La fiscal de la Unidad de Balaceras Valeria Haurigot reveló ayer detalles de la investigación que culminó el miércoles con múltiples allanamientos, que lograron desbaratar una organización criminal dedicada al comercio de estupefacientes y las  extorsiones. La banda era liderada desde prisión por Alan Funes, preso en Ezeiza, pero fue el teléfono celular de su hermana que estaba en Rosario,  el que brindó las pistas necesarias. “La investigación partió del secuestro de un celular, que fue analizado por personal de la Unidad de Balaceras y permitió reconstruir una historia delictiva de mucho tiempo, y que resultó ser muy rica en cuanto al esclarecimiento de hechos de balaceras y hasta una tentativa de homicidio”, explicó ayer Haurigot. Una de las personas detenidas es una ex empleada doméstica de un ex alto directivo de la Bolsa de Comercio de Rosario, que filtró información de su anterior empleador para que lo extorsione la organización.

El operativo se llevó a cabo por la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y la Policía Federal concretaron una serie de allanamientos en 20 domicilios de la ciudad y requisas en las celdas de nueve personas alojadas en cárceles provinciales y federales, entre ellas la del jefe del Clan Funes.

“Fueron 20 allanamientos, que se distribuyeron entre tres fuerzas, pero la investigación salió del riñón del Ministerio Público de la Acusación (MPA)”, afirmó Haurigot, quien anticipó que los 17 detenidos, muchos de los cuales estaban privados de la libertad por otras causas, serán sometidos el martes próximo a audiencia imputativa.

Asimismo, contó que la investigación de la Fiscalía permitió constar que “Alan Funes, que estaba en el penal de Ezeiza como preso de alto perfil, impartía órdenes desde la cárcel para la realización de diferentes hechos delictivos como así también la administración de bunkers de droga. También se identificó a quiénes trabajaban para él”.

Haurigot reveló que se determinó quiénes eran sus cómplices, “que estaban trabajando para él, ya no ceñidos a la narcocriminalidad sino desplazándose a otros rubros delictivos como las extorsiones, que tan preocupados nos tienen y habían aumentado tanto en el último tiempo, todo eso se va a ver en la audiencia con una calidad de evidencia notable”.

“Esta banda va mucho más allá de la violencia encapsulada a las drogas, sino que se desprende para todos lados y reconoce un alto poder de fuego”, advirtió la fiscal, y destacó que la investigación, además, “vuelve a poner en evidencia la cuestión sobre el ingreso y el uso de aparatos de telefonía celular dentro de los establecimientos penitenciarios”.

“En esta organización hay personas que ya estaban privadas de la libertad por otras causas y otros que estaban en libertad, hay también otros prófugos, que pueden ser detenidas antes de la audiencia del martes”, explicó Haurigot, para dar una idea de las ramificaciones y la peligrosidad de la banda que, gracias al análisis de un celular, pudo ser desbaratada.

La pesquisa se inició a partir del asesinato de una joven de 21 años ocurrido en octubre pasado en barrio Tablada. El esclarecimiento de ese crimen, cuya investigación llevó adelante el fiscal de Homicidios Gastón Ávila, posibilitó conectar a los autores intelectuales del asesinato con una asociación ilícita dedicada a cometer distintos delitos.

Detrás de esa estructura está Alan Funes, quien según los investigadores impartía órdenes desde la cárcel de Ezeiza, donde cumple una pena de 35 años de prisión por homicidio. Fue traslado a esa unidad penitenciaria después de se viralizara su festejo del año nuevo de 2018, en el que se filmó disparando una ametralladora el cielo.

Haurigot señaló que “esta causa forma parte del plan que tiene la fiscalía provincial de vincular cuestiones puntuales de portaciones de armas con qué fue lo que pasó antes de que esa persona sea encontrada en un procedimiento de flagrancia con un arma” y enfatizó: “Lo estamos logrando y estamos vinculando actividad delictiva que antes se trabajaba por separado”.

Est misma semana se conoció que una mujer fue detenida en un departamento de un pasillo situado en Juan Manuel de Rosas al 3600, en barrio Tablada, en la zona sur de Rosario, donde también fue detenido su hijo Lucas, sospechado como el sicario de mayor peso de la organización criminal. Se llama Lorena Betiana O., y es la tía de Jorgelina "Chipi" Selerpe, la pareja del narcotraficante Alan Funes.

Lorena O. quedó envuelta en una investigación por una extorsión a un ex directivo de la Bolsa de Comercio. En diciembre pasado el hombre comenzó a recibir mensajes extorsivos a su teléfono celular. De acuerdo a la causa llevada adelante por los fiscales, la mujer también cumple un rol estratégico en la banda: es la encargada de fraccionar la droga para la venta y atiende el búnker situado en Chacabuco al 4100.

La tía de la "Chipi" Selerpe también está sospechada de ser quien recauda dinero de la comercialización de estupefacientes y de controlar que otros cumplan sus tareas delictivas. Pero además es la supuesta encargada de guardar armas de fuego y municiones en su domicilio.