Culminó ayer el juicio oral contra un joven de 21 años, que estuvo en prisión preventiva casi tres años como el presunto asesino de un taxista, y el tribunal acabó por absolverlo por el beneficio de la duda. Y en la misma audiencia final, los jueces fueron muy críticos del trabajo del fiscal Patricio Saldutti, a quien le endilgaron haber llegado a juicio con "deficiencia probatoria", esto es pruebas endebles que los obligó a dictar sobreseimiento del imputado. Y si entonces, como dice la familia del muchacho, Ignacio Pedernera fue ajeno al asalto y crimen, pasó casi tres años preso por un delito que no cometió.

Los jueces Rodolfo Zvala, Nicolás Vico Gimena e Ismael Manfrín arribaron a la sentencia absolutoria de Pedernera –según señalaron en el fallo– por "debilidad argumental de las pruebas presentadas e incongruencias entre los testigos". El fiscal había pedido que se lo condenara a prisión perpetua por el delito de homicidio calificado con intento de robo. 

Pedernera sí fue condenado a 1 año de prisión por tenencia de arma, y 11 mil pesos de multa. Como estuvo el triple de ese lapso, ayer recuperó la libertad. 

Mario Esusy murió baleado en su taxi el 18 de abril de 2019 a la madrugada, cuando acudió a recoger pasajeros en Formosa y Casilda, barrio Ludueña. Al llegar fue emboscado por al menos dos delincuentes y uno le disparó fatalmente. 

Dos días después la policía apresó a Pedernera y el fiscal Saldutti le imputó el crimen. El segundo nunca apareció.

Ayer el juez Zvala, al leer el veredicto, dijo: “El culpable está impune. En el presente caso hubo expectativas de condena en la familia y en la sociedad sin elementos de convicción suficientes. Los jueces solo se limitan a fallar sobre la prueba producida”, explicó. Y aclaró: “Existen serias inconsistencias en las pruebas en materia penal: el testigo Gaitán dijo que tres sujetos iban en una moto, el de atrás un buzo negro, el del medio buzo gris, y el de adelante campera presencial. Fue por este relato que se detuvo a Pedernera. El mismo testigo dijo que pasaron 10 minutos entre escuchar los disparos y verlos pasar. Ese lapso temporal da paso a la duda sobre el tiempo y las diferencias de los tres que iban en la moto con quien realizó el robo y los disparos. Otro testigo dijo que el de atrás tenía un chaleco rojo y rulos, y fue quien disparó, y hubo diferencias entre la moto que describió un testigo y el otro. Sin embargo no hubo interrogatorio para mostrar estas diferencias, y por eso el actor penal no podía bregar por una condena. Tamaña diferencia entre la cantidad de personas, la vestimenta y la moto pone en crisis las pruebas para que el delito se ejecute”, abundó.