Uno de cada tres menores de 17 años son pobres en la Ciudad de Buenos Aires. En el distrito más rico del país viven 186.000 personas, el 6 por ciento de su población, a las que en el último trimestre de 2021 sus ingresos no les alcanzaban para comer y 665.000, el 21,6 por ciento de su población, que vivían en situación de pobreza.
Los datos surgen del Informe sobre Condiciones de Vida en la Ciudad de Buenos Aires elaborado por la Dirección General de Estadísticas y Censos porteña. Muestran una mejora interanual con respecto al 2020 , cuando el 24,9 por ciento de la población porteña era pobre y el 10,1 por ciento era indigente, pero con algunos grupos particularmente afectados, como las mujeres y los niños.
Después de transcurrido un año y medio de pandemia, la estructura según estratos de ingresos en la Ciudad de Buenos Aires se parece a la que existía en 2019. En el cuarto trimestre de 2021, la pobreza se ubicó en el 15,6 por ciento de los hogares - 209.000 hogares- y 21,6 por ciento de las personas. En la comparación interanual, 101.000 personas pudieron salir de la pobreza, lo que significa una caída de 3,3 puntos porcentuales.
De acuerdo al informe, entre finales de 2020 y 2021 hay 126.000 indigentes menos en la Ciudad. Como estos indicadores dependen del ingreso monetario, que aumentó 54,7 por ciento en 2021 respecto a 2020, la Ciudad atribuye esta caída de la pobreza e indigencia al aumento de los ingresos individuales laborales y no laborales, favorecidos por "los incrementos en las jubilaciones y pensiones y los refuerzos en las transferencias monetarias del Estado".
La clase media representaba al 53,5 por ciento de los hogares de la Ciudad de Buenos Aires durante el último trimestre del 2021 y al 49,9 por ciento de la población, unos 715.000 hogares y 1.536.000 personas, respectivamente. Asimismo, los sectores más acomodados de la Ciudad de Buenos Aires compensaronn el fuerte retroceso que tuvieron en la pandemia: el porcentaje de hogares se coloca en 13,2 por ciento y el de personas en 10,1 por ciento, lo que significa ascensos de 2,5 puntos porcentuales y de 1,4 puntos porcentuales, respectivamente. Integran la clase alta porteña unos 177.000 hogares y 312.000 personas.
Mujeres y niños, últimos
Más allá de esta mejora interanual comparada con un año particularmente afectado por la crisis de la covid-19, algunos grupos resultan más impactados por la pobreza que otros. Las mujeres, niños, personas desocupadas y quienes viven en zona sur, las más afectadas.
El 19 por ciento de los hogares encabezados por mujeres son pobres frente a 12,2 por ciento de los hogares en esa condición que cuentan con jefes varones. La cantidad de hogares pobres es aún mayor para aquellos en que la jefa de familia se dedica al servicio doméstico- mayormente mujeres-. En el 45,6 por ciento de ellos los ingresos no son suficientes para cubrir la Canasta Básica Total. Cuando él o la jefa de familia es una persona desocupada los hogares pobres triplican la incidencia del total.
La pobreza se ubica especialmente en los hogares con niños de menos de 14 años: el 26,3 por ciento de esos hogares porteños son pobres, y con niveles de pobreza e indigencia crecientes a medida que aumenta la cantidad de niños que viven en el hogar. Este hecho explica que el 33 por ciento de los niños, niñas y adolescentes porteños vivan en hogares pobres. Son 218.000 niños y niñas porteñas a las que los ingresos de sus padres, madres o tutores no les alcanzan para brindarles una vivienda, educación, salud y alimento digno. En promedio, los hogares en condición de pobreza tienen 3,2 miembros, por encima del 2,4 del promedio de la Ciudad.
En cambio, la porción
de hogares con presencia de adultos mayores que están
en situación de pobreza está por debajo del promedio
(9,6 por ciento) y se reduce con la cantidad de personas mayores
de 65 años en el hogar, producto de la cobertura
jubilatoria que garantiza un mínimo de ingresos.
La desigualdad se ve observa también por zona. El 28,5 por ciento de los hogares que están ubicados en la zona sur son pobres, más de 10 puntos porcentuales que la cantidad de hogares pobres del total de la ciudad (15,6 por ciento).
De acuerdo a información del mismo organismo, en el tercer trimestre del año pasado una familia compuesta por una mujer y un varón de 35 años de edad, ocupados y sin pagar alquiler, con dos hijos, necesitaban en promedio 92.303 pesos para no ser pobres y 41.693 pesos para no ser indigentes. En febrero de este año esas cifras se elevaron a 50.258 pesos y 105.360 pesos, respectivamente. Significa un aumento de 21 por ciento con respecto a la linea de indigencia y de 14 por ciento con la de pobreza, guarismos que superan ampliamente los aumentos por ingresos laborales o no laborales que se verán reflejados en el próximo informe de condiciones de vida de la Ciudad.