La pata cívica sobre la que se asentó la dictadura militar tuvo distintos actores, y uno de ellos fueron las empresas de medios de comunicación y de publicidad que respaldaron al gobierno de facto e intentaron ocultar el saqueo de la economía nacional y el genocidio.
Parte de la prueba que documenta “la ingeniería comunicacional de la dictadura” fue revelada por Radio Télam, en una investigación con el periodista Enrique Vázquez basada en legajos secretos sobre periodistas extranjeros que habían sido “confeccionados por detenidos desaparecidos obligados a realizar trabajo esclavo” en los sótanos de la Cancillería argentina.
El material recoge audios y testimonios orales que demuestran “la complicidad de un sector de la prensa internacional para intentar ocultar” el plan de exterminio. Allí se da cuenta de “las políticas de propaganda y manipulación informativa” del gobierno de facto para enfrentar las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos que distintas personalidades y organismos realizaron en el exterior, durante esos años.
Los archivos secretos de “La mentira planificada” fueron recopilados en podcast a los que se puede acceder a través de la plataforma Spotify.