El público ya coreaba “olé olé olé, Taylor, Taylor” cuando Dave Grohl empezó a presentarlo. Las pantallas mostraron a Hawkins agarrándose la cabeza con expresión de sorpresa ante la enorme demostración de afecto de esas miles de personas cantando su nombre. “Taylor, ¿te gusta?”, arengó entonces el frontman de Foo Fighters y siguió: “Lo mejor de Taylor Hawkins, que es el mejor fucking baterista en el mundo y lo amamos tanto, son sus pantalones. Este hijo de puta puede cantar y esos pantalones hacen que suene mejor”.
Entonces el batero se paró sobre la banqueta y mostró unas calzas animal print brillantes fucsias y negras, bajó al frente del escenario y antes de empezar una magnífica versión de “Somebody to Love”, de Queen, celebró: “Si no fuera por Dave Grohl, yo estaría repartiendo pizza o en el departamento de baterías de una tienda de música”.
El show en Lollapalooza Argentina fue el último de Taylor Hawkins, que falleció el viernes por la noche en Bogotá, Colombia. El músico tenía 50 años, más de treinta de carrera, y un buen humor, una energía y un espíritu que parecían inquebrantables.
Quién fue Taylor Hawkins
Nacido el 17 de febrero de 1972 en Fort Worth, Texas, en 1976 se mudó con su familia a Laguna Beach, California, donde se crió. Fue en la zona oeste de Estados Unidos donde empezó a interesarse por la batería, y formó parte de diversos grupos donde fue desarrollando su excepcional técnica y su estilo inconfundiblemente rockero.
En 1995 fue contratado por Alanis Morissette a través de un curioso casting de músicos para formar parte de la gira de Jagged Little Pill, disco con el que la artista saltó a la fama mundial. Con ella tocó y salió de gira durante dos años, hasta que Dave Grohl se puso en contacto con él. Necesitaba que Hawkins le recomendara bateristas, ya que el ex Nirvana precisaba reemplazar a William Goldsmith para el segundo disco de Foo Fighters, The Color and The Shape.
Entonces Taylor tuvo que tomar una decisión profesional. Alanis era, para esa época, una artista mucho más reconocida que los Foo Fighters, pero había una realidad en la propuesta que la volvía irrenunciable: elegir a Grohl significaba dedicarse a tocar rock. Así fue que Hawkins se integró a la banda con la que compartió escenario hasta su último día de vida.
El recorrido de este músico tan reconocido y tan querido por colegas de todas las vertientes no se agota en el camino transitado junto a Grohl y Pat Smear. En 2006 formó Taylor Hawkins and the Coattil Riders, su proyecto solista junto a Chris Chaney, integrante de Jane’s Addiction, con quien ya había tocado en la época de Jagged Little Pill.
Más tarde, Dave Grohl suspendió las actividades de los Foo Fighters para sumarse a los Queens of the Stone Age, Hawkins armó Chevy Metal con algunos amigos de siempre, entre ellos Willey Hodgen y Mick Murphy, con quienes despuntó el vicio hardrockero setentoso y ochentoso con covers de Black Sabbath, Queen, ZZ Top, Van Halen y Aerosmith, entre otros.
El parate de Grohl había tenido a Hawkins como motivo principal: el batero, al que el líder de la banda consideraba "un hermano de diferente madre", había sufrido una sobredosis de heroína que lo había dejado en coma por una semana. El ex Nirvana no quería vivir otra historia como la de Kurt Cobain y le dio un ultimatum: tenía que recuperarse o quedaría afuera de Foo Fighters.
Hawkins también tuvo sus coqueteos con el cine: interpretó nada más ni nada menos que a Iggy Pop en la película CBGB, de 2013, y participó de Terror en el estudio 666, la comedia de terror protagonizada por Foo Fighters, estrenada en la Argentina el 17 de este mes. Dream Widow es la banda heavy que interpretan en la película y es también el título del disco que lanzaron bajo ese nombre el viernes último.
La noche que calló la batería
Ese mismo día, la banda debía presentarse en el festival Estéreo Picnic en Bogotá, Colombia, tras el paso por la Argentina y Paraguay, donde no tocó por la suspensión del Asunciónico. Pero la noticia explotó en las redes sociales: “La familia de Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura partida de nuestro amado Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con nosotros para siempre”.
La muerte del baterista dejó en estado de shock a miles de músicos y fans alrededor del mundo que todavía, en medio del estupor que genera una partida tan repentina e inesperada, continúan evocándolo y recordándolo con manifestaciones de respeto y de afecto en las redes sociales.
El impacto en el mundo de la música
La cantidad de artistas que aportaron sus palabras de dolor y despedida es sobrecogedora. Jimmy Page subió a Instagram una foto de los dos juntos y el recuerdo de cuando compartieron escenario en el estadio de Wembley, el 7 de junio de 2008. “Tocamos ‘Rock and Roll’, con Taylor con su poderosa voz y Dave en batería y después, para ‘Ramble On’, intercambiaron, con Taylor en batería y Dave en voz (…) Realmente lo admiraba, era un músico brillante: su técnica, su energía y su poderoso entusiasmo”.
Tom Morello, de Rage Agaist The Machine, publicó una imagen junto a Hawkins y Perry Farrell, con un texto de despedida: “Dios te bendiga, Taylor Hawkins. Amé tu espíritu y tu imparable poder rockero. Descansa en paz, mi amigo”.
Ringo Starr se sumó al homenaje virtual: “Dios bendiga a Taylor. Paz y amor a su familia y la banda”. “Era una gran persona y un asombroso músico. Mi corazón, mi amor y mis condolencias para su mujer, sus hijos, su familia, su banda y sus fans. Nos vemos del otro lado”, lamentó Ozzy Osbourne.
La lista es inabarcable y da cuenta del tamaño de la pérdida que significará la ausencia de Hawkins para la comunidad de artistas y para un público que deja en el aire, suspendido como un eco en los confines de la música, ese “Olé, olé, olé, Taylor, Taylor”.