Ante la inminente crisis energética por el encarecimiento del gas y combustibles importados, fundamentalmente por la guerra en Ucrania; algunos legisladores nacionales por Santa Fe comenzaron a mirar de cerca los números que les acercó la consultora Ramos & Asociados a los que Rosario/12 tuvo acceso. Se trata nada más y nada menos que de la propuesta de aumentar la producción de biodiesel de soja y sustituir importaciones para que más divisas se queden en el país. Y además, beneficiar a la provincia de Santa Fe que es la principal productora de biodiesel. El año pasado el país importó gas oil para usinas y para uso automotor por un total de 1.663 millones de dólares en divisas.
La provincia de Santa Fe genera el 80% del total nacional de biodiesel de soja y actualmente hay un 60% de capacidad ociosa en ese sector, en grandes empresas agroexportadoras pero también en decenas de pymes que habían crecido en los últimos años y que luego se vieron perjudicadas en el gobierno de Mauricio Macri que claramente gestionó en favor de las petroleras.
Incorporar un millón de toneladas al mercado interno ayudaría a mitigar el exponencial crecimiento en el requerimiento de divisas del sector energético producto del aumento de los precios internacionales. Más concreto lo dice Alejandro Ramos, titular de la consultora citada, ex intendente de Granadero Baigorria, ex diputado nacional y ex funcionario nacional. “Aumentar el uso de biocombustibles en el mercado interno en el corte con el biodiesel para uso automotor y para el funcionamiento de usinas eléctricas; permitiría no sólo dar más trabajo argentino, sino también ahorrar en dólares que el país no tiene y también tener un menor impacto ambiental”, explicó a este diario.
Ramos asegura que Santa Fe es “una potencia energética” aunque nadie lo diga frecuentemente. “Puede producir en biodiesel el 14% de lo que produce el país en petróleo que son unos 510 mil barriles diarios”, explicó y aseguró que esta provincia sería la cuarta o quinta energética detrás de Neuquén, Santa Cruz, Chubut y Mendoza.
Ahora bien, ¿de dónde sale el biodiesel? Se produce fundamentalmente desde el aceite de soja. En estos argumentos también se basó la resistencia del gobernador Omar Perotti al cierre primero de las exportaciones de aceite y harina de soja y al incremento después de dos puntos en las retenciones de estos productos. “La harina de soja es la que más se vende al exterior fundamentalmente a India y Malasia, pero esos países le ponen un arancel con lo cual una pequeña suba en las retenciones complica mucho toda la operatoria”, explicó Ramos. La gracia estaba en aumentar la exportación de la harina de soja y dejar más producción de aceite de soja en el país para aumentar la producción de biodiesel e importar menos gas oil para usinas y para el transporte automotor, fundamentalmente colectivos, tractores, cosechadoras y maquinaria vial.
La mezcla del gas oil con el biodiesel es muy baja, actualmente no supera el 1% y podría llevarse al 10%. Obviamente, para las petroleras no es una buena idea pero sí para las divisas del país.
Según los cálculos de la consultora Ramos & Asociados, Argentina importará en 2022 entre GNL, gas de Bolivia, gas oil y fuel oil para usinas y gas oil y naftas para consumo vehicular, un total de u$s 13.500 millones de los cuales u$s 10.000 se concentrarán entre mayo y septiembre, no habiendo saldo de balanza comercial para afrontar dicho requerimiento, lo que disminuirá fuertemente a las Reservas.
De hecho, hace unos días desde el ministerio de Economía de la Nación ya se advirtió sobre la posibilidad de cortes programados de luz para las empresas teniendo en cuenta que el país no cuenta con los dólares suficientes para comprar la energía que necesita y que los buques con combustibles varios podrían ser derivados a los países más ricos teniendo en cuenta la escasez y suba de precios que genera la guerra en Ucrania.