“En el deporte a veces es muy difícil que las emociones estén a flor de piel porque hay que salir, entrenar y estar lista”, expresó Cecilia Carranza Saroli durante la entrevista con Página/12. Después de haber participado en cuatro Juegos Olímpicos, con medalla dorada incluida en Río 2016, se cuestiona la manera de vivir la actividad y piensa en cómo afecta la idea de que si no hay dolor no hay ganancia. “Durante mucho tiempo pensaba que me podía pasar cualquier cosa y salía al agua igual. Hoy repienso las cuestiones impuestas con las que crecimos en el alto rendimiento. Está bien comprometerse, pero también aceptar si tuve un problema familiar, si me duele y lo sufro", aseguró la atleta rosarina.
-¿Cómo arrancó la preparación para París?
-Estoy con este nuevo proyecto en el 49er FX. En enero nos pusimos con toda la planificación y ahora volvimos de nuestra primera gira en Estados Unidos. Me tomé un tiempo para darme cuenta y entender si podía ser un proyecto serio porque para hacer una campaña olímpica se requiere un compromiso grande.
-¿Cómo fue la gira en Estados Unidos?
-Fue la primera vez que navegamos con un barco al lado para entender dónde estamos paradas y qué puntos tenemos que trabajar. Estoy en una embarcación nueva y Sol (Branz) pasó de ser tripulante a ser timonel, así que las dos en proceso de aprendizaje. No vamos a saber de qué somos capaces hasta que no corramos dos o tres torneos en Europa. Sol tiene muy claro lo que es hacer una campaña olímpica y tiene el gran deseo de ganar una medalla porque en Tokio quedó muy cerca.
-¿Por qué decidieron separarse con Santiago Lange?
-Ni siquiera lo tuvimos que debatir. Por mi parte tenía la decisión tomada y creo que Santi también. Estos proyectos tienen su ciclo que de repente termina, llega un punto en el que vos no haces mejor navegante a la otra persona y la otra persona no te hace mejor navegante a vos. Había una base fundamental en nuestro equipo que tenía que ver con la excelencia y el disfrute y por más que haya compromiso, intención y ganas no cumplíamos con eso.
Al hablar del abrazo final cuando ganaron la medal race en Tokio ya sin chances de medalla, la campeona olímpica en Río 2016 se emocionó: “Fue lindo haber ganado esa última regata porque demostramos que estábamos preparados para hacer un buen resultado. No se nos dio pero haberla navegado tan bien fue un pequeño regalito. Cerramos una linda etapa con un lindo abrazo”.
La deportista comenzó con un nuevo desafío en la conducción del ciclo “Identidades TNT Sports”, un programa de ocho entrevistas a distintas personalidades del deporte con el objetivo de visibilizar y naturalizar la diversidad en cuanto a orientación sexual, identidad de género y discapacidad.
-¿Cuál es la idea de Identidades?
-La idea del programa es alentar a que las personas podamos vivir con más naturalidad, que quienes vean el ciclo se sientan identificados, que hagamos del deporte un lugar mas inclusivo y mostremos el valor de las personas por lo que hacen y lo que son. El deporte es una herramienta de integración, de superación, de aprendizaje de valores y toda la vida nos jactamos de eso pero si te pones a analizar en profundidad eso no se cumple porque dejamos personas afuera y mi deseo es que eso no suceda más.
-¿Qué te motivó del proyecto?
-En mi historia viví un montón de cosas que me hubiera gustado no vivirlas. Fue un desafío muy grande porque nunca había hecho una entrevista. Cuando hablé con personas con discapacidad me dijeron que no quieren que los aplaudan por haber superado su discapacidad, sino que los respeten por el esfuerzo que hacen para obtener un resultado.
-¿Qué cosas que viviste hubieras cambiado?
-Si miro para atrás, de mi vida no cambio nada pero le deseo a una persona que no tenga que ocultar nada y que pueda vivir con libertad, sin carga y sin culpa su orientación sexual. Aún hay agresión simbólica y física a gran parte del colectivo. Mi gran deseo es que las personas podamos elegir con libertad nuestra orientación sexual, nuestra identidad de género o lo que deseemos hacer en nuestra vida.
-En París sería tu quinto Juego Olímpico ¿Pensás en el retiro deportivo?
-Lo pensé después de Tokio porque iba al agua y no lo disfrutaba, pero insistí en seguir porque sabía no era genuina esa sensación, o quizás era parte del proceso de haber terminado un ciclo que me generaba emociones que no tenían que ver con mi relación con el agua. Fue un día clave que fuimos a navegar y me di cuenta de que lo había vuelto a disfrutar al máximo y se me empezaron a caer las lágrimas de emoción.
-¿Cómo ves la actualidad del deporte en el país?
-Estamos en un país donde hay necesidades más imperiosas que el deporte, pero a su vez es una parte fundamental de la construcción de la sociedad. Creo que el Enard es un antes y un después en el deporte argentino, una inyección de profesionalismo y dinero que nos ha ayudado muchísimo, pero aún faltan recursos. La cuestión de la plata es fundamental porque todos los gastos de los deportistas son en dólares. Sería genial volver a que el 1 por ciento de la telefonía móvil vaya directamente al Enard porque nos daría libertad.
-Una vez que te retires, ¿te gustaría seguir vinculada al deporte?
-El deporte es mi vida y quiero seguir conectada siempre para devolver algo de todo lo que me dio. Fui becada en algunos ciclos olímpicos por el COI. He recibido el apoyo de la Secretaría de Deportes, del Enard, del COA y siento que es mi familia. Me encantaría trabajar con deportistas para acompañar en sus procesos.