El presidente de Brasil, Michel Temer (foto), debe responder ante la Policía Federal por las sospechas de corrupción en su contra, según informó el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil. Así lo ordena un fallo firmado ayer por el juez Edson Fachin, responsable en la Corte Suprema por la investigación de la trama corrupta en la estatal Petrobras, que autoriza a interrogar al mandatario. El jefe de Estado no será obligado a presentarse en la policía ni tampoco a recibirla: el cuestionario con las preguntas podrá ser enviado por escrito y respondido de la misma forma por el presidente, que deberá hacerlo en un plazo de 24 horas. El trámite tiene lugar en el marco de una investigación que tiene a Temer como sospechoso de incurrir en los delitos de corrupción, obstrucción a la justicia y asociación ilícita, algo que el mandatario niega a rajatabla desde que estalló el escándalo. Temer recalcó en la apertura del Brasil Investment Forum, en San Paulo, que su compromiso con el país es inquebrantable, aseguró a los inversores de 42 países que llegará al final de su mandato con la casa en orden y mostró su determinación de avanzar en la agenda de reformas.

El tribunal todavía no fijó una fecha para la indagatoria, que estará centrada sobre todo en los explosivos audios que fueron entregados al tribunal supremo por Joesley Batista, dueño de la empresa JBS y quien firmó un acuerdo de cooperación sobre asuntos de corrupción. Ese audio fue grabado por el propio Batista en una reunión que tuvo con Temer en la residencia oficial de la Presidencia, que fue admitida por el mandatario, aunque este niega que la conversación pueda incriminarlo en algún hecho ilícito.

En la conversación Batista relata diversas maniobras ilegales que realizaba en favor de su empresa tanto en el poder judicial como con algunos ministros, frente al silencio de Temer, que por momentos hasta llega a consentir lo que escucha. Batista y otros directivos de JBS, investigados en el marco de la trama corrupta que operó en la estatal Petrobras, también confesaron que sobornan al actual presidente desde 2010 a cambio de favores realizados desde el poder, y que en los últimos años financiaron en forma ilegal la actividad de 1829 políticos de 28 partidos.

En la apertura en São Paulo del Brasil Investment Forum, el mandatario intentó mostrarse firme. “Hubo momentos de medidas populistas, pero no permitiremos que se ponga en riesgo el presente y el futuro de los brasileños. Nuestro compromiso con el país es inquebrantable”, dijo el presidente, acompañado por varios ministros y los presidentes de las Cámaras legislativas.

Pese al escándalo, el gobernante dijo que las instituciones en Brasil están funcionando tranquilamente. “Nuestro lema es el de la bandera: orden y progreso”, aseguró. Desde la nueva crisis, Temer perdió apoyo de cuatro partidos minoritarios, la oposición y algunos legisladores de la base oficialista pidieron su renuncia. Ayer defendió una vez más su gestión. “Quiero transmitir un mensaje claro: nuestro gobierno devolvió a Brasil el camino del desarrollo y de ese camino no nos apartaremos”, subrayó y agregó que desde que accedió al poder, en mayo del año pasado, llevó a cabo un trabajo disciplinado. “Hicimos mucho en poco tiempo y por esa razón Brasil está volviendo a crecer”, comentó.