El exministro de Justicia de Cambiemos Germán Garavano intentó desvincularse ante la Justicia de las irregularidades cometidas para asistir al testigo clave de la causa Ciccone Alejandro Vandenbroele, por cuyo testimonio se terminó condenando al exvicepresidente Amado Boudou. Como informó Página/12, Vandenbroele fue incorporado y mantenido irregularmente en el Programa de Protección a Testigos e Imputados, y también recibió fondos del gobierno de Mauricio Macri para instalar un hotel en Mendoza e incluso para regularizar su situación ante la AFIP. Lo llamativo del descargo de Garavano es que no rebatió las presuntas irregularidades, sino que se limitó a señalar que él no quien impartió las órdenes.
Garavano tiene un pedido de citación a declaración indagatoria de la fiscal Paloma Ochoa, aún pendiente de resolución por parte del juez federal Julián Ercolini, y en ese contexto presentó el escrito a fin de "formular aclaraciones de los hechos" y ofrecer prueba. En el mismo documento, el exministro pidió ser sobreseído.
Al pedir la indagatoria de Garavano, la fiscalía sostuvo que Vandenbroele, el arrepentido del caso Ciccone, permaneció en el programa "sin la debida justificación" más allá de los plazos fijados por ley y que recibió de manera ilegal dinero para instalar una posada en Mendoza.
La fiscal Ochoa consideró que Garavano y el exdirector nacional del Programa de Testigos Francisco Lagos "a través del dictado de resoluciones de su competencia, que resultaron ser contrarias a la normativa aplicable, destinaron importantes sumas de dinero -por cuya debida aplicación debían velar en razón de su cargo- a una excesiva e injustificada asistencia económica brindada en favor de Alejandro Paul Vandenbroele que redundó en un claro desmedro patrimonial de las arcas del Estado".
En el caso de Vandenbroele, la fiscalía reclamó la indagatoria como partícipe necesario de "administración infiel".
En el escrito de descargo que presentó ante el juzgado, Garavano no negó las supuestas irregularidades y se limitó a tomar distancia de ellas. Sostuvo que bajo ninguna circunstancia dio órdenes respecto a Vandenbroele, a quien dijo no conocer y remarcó que los legajos del programa son secretos. "En ningún caso la actividad desarrollada en el marco del Legajo 753/2017 (de Vandenbroele) se realizó 'por orden" mía'", sostuvo el exfuncionario.
El exfuncionario remarcó que los legajos de protección "son secretos", por lo cual no conocía el contenido del legajo de Vandenbroele "ni las medidas de protección que allí hubiesen sido adoptadas, tampoco por supuesto su extensión temporal". "En línea con lo antes expuesto, no ordené que se brinde asistencia económica al Sr. Vandenbroele, a quien no conozco", remarcó. Y agregó que "el secreto del legajo" y el "consecuente desconocimiento de su contenido" es un "elemento fundamental al momento de analizar la imputación" que se le dirige.