El mundo del tenis está impactado: la australiana Ashleigh Barty, número uno del mundo de la WTA y ganadora de tres torneos de Grand Slam, anunció sorpresivamente su retiro a los 25 años. El agotamiento físico y mental se conjugaron para la drástica decisión de una jugadora que estaba apuntada para marcar una época dorada en el circuito.
"Hoy es un día difícil y lleno de emociones para mí, ya que anuncio mi retiro del tenis", comienza el comunicado publicado por Barty en su cuenta de Instagram para informar la noticia. "No estaba segura de cómo iba a compartir esta noticia con ustedes, así que le pedí una ayuda a una buena amiga como Casey Dellacqua. Estoy agradecida por todo lo que este deporte me ha dado y me voy sintiéndome orgullosa y realizada por todo lo logrado", añadió la número uno del mundo, junto a un video de una entrevista con la ex jugadora y ahora comentarista de TV Dellacqua.
"Ya no tengo el impulso físico, las ganas emocionales ni todo lo que se necesita para desafiarte a ti mismo en lo más alto del nivel", precisó Barty, quien ha sido número uno del mundo durante más de dos años y en enero se coronó campeona en el último Abierto de Australia. "Sé que es lo correcto para mí. Estoy agotada. Solo sé que físicamente no tengo nada más que dar y eso para mí es el éxito, saber que he dado absolutamente todo lo que podía dar", concluyó Barty, ganadora en total de 15 torneos, en su despedida.
Ashleigh Barty: la número 1 del mundo
La tenista nacida en la ciudad de Ipswich el 24 de abril de 1996 alcanzó el número un del mundo a los 23 años en junio de 2019 tras coronarse campeona en Birmingham. El último partido que Barty disputó como profesional fue la final del Abierto de Australia, en la que se impuso en dos sets a la estadounidense Danielle Collins y se convirtió en la primera tenista local en ganar el torneo en 44 años.
Fue el tercer título del Grand Slam de la actual número uno mundial en la clasificación de la WTA, después de haber alzado también el trofeo de Roland Garros en 2019 y el de Wimbledon en 2021.
No es la primera vez que Barty abandona el tenis, ya lo hizo en 2014, siendo una adolescente de 17 años, para dedicarse profesionalmente al críquet, antes de regresar a las pistas dos años después, cuando inició una progresión fulgurante que la llevó al trono mundial del tenis femenino.
"Fue demasiado rápido para mí, ya que he estado viajando desde una edad bastante temprana", dijo en ese moemnto, y agregó que "quería experimentar la vida como una adolescente normal y tener algunas experiencias normales".
El año de su despegue definitivo fue 2019, cuando logró en París su primer título de Grand Slam y se convirtió por primera vez en número uno del mundo, una posición que ocupó desde entonces durante 119 semanas.
El impacto en Australia
La noticia, que generó una serie de flash informativos en los medios y se convirtió en tendencia en las redes sociales, motivó al primer ministro australiano, Scott Morrison, a agradecerle por inspirar a una "nación", pero especialmente a los jóvenes indígenas, por las raíces aborígenes de la deportista.
"Número uno del mundo, campeona múltiple de Grand Slams y uno de los mayores modelos a seguir del juego. Qué legado dejas en el tenis...has hecho que toda Australia se sienta orgullosa", le rendía tributo en Twitter Tennis Australia.
"Es una tenista increíble, pero es aún mejor como persona. Una campeona en todos los sentidos del mundo. Estoy muy orgulloso de ti", dijo en un tuit el extenista paralímpico Dylan Alcott, galardonado como el Australiano del Año 2022.
Steve Simon, presidente de la WTA, se mostró sorprendido por la noticia y aseguró que el circuito extrañará mucho a su mejor jugadora. "Al alcanzar el número uno del mundo, se ha establecido claramente como una de las grandes campeonas de la WTA y le deseamos lo mejor, sabemos que seguirá siendo una tremenda embajadora del deporte del tenis mientras se embarca en este nuevo capítulo de su vida. La extrañaremos", expresó el dirigente.