no suelen obtenerse buenos resultados”.

Guillermo Siles.

Simultáneamente, el creador de “El cauce y la costumbre” recalcó que el lenguaje de la poesía intenta ir contra las sujeciones de la gramática y todo lo regimentado y comentó que “existen editoriales de poesía de nuevas voces de autores infantiles, jóvenes y adultes LGBT+ y mujeres de la región, como Influorescencia en Tucumán, orientadas a ir más allá del silencio social o de la falta de empatía respecto de las múltiples maneras de vivir la sexualidad y el afecto, la identidad de género, etcétera. Pienso que es necesario en el Norte, donde hay prejuicios muy arraigados sobre la sexualidad, entre otros”.

Asimismo, Siles afirmó que es un acierto que desde la poesía se retorne a ciertos escritos del pasado y a fuentes historiográficas para narrar y poetizar la historia de los pueblos originarios. “En este aspecto me despertaron curiosidad los libros 'Paraje', de Carlos Aldazábal, sobre los Wichí, y el de Guillermo Plaza, 'Poemas de resistencia', sobre las rebeliones de la Confederación diaguita de hace más de cuatro siglos, porque es fundamental que estos temas sigan vigentes en las sociedades contemporáneas en donde las desigualdades y algunas formas de opresión y sojuzgamiento persisten”.

Adolfo

En otro sitio del recorrido, el santiagueño Adolfo “Bebe” Ponti, artífice de “La guerra de los pájaros”, recientemente reeditada con palabras de Taty Almeida, explicó que la poesía “es una de las tentativas más humanas que tiene el ser para salvarse de sí mismo y de un mundo cada vez más inhumano”. 

Y puso énfasis en lo central de la efeméride: “Me parece importante y de gran utilidad que la UNESCO haya declarado un día especial para este género, cuya voz nos devuelve al asombro, a la divinidad de la naturaleza, al sentimiento amoroso, a la revelación de la palabra como música del pensamiento y lenguaje de resistencia cultural. Su ejercicio sigue siendo un resplandor en la oscuridad y un hecho de vida donde la existencia se ha convertido en conjetura artificial y la actividad del hombre en una producción descartable”.

Miradas de Salta

De Salta, casi como un axioma, se señala que es tierra de versificadores y cantores. Para confirmarlo, hoy a las 17.30 se llevará a cabo POEMARZO, una Jam de poesía en el patio de la Biblioteca Provincial (Belgrano 1002).

La actividad contará con micrófono abierto, tender de poemas y suelta de libros, entre otras acciones, y está organizada por la colectiva Órbita Poema, una reunión dinámica de escritores locales conformada por Laura Rojo, Jacqueline Manoff, Noelia Gana, Victoria Gatino, Mercedes Pardo, Amada Mary Domínguez, Valentaina, Agustín Pérez Marchetta, Paulina Varas Mora, Fernanda Sánchez Barros, Fernanda Álvarez Chamale, Mario Saravia y Fernanda Salas. Así, algunos de sus integrantes, opinaron sobre la celebración y dejaron abierta la puerta para el festejo.

“La poesía tiene exigencias distintas a otros géneros. Exige síntesis, claridad y contundencia. El trabajo de la palabra es artesanal. Es como esculpir una pieza a pequeña escala con todos los detalles de una obra monumental. Me parece que tiene un rol muy importante dentro de la divulgación literaria en las redes sociales por su naturaleza sintética y condensada. En el mundo del scrolleo, puede acaparar la atención”, expuso Saravia quien describió que “la poesía es denuncia, es disidencia, es inconformidad y para todo tiene una propuesta”.

Mario Saravia. 

En relación con la poesía zonal, el escritor la catalogó como muy lúcida y crítica, “no persigue mariposas. Define al regionalismo de formas diversas y disímiles con lenguaje actual atravesado por esa especie de globalidad propuesta en las redes sociales, pero con identidad muy de raíces. La palabra dispara por toda la extensión geográfica con militancia y mucho compromiso social. Por acá las carencias son un exceso y la poesía del NOA toma partido y denuncia”. 

