El 26 de marzo de 1976, dos días después del golpe de Estado que se instauró en el país, Jorge Machicote estaba en su lugar de trabajo, en el llamado Banco de Desarrollo, cuando la Policía fue a detenerlo.
Ese banco funcionaba donde hoy está la sede de la ANSES, frente a la Plaza 25 de Mayo. Le habían avisado que lo iban a buscar al banco. Antes de eso la Policía lo buscó en la casa de quienes en el futuro serían sus suegros y fueron ellos quienes lo pusieron sobre aviso. Pero Jorge Machicote no pudo evitar su detención. "Ese día me vinieron a buscar en un torino blanco de la Policía de la Provincia, y vinieron también con una furgoneta adonde nos metieron para llevarnos. Yo tenía 22 años casi recién cumplidos, había cumplido años en febrero", le contó Machicote a La Rioja 12.
Machicote -referente de la Asociación de Ex Presos Políticos de La Rioja- militaba en la Juventud Peronista en marzo de 1976 y fue detenido "por averiguación de antecedentes". Su detención duró cuatro años, pero él se encarga de aclarar que otros compañeros sufrieron mayor cantidad de años presos y que muchos otros "se fueron".
Durante los cuatro años que estuvo detenido estuvo primero en el ex Batallón de Ingenieros 151, hoy llamado el Regimiento 15, ubicado en la esquina de avenida Facundo Quiroga y avenida Perón. De allí pasó al Instituto de Rehabilitación Social (IRS) y luego pasó por otras cárceles de la Argentina, entre ellas en Sierra Chica, en La Plata y en la cárcel de Caseros.
"Los 24 de marzo son días que te pegan porque hace 46 años teníamos una veintena de años y seguíamos creyendo que había un mundo mejor y que lo podíamos cambiar. Hoy nos faltan los compañeros que fueron desaparecidos, ellos son los mejores. Y por eso nosotros, los que quedamos, tenemos la obligación moral de representarlos, sentimos que nuestra lucha es continua, popular y prolongada", sostuvo.
Machicote habla de la "obligación" de mantener vigente la lucha en honor a los compañeros caídos durante los años oscuros que se abatieron sobre el país a partir del 24 de marzo de 1976. "Nuestra obligación la tenemos por nuestros compañeros, por los que se fueron. Ellos hoy no están pero siempre estarán, a ellos debemos seguir respetando y por eso militamos. Lo nuestro hoy es la docencia, la experiencia, el contar lo que se vivió en aquellos años y por eso seguimos peleando por la democracia, porque es el mejor sistema que tenemos", afirmó.
Machicote recuerda todas y cada una de las torturas que sufrieron él y sus compañeros. "A las torturas las sufrí mientras estuve detenido en La Rioja. Nos torturaban todos los días. Nos ataban las manos con alambres, nos vendaban los ojos y nos llevaban, nos golpeaban. Nos hacían el submarino seco que era la bolsa en la cabeza, el submarino que era meternos la cabeza en un tacho con agua hasta el borde del ahogamiento, la picana, los golpes en los tobillos, en los hombros", narró.
El referente de los Ex Presos Políticos sostiene que aún hoy padece las secuelas físicas de las torturas. "Si nos ven renguear ya saben por qué es. Muchos de nosotros no puede estar en lugares cerrados, hay gente que no se puede hacer una resonancia magnética o que no pueden dormir con la ventana cerrada aunque sea pleno invierno", contó.
Para Machicote "hay cosas en las que necesariamente la sociedad tiene que cambiar". Acá hay una historia que no se cuenta, que la Argentina no cuenta. No se cuenta por qué se hizo el Golpe, por qué fue tan sangriento, por qué se detuvieron a los intelectuales, a los trabajadores, estudiantes, o líderes sociales. O por qué el ensañamiento con los curas. Por qué se tomaron el poder de administrar la vida y la muerte de las personas. Los medios de comunicación, los intereses creados, hay muchos sectores que no tienen interés en que esto se cuente", sostuvo.
Hacia el final de su relato, Machicote parafrasea a monseñor Enrique Angelelli, uno de los tantos asesinados por la dictadura militar. "Tenemos que seguir andando nomás como decía el Pelado, no nos han vencido, acá estamos, estamos íntegros, y hay toda una generación que se traslada a nuestros hijos y a la gente joven. Muchos de ellos están presentes en estos actos que se hacen cada 24 de marzo y eso significa mucho para nosotros, significa que una consciencia colectiva", cerró.