El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, rechazó el ultimátum ruso de entregar la asediada Mariupol a cambio de evacuar a los residentes de la sureña ciudad portuaria y evitar la destrucción de su infraestructura. Luego de un rápido avance terrestre y de rodear varias ciudades al inicio de la invasión, el Ejército ruso parece embarcado en una guerra de desgaste que incluye, cada vez más, misiles de largo alcance disparados desde barcos en el mar o desde Rusia. Las bombas rusas alcanzaron varios objetivos este lunes, entre ellos un centro comercial en Kiev, causando la muerte de al menos ocho personas, según la fiscalía general. Rusia dijo que allí se almacenaban armas y que lo atacó con "armas de precisión de largo alcance". El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, decretó inmediatamente un toque de queda de 35 horas en la capital y su área metropolitana.
La sureña ciudad de Mariupol ha sido una de las más golpeadas por el conflicto, sometida desde hace más de tres semanas a un sitio y a constantes bombardeos en lo que autoridades de Ucrania y de países occidentales han calificado de crimen de guerra. El domingo por la noche el ministerio de Defensa ruso emplazó al gobierno ucraniano a entregarle el control de la ciudad en la madrugada del lunes a cambio de evacuar a civiles y combatientes a través de dos corredores, pero el presidente Zelenski rechazó la exigencia.
Ucrania "no puede aceptar ningún ultimátum de Rusia", dijo el mandatario. "Tendríamos que estar todos muertos y solo entonces se cumpliría su ultimátum. Ni los habitantes de Jarkov, ni los de Mariupol, ni los de Kiev, ni yo, el presidente, podemos hacerlo", dijo en una entrevista con la radio pública ucraniana. Además, Zelenski sostuvo que cualquier "compromiso" que se alcance en las negociaciones en curso con Rusia para detener la invasión deberá ser sometido a un referéndum en Ucrania.
Siguen los ataques en distintos puntos
En la norteña Kiev, la capital de Ucrania, un centro comercial ubicado en el barrio de Podil humeaba luego de haber sido blanco de un bombardeo ruso que dejó ocho muertos, según informaron los servicios de emergencia. El ataque destruyó el complejo comercial de diez pisos que quedó carbonizado hasta los cimientos, y cada ventana de un alto edificio contiguo, así como un estacionamiento y un gimnasio que está en la misma manzana.
El ministerio de Defensa ruso dijo que el centro comercial era usado por el Ejército ucraniano para almacenar armas y municiones. En una de sus comparecencias diarias, el vocero de la cartera, Ígor Konashénkov, aseguró que en las afueras de la capital ucraniana las unidades nacionalistas ucranianas "utilizaban como escudos edificios residenciales para disparar contra las tropas rusas desde sistemas de lanzamiento de cohetes múltiples". Al mismo tiempo, aseguró que el territorio del centro comercial "se usó como una gran base para almacenar munición para lanzaderas de misiles".
También este lunes, autoridades de la sureña Odessa, el puerto más importante de Ucrania, dijeron que la ciudad a orillas del mar Negro sufrió su primer bombardeo ruso desde el inicio de la invasión, que dañó algunas viviendas pero no provocó muertos. La municipalidad dijo que el bombardeo fue efectuado desde embarcaciones.
Autoridades denunciaron además un ataque ruso contra una planta química en Sumy, en el noreste de Ucrania, que provocó una fuga de amoniaco "altamente tóxica", así como otro a un centro de entrenamiento militar en el oeste, ambos con misiles crucero. Rusia dijo que la fuga fue una "provocación planeada" por Ucrania para acusar falsamente a las fuerzas rusas de un ataque químico.
La central nuclear de Chernobyl inició el domingo su primera rotación de personal desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, anunció el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Las fuerzas rusas tomaron control de la central el 24 de febrero, y más de un centenar de técnicos ucranianos que terminaban su servicio nocturno continuaron realizando operaciones cotidianas en el sitio, que guarda desechos radiactivos desde la catástrofe nuclear de 1986, la peor de la historia.
Siguen las negociaciones
Mientras tanto, en el frente diplomático continúan las negociaciones entre Rusia y Ucrania. Según el jefe de la fracción parlamentaria del partido oficialista El Servidor del Pueblo, David Arhamia, la reunión de las delegaciones duró una hora y media, tras lo cual continuaron negociando los grupos de trabajo.
El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, que intenta mediar entre Rusia y Ucrania, declaró este lunes que hay "avances" en las negociaciones, aunque las partes aún tienen muchos desacuerdos y siguen lejos de alcanzar un alto el fuego. Según el diario Jerusalem Post, el primer ministro israelí aseguró que Rusia habría renunciado a deponer a Zelenski y a desmilitarizar Ucrania, mientras que Kiev se habrían comprometido a no unirse a la OTAN.
El líder ucraniano afirmó este domingo que está "preparado" para negociar con su par ruso, Vladimir Putin, para poner fin a la guerra, pero descartó reconocer la independencia del Donbass y la soberanía rusa sobre Crimea. "El grado de avance en las negociaciones, probablemente, no es el deseado ni el que requiere la dinámica de la situación para la parte ucraniana", dijo el vocero de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto viajar esta semana a Europa para participar el jueves de una cumbre extraordinaria de la OTAN en Bruselas por la guerra en Ucrania. También está invitado a una cumbre de la Unión Europea. El sábado visitará Polonia, que limita con Ucrania y ha recibido a más de dos millones de refugiados de guerra.