"El objetivo de corto plazo es que la inflación vuelva a los niveles anteriores. Se busca poder estabilizar la situación, dado que en las últimas semanas hemos tenido una aceleración inflacionaria que contiene elementos especulativos y también subas de costos. La intención es frenar esa inercia", dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
En continuidad con el mensaje del Presidente, Alberto Fernández, del viernes por la noche acerca de próximos anuncios en materia de precios, el funcionario detalló cómo el fideicomiso del trigo permitirá, en la perspectiva oficial, retrotraer los valores de la harina y derivados a los precios de febrero. Además, se refirió públicamente a la tensa reunión que mantuvieron junto al secretario de Comercio, Roberto Feletti, con alimenticias y supermercados. A partir de esa negociación, Kulfas y Feletti pretenden que los precios vuelvan a los valores del 8-10 de marzo.
Es que las mediciones privadas calculan que en los últimos días la velocidad de la inflación aumentó todavía más, luego de la fuerte aceleración de enero y febrero, cuando el índice de precios minorista del Indec anotó 3,9 y 4,7 por ciento. El objetivo del Gobierno es evitar que este año la inflación supere el 50,9 por ciento del 2021, lejos de las primeras estimaciones que apuntaban a tratar de bajarla al 40 por ciento.
Subsidio cruzado
"Hay un escenario internacional turbulento. Entraron en guerra dos países que son grandes productores de trigo y de aceite de girasol, productos claves para la canasta básica. Si en este contexto no hacemos nada, estaríamos convalidando el traslado de esas subas precios a la Argentina. En febrero vimos que el trigo en el mercado internacional pasó de de 300 a 400 dólares la tonelada y en el mercado interno, de 23 mil pesos por tonelada a 35 mil pesos por tonelada. Si no hay alguna medida de compensación, ese trigo más caro impacta de inmediato en harinas, pan y fideos", dijo Kulfas.
De esa forma, el ministro justificó el lanzamiento del fideicomiso del trigo. Mediante ese mecanismo, el Gobierno busca que la sobreganancia del sector agroexportador pague, mediante una suba de dos puntos de retenciones en subproductos de la soja, la diferencia para que el mercado interno siga accediendo a los precios del trigo de febrero.
"El objetivo es que las industrias harineras compren a precios de febrero para vender a esos precios en las góndolas. A las industrias y los panaderos se les va a exigir que se cumplan los precios de referencia, de modo que los precios correctos lleguen a cada eslabón de la cadena. El fideicomiso retroactivo a febrero hace que el costo de reposición más bajo estabilice los precios hacia adelante", explicó Kulfas. A su vez, anunció que "se pondrá a disposición una línea de créditos 8 mil millones de pesos para que la industria molinera pueda acelerar la compra de trigo para la producción de harina".
El mecanismo del fideicomiso elimina el factor costo del trigo o la harina como argumento para aumentar los precios. Sin embargo, la harina tiene un peso relativo en el costo de producción de derivados como fideos o galletitas. Además, la medida requiere de controles en varios eslabones de la cadena de producción o al menos allí donde el incentivo del mercado no esté funcionando.
Kulfas prefirió evitar el subsidio directo a la demanda porque, según su mirada, tiene un componente menos antiinflacionario. De hecho, muchas veces los comerciantes se terminan avivando y aumentan precios porque saben que la demanda lo convalida.
La medida se financia mediante la suba de las retenciones a la harina y el aceite de soja, del 31 al 33 por ciento. "Se retrotraen beneficios que se habían implementado para la diferenciación de productos. Nos permiten sumar recursos de acá a fin de año para compensar a los molinos harineros, que enfrentan precios más caros. Los productores de trigo no van a tener ningún perjuicio. Solo se les pidió que incrementen la siembra", indicó el ministro de Desarrollo Productivo.
Kulfas reiteró los conceptos del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, acerca de que el incremento de retenciones afecta "al puñado de exportadores que hacen la transformación del poroto de soja". Por otro lado, Kulfas consideró que "el acuerdo con el FMI va a significar fortalecer las reservas del Banco Central y eso va a bajar los niveles de incertidumbre". Descartó la baja de impuestos para atacar el tema inflacionario. "Estamos tratando de reducir el déficit fiscal, porque también es un elemento que hace a la certidumbre macroeconómica", consideró.