Los versos, esa trinchera

Seguidamente, Fernanda Salas se mostró sorprendida y feliz ante la vigencia del género: “Esto pensado en relación a un contexto tan tecnológico, muchos jóvenes siguen refugiándose en el poema. Me encanta que, como humanidad, no hayamos agotado la mirada poética. La poesía es mi casa, mi lugar en el mundo y mi manera de nombrarlo, de sobrevivir, de apalabrarme. La poesía nos expone y nos hace vulnerables y a la vez da fortaleza. Con la ventaja de decirnos o refugiarnos en el lenguaje solapado de la metáfora, pero también de usar un lenguaje descarnado a la hora de decir las injusticias”. En esa línea repuso: “es nuestra trinchera de resistencia y la compartimos, la militamos, la hacemos circular. Celebramos y recordamos que es de todes”.

Fernanda Salas.

A la vez, y en tiempo presente, Salas realzó a las nuevas editoriales con base local: “en Santiago del Estero, El dedo de Pumpido, del grupo de Claudio Rojo Cesca, y Piedra Madre, de Sil Robato y Gaby Álvarez. En Jujuy se instaló el Slam, Mate cocido. En Tucumán, el mes pasado, se llevó a cabo un festival de editoriales independientes. Ahí estuvo Eli Soto, con cuatro libros entre los que estaba Ofelia Vuelve al río, de Noelia Gana”.

Además, la gestora añadió que en Salta existen diferentes grupos y generaciones que proponen encuentros con vetas líricas, como Ricardo Piña y su taller de autoedición. “Otro ejemplo, de otra generación es el ciclo Kuni, de GaeTornelo, y él mismo está en el grupo Poética Furiosa junto a con una propuesta performática”.

La poeta y docente indicó que el género circula y se renueva: “En Kuni podemos escuchar a pibes de 20 y es hermosa esa apertura. Luego las revistas que reseñan poesía y están atentas a lo que va surgiendo, como sucede con La Papa y Enciudarte. Insisto en la idea de que no hemos agotado la mirada poética, ni aquí ni en ningún lado. Y desde ahí nos nombramos, a nuestras cuerpas y cuerpes, sexualidades, a los barrios, los orígenes. La poesía sigue siendo el gran refugio para nuestras soledades, miedos y angustias individuales y el parlante con el vociferamos justicia y sueños colectivos. 

Salta tiene una gran tradición de poetas yo quisiera nombrar las siguientes: Teresa Leonardi, Raquel Guzmán, Mercedes Saravia, Rosa Machado, Fernanda Agüero, Lucrecia Coscio, Susana Rodríguez, Elisa Moyano, Verónica Ardanaz”, enumeró y agregó: “creo que también hay que incluir a las disputas del rap, cada semana se encuentran grupos de pibes a tirarse rimas en la cara”.

Un pulso vital

En consonancia con lo anterior, Fernanda Álvarez Chamale ratificó que Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca “resuenan en voces múltiples de jóvenes y adultos, en editoriales independientes que apuestan fuerte al deseo de poner en movimiento la escritura como un acto-gesto político de promoción cultural, en eventos diversos que se configuran con un estilo interdisciplinar entre la performance, el rap y la lectura colectiva”. Más aún, aseveró que hay quienes necesitan autoafirmarse en viejas categorías académicas “y buscan, todavía, vanguardias o musas donde el panorama es el cuerpo expuesto, la tierra en llamas y las voces diversificadas y multiplicadas llenando las paredes, los espacios culturales públicos y las calles de un lenguaje poético en continuo movimiento y en cambio que, en el mejor de los casos, opta por lo inclusivo, la resistencia y el canto político”.

Fernanda Alvarez Chamale. 

Finalmente, Chamale retomó a su colega y sentenció: “El género poético no garpa, como dice la Fer Salas. En ese sentido, tiene la ventaja de no competir con ningún género, de permitirse la elipsis sin explicaciones, de fluir más allá de las demandas del mercado libresco y lector. Y sí, claro, tiene una ventaja: es un pulso vital, motor capaz de hacer andar cualquier texto, de entramarse con modalidades estéticas (música, performance, teatro, etcétera) y textualidades diversas”.

En esa pluralidad, hoy y al aire libre muchos vivenciarán la “acción de poemar” a la que convocan desde la organización, junto a diferentes artistas, para arrojar el dado blanco al aire y esperar, tal vez, que la poesía lo marque con un puñado de palabras. Aquí, allá, y en todo el mundo.