A Chelcos, departamento Rosario Vera Peñaloza, se llega por camino de tierra. En esa localidad, ubicada al sur de La Rioja nació Evelina Ávila, quien en búsqueda de trabajo emigró a San Juan donde conoció a Isidoro Oliva. Partieron a Buenos Aires y en 1977 fueron secuestrados por la dictadura y son parte de los 30 mil desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado.
En la plaza de Chelcos fue señalizado, este jueves, un nuevo sitio de la memoria con la historia de Evelina. Hasta ese lugar llegaron desde San Juan sus hijas, Gabriela y Marcela Oliva, para participar del acto central por Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia organizado desde el gobierno provincial y encabezado por el gobernador Ricardo Quintela.
Fue un acto emotivo y de relatos conmovedores. “Estamos contentas de que este pueblo nos reciba, este pueblo que vio crecer a mi madre. Este año tuvimos la grata sorpresa de que el acto oficial se haría en este hermoso pueblo y que el gobernador acompañaría. La lucha continúa, tenemos que juzgar a todos los genocidas, encontrar a todos los nietos, hacer esa reparación histórica que este país se merece”, expresó Gabriela Evelina Ávila, hija de Evelina en el acto.
Relató la historia de su madre que “buscando un mejor futuro se fue a San Juan, conoció a su padre y viajaron a Buenos Aires”. “Mi papá era enfermero en Buenos Aires, nos cuentan que se fue a trabajar y nunca más volvió. Esa noche los militares fueron a mí casa y secuestraron a mí madre, no se vieron interesados por nosotras y nos dejaron en unas vecinas.Hoy seguimos reclamando los mismos ideales de salud y educación para todos, como lo hicieron nuestros padres. Nuestra abuela nos hizo mujeres dignas e íntegras”, dijo entre lágrimas.
Por su parte, el gobernador Ricardo Quintela agradeció la oportunidad de llegar a Chelcos a reivindicar a Evelina Rosa Ávila. La calificó como “una luchadora por generar las condiciones favorables para que la justicia social se instale en la Argentina, con una patria más justa, soberana, una patria libre”, dijo.
“Muchas gracias por este momento que nos hacen vivir. Espero que podamos encarnar la lucha de cada uno de los desaparecidos, de todo el colectivo de ex presos e hijos, de los perseguidos, los encarcelados y los torturados”, afirmó el mandatario.
Para el secretario de Derechos Humanos, Délfor Brizuela, “el golpe militar en ese entonces quiso arrasar con una sociedad que despertaba a la conciencia de que había que cambiar las cosas, que no se soportaba tanta injusticia”.
“Los derechos humanos son dignidad, verdad, insobornables y no se negocian”, concluyó.