Listo, no hay más lobby ni campaña de prensa que pueda torcer el destino. La consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) ya gestionó y contabilizó los votos de las 23 categorías de la 94º edición de los Premios Oscar, cuyos ganadores se conocerán en la gala que se realizará esta noche en el Dolby Theatre de Los Angeles, con transmisión de TNT y TNT Series (ver recuadro). Con el final de la jornada, cuando aquí el reloj orille la medianoche, llegará el momento más esperado de una temporada de premios que arrancó allá por fines de octubre: la apertura del sobre con el nombre de la elegida como Mejor Película. Son diez candidatas, entre ellas las más nominadas: El poder del perro, con doce; Duna, con diez; Belfast y Amor sin barreras, ambas con siete, y Rey Richard: una familia ganadora, con seis. Pero solo dos parecen llegar con aire suficiente para disputarse el triunfo.
Lo más llamativo de la contienda es el carácter radicalmente opuesto entre las favoritas. Una, El poder del perro, viene pisando fuerte desde su estreno el Festival de Venecia; la otra se llama CODA: Señales del corazón y empezó calladita, sin que nadie esperara demasiado de ella, pero sus posibilidades han ido aumentando a medida que se fue quedando con las estatuillas principales de aquellas premiaciones que mejor suelen sintonizar con el paladar de los electores de la Academia de Hollywood. Si El poder del perro fue la más nominada, con 12; CODA quedó en el furgón de cola, con apenas tres. La primera tiene una directora reputada y de amplia trayectoria como la neozelandesa Jane Campion, favorita para imponerse en su rubro y, por lo tanto, convertirse en la tercera mujer en hacerlo después de Kathryn Bigelow en 2010 por Vivir al límite y Chloé Zhao el año pasado por Nomadland. La segunda, en cambio, es de la desconocida Sian Heder, que contaba con solo un largometraje previo (Tallulah, de 2016) y ni siquiera compite en la categoría de las sillas plegables.
Una está basada en el prestigioso libro homónimo escrito en 1967 por Thomas Savage; la otra es la remake estadounidense de La familia Bélier, una comedia francesa de 2014 tan popular en aquel país como menospreciada por la crítica. Una es sórdida, implosiva, rugosa, tensa e incómoda; la otra, amable, luminosa, querible, vaciada de todo cinismo, capaz de generar empatía y contagiar la creencia de que el cine es un terreno donde las fantasías están para cumplirse, una característica nada menor en un contexto donde el mundo devuelve una realidad gris, con guerras y pandemias. De un lado está Netflix y del otro, Apple TV+. Ahí está, entonces, el único punto en común, aquel por el cual esta noche puede escribirse una página histórica en el Oscar: el 2022 como la primera vez que la estatuilla principal queda en la vitrina de una empresa de streaming.
Cabeza a cabeza
El
León de Plata a la Mejor Dirección en el Festival de Venecia para Campion fue
el primer paso de un camino que culminaría con un tendal de nominaciones en
todos los reconocimientos de la temporada. Elegida por varias asociaciones de
críticos como una de las películas del año, El
poder del perro -que transcurre en la década de 1920 y versa sobre la
relación entre dos hermanos lo suficientemente opuestos entre sí como para que,
ante la llegada de uno de ellos con su flamante esposa y el hijo de ella a la
casa familiar, se corte el delgadísimo hilo que los mantenía unidos- consiguió
un lugar en todas las ternas principales del Oscar, desde Mejor Película y
Dirección, hasta Guion y otras cuatro para sus intérpretes (Benedict
Cumberbatch en Actor protagónico, Kirsten Dunst en Actriz de Reparto, Jesse
Plemons y Kodi Smit-McPhee como actores secundarios).
Centrada en una adolescente hija de padres sordos –lo que en inglés se llama
Child of Deaf Adults, CODA– que trabaja con su familia en un emprendimiento
pesquero y sueña con ser cantante, CODA
tuvo su estreno mundial en el Festival de Sundance de 2021, de donde se fue con
el Gran Premio del Jurado y los reconocimientos a Mejor Dirección, Mejor Elenco
y el concedido por el público. Pero fue noticia por otro motivo, en tanto Apple
pagó la cifra récord de 25 millones de dólares para quedarse con sus derechos.
No era descabellado pensar que nominaciones en las galas de los últimos meses
se debían a la costumbre de todas las asociaciones de incluir una película
independiente, de esas que no tienen actores conocidos ni grandes valores de
producción. Un pronóstico que su presencia en solo tres categorías del Oscar
(Película, Guion Adaptado y Actor de Reparto para Troy Kotsur) parecía validar.
Pero a la hora de los bifes la cosa fue distinta. Muy distinta.
El perro arrancó ladrando con fuerza, imponiéndose en los devaluados Globos de Oro (Película en la subcategoría Drama, Dirección y Actor de Reparto para Smit-McPhee), el BAFTA inglés (ganó Dirección y Película) y el Critic’s Choice (repitió en Película y Dirección, y le sumó Guion Adaptado y Fotografía). Entre medio, CODA sorprendió al ser elegida como Mejor Elenco en los SAG otorgados por el Sindicato de Actores, una gala observada con atención porque los actores conforman la rama de la industria que más electores aporta a la Academia de Hollywood y, por lo tanto, sus votos pueden inclinar de manera significativa la balanza. Sin ir más lejos, En primera plana, en 2016, y Parasite, en 2020, se llevaron el Oscar principal teniendo un triunfo allí como antecedente más relevante.
Pero ganar el SAG tampoco implica una consagración automática en el Dolby
Theatre, como bien saben las afro-friendlys Talentos
ocultos (2017) y Pantera Negra
(2019), que se ilusionaron con el reconocimiento de los actores, pero al final
nada. Ninguna de ellas consiguió el PGA del Sindicato de Productores, como sí hizo
CODA el último fin de semana. Un
escenario similar al de 2021 con Nomadland,
que cayó en los SAG ante El juicio de los
7 de Chicago, pero ganó el PGA, y al de 2019 con Green Book: Una amistad sin fronteras, que sin siquiera estar en el
quinteto de los actores fue elegida por los productores. Heder y compañía se
ilusionan con que en 2022 ocurra lo mismo que hace doce meses y puedan pegar un
batacazo impensado hace un mes. Por algo la película acaba de reestrenarse en salas en todo el mundo, Argentina incluida. Campion y su troupe, en cambio, aguardan que el perro todavía tenga fuerza para una última mordida. La más importante, la que
le reservará un lugar en la historia.