“Es la historia de un superviviente”, resume el actor y cantante español Ángel Ruiz, refiriéndose al unipersonal de su autoría Miguel de Molina al desnudo, trabajo por el cual recibió el prestigioso premio Max 2017 al mejor actor. En ésta su primera visita al país, Ruiz espera cautivar al público local con el retrato de este gran artista de la copla española perseguido por el franquismo y afincado en los años 40 en Buenos Aires hasta su muerte, a los 83 años. Acompañado al piano por César Belda, dirigido por Félix Estaire, las funciones tienen lugar en el Teatro Picadero. Ruiz realizó una pormenorizada investigación para configurar el texto, basándose principalmente en Botín de guerra, la autobiografía del artista malagueño y en una extensa entrevista realizada en Buenos Aires, poco antes de su muerte, ocurrida en 1993.

Figura rescatada popularmente en 1989 con el estreno de Las cosas del querer, película de Jaime Chávarri en la que Manuel Bandera lo personifica bajo otro nombre, Miguel de Molina se había convertido en un emblema de la República. Llegado Franco al poder, el artista sufrió tortura y cárcel “por rojo y por maricón”, tras lo cual decidió el exilio. Ruiz lo interpreta en su espectáculo tomando en cuenta toda su trayectoria: se lo verá tanto viejo y resentido con su país como de adolescente y de joven, en la plenitud de su carrera. “Tenía una voz muy peculiar y cuando salía a escena encandilaba”, afirma el actor en la entrevista con PáginaI12. Otra de sus características era su modo de vestir, sus batas de amplias mangas, sus manos llenas de anillos. Según cuenta Ruiz, tenía una gran cultura y un manejo brillante de la escena: “cierta vez un hombre le gritó desde la platea: ¿Pero cómo se puede ser tan maricón? Y Miguel le respondió: pues, mira, preguntando, como tú”.

Ruiz encontró muchas coincidencias entre su historia y la de Miguel de Molina. Como el artista, Ruiz tuvo una infancia difícil en Málaga y hasta comenzó a bailar y cantar a la misma edad, a los 8 años, para entretener a los chicos de su misma barriada, también como aquel. Y al igual que Molina se las ingenió para ver todos los espectáculos que pudo en el mismo teatro Cervantes, donde comenzó a soñar con un futuro de artista. Es por esto que el cantante asegura “pude vertebrar este monólogo porque compartía sus mismos canales emocionales”. Aunque el espectáculo es más que una antología musical, como explica el actor, Ruiz cantará algunas de las canciones más conocidas del repertorio del artista, como "Ojos verdes", "La bien pagá" y "Compuesta y sin novio".

Miguel de Molina tiene el mérito de triunfar en el mundo de la copla, por entonces exclusivamente poblado por intérpretes femeninas. “Pero los grandes creadores de la copla fueron homosexuales, asegura Ruiz, como Manuel Quiroga, Antonio Quintero, Rafael de León y hasta el mismo Manuel de Falla”. También destaca que la copla, “es un género muy amplio que habla de amores ocultos e inalcanzables, que encuentra su sitio cuando Lorca y de Falla deciden profesionalizar el flamenco y subirlo a un escenario”, resume el actor, quien también explica que esta puesta en valor de lo popular que sucedió en aquellos años, “entronizó la figura de una mujer independiente, que no necesita el sostén de un hombre, como el personaje de Carmen, y luego de la República la copla es “secuestrada” por el régimen y aquel modelo de mujer cambia completamente”.

-¿Cómo aparece retratado el artista a lo largo del unipersonal?

-Me propuse traerlo al presente, para que nos hable desde hoy. Y para esto tracé la fantasía de un Miguel de Molina que va a una rueda de prensa en la propia España para contar su historia y hacer justicia. Pero es una convención, porque eso nunca sucedió.

-Miguel de Molina volvió a España en 1957 pero no consiguió que la prensa lo aceptara…

-Él no tenía intenciones de volver: llegó a España porque había muerto su madre y debía ordenar sus cosas. En esa oportunidad, Lola Flores le organizó un homenaje, pero al día siguiente la prensa afín al régimen volvió a rechazarlo. Entonces, Miguel decidió no volver más. En Argentina tenía un gran éxito y él sólo tenía palabras de agradecimiento a este país.

-¿Desde un principio había elegido exiliarse aquí?

-Sí, pero luego de debutar en el Teatro Cómico (hoy Lola Membrives) las autoridades de la embajada española lo obligaron a irse. Se fue a México y desde allí le escribió a Evita para explicarle su caso. Y fue ella quien le consiguió los papeles para su residencia.

-¿Todavía la Guerra Civil es un tema difícil de abordar en España?

-Hay cosas que han cambiado: mi abuelo estaba en una fosa común y hoy está enterrado dignamente, junto a su bandera republicana. Pero, aunque hay una Ley de Memoria Histórica, todavía hay dos Españas: la de izquierdas y la de derechas, la de quienes se han puesto la chaqueta de la democracia y no quiere hablar de nada para no abrir heridas. Como si las heridas se hubieran cerrado…

*Miguel de Molina al desnudo, Teatro Picadero Enrique Santos Discépolo 1857, miércoles 23 y 30 y jueves 31 de marzo, a las 20 hs.