Decíamos el año anterior que el empuje desaforado al consumo -determinado por la proliferación de satisfacciones autoeróticas- se conmovió bruscamente: el impacto de la pandemia acentuó en todos los ámbitos la vulnerabilidad de las acciones humanas y una vez más los recursos del mercado intentan maquillar para sus fines los estragos reales de las mil caras de la pulsión de muerte… pero sus consecuencias ya han comenzado a afectar al incierto destino de las próximas generaciones: “el modo de vivir la pulsión” viste a la subjetividad actual con nuevos síntomas que lo demuestran. Valga por caso, la banalización producida en el mercado de consumo por el empleo del término ‘adicciones’: llave para todo uso, hoy casi todos los flagelos de la posmodernidad caen bajo la generalización que promueve: todo es “tóxico”, incluso las personas.

Forjamos un concepto: adixiones para señalar el principio de la toxicidad misma del goce como tal, ya que si bien desde el psicoanálisis comprobamos que cualquier acción puede ser tóxica por la satisfacción que transporta, empleamos una letra x para marcar allí la singularidad del goce de cada individuo, la oscuridad que transporta para sí mismo, a los efectos de propiciar que como sujeto responsable cada uno pueda cuestionar las consecuencias de lo que consume.

Además, continuamos reservando nuestro concepto de toxicomanías para designar las consecuencias de la infiltración de substancias tóxicas en el organismo.

En nuestro Seminario 2021 comenzamos a procesar la casuística de los nuevos @dictos: el modo en el que la adixión a Internet, a las redes sociales -entre tantas otras- se ha infiltrado en la trama de la tribu global allí donde la autoridad paterna ya no alcanza para separar el goce del gadget… es decir: del cuerpo; mientras continúa la intoxicación maníaca con drogas de todo tipo, con ‘pastis’, alcohol y ‘drinks’, acompañando la soledad globalizada del individuo posmoderno.

Entre la proliferación de drogas y redes, este ciclo 2022 volverá sobre los casos clínicos para poner sobre la mesa los modos de intervenir que eligen los practicantes del psicoanálisis, para permitir a los individuos interrogar las consecuencias de sus acciones impulsadas por los empleos abusivos de sustancias. En pos de posibilitar que el inconsciente vuelva a demostrar su razón de existir.

*Psicoanalista. Miembro EOL y AMP. Co-Director de TyA, Toxicomanía y alcoholismo de Argentina. Último libro “Adixiones”.