Los bombardeos en Kiev y en Mariupol se intensificaron mientras unas 100 mil personas están atrapadas en ciudad portuaria que antes de la invasión tenía una población de más de 400 mil habitantes. Por su parte el gobierno de Ucrania asegura que las tropas enviadas por Rusia tuvieron que replegarse en varios puntos de batalla. Mientras que el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que sólo aceptará rublos en el pago del suministro de gas a los países hostiles con Moscú, incluidos los europeos.
Bombardeos en la capital
Kiev despertó del toque de queda este miércoles luego de un ataque a un centro comercial donde murieron al menos ocho personas, entre ellas una periodista rusa. La periodista Oksana Baulina es la quinta trabajadora de prensa que muere en el contexto de la invasión de Rusia en Ucrania. Baulina trabajaba para el diario digital The Insider, de Riga, Letonia, según reportó el periódico. La periodista murió a raíz del disparo de un cohete mientras grababa los daños causados por un bombardeo anterior sobre un centro comercial en el barrio de Podil, en el noroeste de Kiev.
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A pocos kilómetros de la capital, también fue bombardeado un barrio residencial. El ataque no tuvo víctimas fatales aunque sí daños materiales. "Acababa de volver de fumar un cigarrillo afuera cuando, de golpe, ¡bum! El techo se hundió", contó uno de los residentes de las viviendas afectadas.
En tanto el ministerio de defensa de Rusia informó que avanzó en el sureste ucraniano, donde atacó infraestructura militar. Mientras tanto Kiev asegura que las tropas rusas están sufriendo numerosas bajas. La localidad de Mikolaiv, cercana al estratégico puerto de Odesa, fue escenario de fuertes combates. Los habitantes aseguran que mantendrán la defensiva. "Apoyamos su compromiso de defender nuestra patria. Esta es nuestra tierra, vivimos aquí", dijo un residente mientras enterraba a su hermano, fallecido en el frente.
Atrapados en Mariupol
El asedio en la ciudad de Mariupol fue denunciado por el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que aseguró que un grupo que se trasladaba por una ruta humanitaria pactada con el Kremlin fue “simplemente capturado”. "Estamos tratando de organizar corredores humanitarios estables para los residentes de Mariupol, pero casi todos nuestros intentos, lamentablemente, son frustrados por los ocupantes rusos, con bombardeos o terrorismo deliberado", dijo Zelenski en su habitual mensaje nocturno por video a la nación.
Según indicó el consejo municipal de Mariupol en Telegram, cerca de 45 mil personas fueron evacuadas. Aunque casi 100 mil personas más permanecen en la ciudad "en condiciones inhumanas, bajo bloqueo, sin comida, sin agua, sin medicamentos y bajo bombardeo constante", dijo Zelenski. Antes de la invasión rusa la ciudad portuaria con salida al Mar de Azov tenía 430 mil habitantes. Mariúpol es particularmente estratégica para Rusia, que la considera un puente terrestre entre las fuerzas rusas en Crimea, en el suroeste, y los territorios bajo control ruso en el norte y este. Las agencias de la ONU estiman que cerca de tres mil personas murieron violentamente en esa ciudad, aunque advierten que desconocen el balance real y que podría ser mucho más.
Ucrania registra ya cerca de siete millones de desplazados internos y casi cuatro millones han huido a países limítrofes, lo que significa que uno de cada cuatro ucranianos dejaron sus hogares.
Mientras el conflicto escala, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, Rusia solo usará armas nucleares en caso de una amenaza existencial. "Tenemos una doctrina de seguridad interior y es pública, puedes leer en ella todas las razones para el uso de armas nucleares", dijo Peskov. "Si es una amenaza existencial para nuestro país, entonces puede usarse de acuerdo con nuestra doctrina", declaró.
Pago en rublos
En tanto el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció que Moscú exigirá el pago en rublos del gas que vende a los países que considera hostiles, entre ellos Estados que integran la Unión Europea. El mandatario dio un plazo de una semana para que las autoridades pongan en marcha el nuevo sistema para contrarrestar las sanciones por la guerra en Ucrania.
"He tomado la decisión de aplicar un conjunto de medidas para pasar al pago en rublos de nuestro gas suministrado a países hostiles", dijo el jefe de Estado ruso en una reunión de gobierno. Putin explicó que la medida que ordenó al Banco Central y a su gobierno es una reacción a la congelación de activos rusos en países occidentales.
"Está claro que entregar nuestras mercancías a la UE, a Estados Unidos, y recibir dólares, euros y otras monedas ya no tiene sentido para nosotros", afirmó Putin. "Le pido al gobierno que dé la directiva apropiada a Gazprom (la empresa gasífera controlada actualmente por el Estado ruso) sobre la modificación de los contratos existentes", manifestó.
Además, precisó que los consumidores extranjeros podrán realizar las transacciones necesarias para lo que podrán comprar rublos rusos en el mercado de divisas nacional. "Valoramos nuestra reputación comercial como socio y proveedor confiable. Los cambios afectarán sólo la moneda de pago, que se cambiará a rublos rusos", dijo. Putin también insinuó que otras exportaciones rusas estarán incluidas en esa medida.
Refuerzo británico
El Reino Unido entregará seis mil misiles adicionales a Ucrania, duplicando así sus suministros de armas defensivas al país desde la invasión rusa. La dotación fue anunciada por el primer ministro Boris Johnson en la víspera de sendas cumbres de la OTAN y el G7. Johnson valoró la resistencia "extraordinariamente valiente" de los ucranianos pero aseguró que "no podemos quedarnos de brazos cruzados y dejar que los rusos destruyan las ciudades ucranianas".
"El Reino Unido trabajará con nuestros aliados para aumentar el apoyo militar y económico a Ucrania, reforzando sus defensas", añadió. Estos seis mil misiles defensivos se suman a los más de cuatro mil misiles antitanque, incluidos NLAW y Javelin, y misiles portátiles de alta velocidad Starstreak que ya habían enviado el Reino Unido a Ucrania. El primer ministro británico también anunció una ayuda de 25 millones de libras (33 millones de dólares, 30 millones de euros) para el ejército ucraniano, además de los 400 millones de libras de ayuda económica y humanitaria que ya había prometido.