Padres y madres de estudiantes que asisten a la escuela del paraje Tobantirenda, perteneciente al municipio de Aguaray, mantienen tomado ese edificio desde el lunes último. El principal reclamo es que se remueva a su directora, Gabriela Sánchez, a quien acusan de ejercer malos tratos y discriminación, tanto a niños como a padres. 

Las familias piden una inmediata intervención del Ministerio de Educación de la provincia de Salta, aseguran que desde hace años reclaman sin ser escuchadas. En tanto, desde la cartera que dirige Matías Cánepa reconocieron a Salta/12 que hay el conflicto entre la directora y la comunidad, e indicaron que están esperando los informes de la supervisora de la zona para recién tomar una decisión al respecto.  

Sonia, una de las madres que protesta, contó a Salta/12 que piden la destitución de Sánchez por múltiples irregularidades que vienen advirtiendo en la institución. Una de ellas hace referencia a los malos tratos que reciben de la principal autoridad, tanto sus hijos como ellos: "nos discriminan a los padres cuando vamos a consultar y nos tratan de indios", dijo la madre, indicando que no se respeta el uso de la lengua materna y la cultura originaria. 

"Hasta que no nos digan que la van a cambiar, no nos vamos", afirmó la mujer que se hizo presente en las puertas del establecimiento desde que comenzó la toma. 

Isabel, otra mamá, contó que los últimos cuatro años vienen pidiendo soluciones al Ministerio porque "el trato que esta directiva tiene con los padres de los alumnos es muy malo". Relató que cuando iniciaron la toma, Sánchez las acusó de "locas" a las madres convocantes, minimizando la situación y desconociendo que "en realidad tenemos reclamos que esta mujer nunca escucha". 

Las familias también acusan a Sánchez de formar la cooperadora escolar con personal propio de la escuela, impiendo la participación de los tutores. En ese sentido, aseguraron que en la institución se "hacen y deshacen cosas como se quiere". 

La crítica también estuvo dirigida a la alimentación que reciben los 130 los niños y niñas que asisten a la escuela. En la institución se arman viandas que tienen un valor de $52 por estudiante y que son para el almuerzo. En ese contexto, las familias afirmaron que "la comida que le dan no es buena", dijo Sonia, quien relató que en dos oportunidades sus hijos le dijeron que la carne tenía mal olor. 

Isabel también indicó que desde hace cuatro años sus hijos no consumen lácteos en la escuela. "Nunca ordenó que se prepare un arroz con leche porque, según ella, lo que le mandan no le alcanza", dijo. Añadió que cuando los padres quisieron saber qué montos recibían para poder supervisar y buscar alternativas, no se les permitió porque "se molesta cuando queremos saber en qué gasta lo que le mandan para la copa de leche", sostuvo la madre. 

Tras los reclamos, la directora insistió en que no le alcanzaba la plata para comprar todos los alimentos necesarios. "Entiendo que no les alcance, pero les tienen que dar las cosas bien", cuestionó Sonia. En ese sentido, reiteró que hay malos tratos, no hay buena atención a los chicos y "hacen lo que quieren". La madre lamentó que incluso los alumnos no quieran asistir a las clases. 

Los manifestantes contaron que pidieron reiteradamente reunirse con la directora para hablar más en profundidad de todo lo que acontece en la institución, pero no pudieron establecer diálogo alguno. "Ella no es capaz de brindar soluciones porque nos dice que no sabe o no puede hacer nada", recriminó la madre. 

Desde el Ministerio de Educación afirmaron que "se están elevando los informes al Ministerio por parte de la supervisora que estuvo tres veces en el lugar", y que tras recibirlos, las autoridades tomarán una decisión.