La inflación volvió a acelerarse en febrero al alcanzar un 4,7 por ciento con un pico de 7,5 por ciento en el rubro de alimentos y bebidas. A su vez, los relevamientos provisorios que llevan adelante las consultoras indican que la suba de precios promedio en marzo podría llegar a estar por encima del 7 por ciento. En este delicado contexto, Página|12 consultó a cuatro especialistas sobre las medidas posibles que debería tomar el gobierno para ponerle un freno a los precios.
Moderar la emisión
Pia Garavaglia, economista investigadora de la Universidad de Buenos Aires, propone que en el ámbito fiscal “se debería resegmentarse el esquema tarifario energético de una forma más progresiva para que deciles más altos paguen más. Es fundamental que se recupere el poder adquisitivo de la población para poder mantener los niveles de consumo y actividad. ¿Cómo sería esto? A través de paritarias por arriba de la inflación y con un acompañamiento del sector empresario para que sean sostenibles. Eso tiene que ser paulatino para no caer en otro rebrote inflacionario. Tiene que recuperarse el salario y que se acomode la política monetaria pero que no se fomente la demanda de divisas"
“Es fundamental un acompañamiento monetario a partir del fomento a la inversión en activos locales aumentando las tasas de interés y moderando la emisión monetaria. Y por último, lograr estabilidad cambiaría a partir de la acumulación de reservas con promoción y diversificación de exportaciones. Para esto último también es clave mejorar el resultado fiscal de manera de subsidiar y/o invertir en sectores productivos estratégicos “, concluye la economista.
Respecto al ámbito fiscal y monetario, Isaias Marini, asesor económico, explica que "este es el principal frente. Un país con una moneda débil, como el peso, no puede mantener déficits de manera continua financiados con emisión monetaria. Reducir el déficit -ya sea vía gastos o ingresos- y la emisión monetaria no está libre de costos en el corto plazo, pero es una condición necesaria (pero no suficiente) para bajar la inflación".
Los formadores de precios
Por su parte, Luciana Bilbao, economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), pone el ojo en la dinámica oligopólica de la formación de precios. “Tiene mucha influencia en los procesos de márgenes de rentabilidad de los distintos eslabones, la inflación de febrero es un claro ejemplo, con aumentos totalmente desproporcionados y disociados de los costos. En este sentido, hay que ser muy estrictos en el control a estos sectores, además que los programas de regulación deben tener una buena comunicación y prensa” explica la economista. Luego agrega que “los controles estrictos sobre políticas como Precios Cuidados y las mesas de diálogo son partes importantes para comprometer a esos sectores a que cumplan el tipo de aumento que el gobierno fija mediante políticas públicas. El tipo de control debe ser territorial porque muchas veces se miente respecto al costo de producción. Para conocer fehacientemente la rentabilidad de ese producto, es decir cuales son los costos y por ende, el por qué de su precio, se necesitan controles territoriales”
Marini explica que a raíz del tipo de inflación que tiene Argentina “es muy difícil reducirla rápidamente, especialmente por su componente inercial: tanto los trabajadores como las empresas se adaptan, y los precios que se fijan en el presente vienen en buena parte determinados por la inflación del pasado. Bajar la inflación, en este contexto, implica atacar distintos frentes y no hay soluciones mágicas”.
En el frente comercial y cambiario, “tener un tipo de cambio real competitivo y estable también es necesario pero no suficiente. Para fomentar las exportaciones y acumular reservas para sostener el valor de la moneda, también es necesario reducir las trabas a las importaciones y al movimiento de capitales", agrega el analista.
A nivel microeconómico, Marini propone reducir las políticas como el congelamiento de precios que "han probado no funcionar. En el actual régimen inflacionario, es necesario que los agentes económicos se convenzan de que la inflación puede bajar y para ello será necesario lograr un consenso entre los trabajadores, el gobierno y las empresas", concluye Marini.
"Las medidas respecto a acuerdos y congelamientos de precios en varios sectores en simultáneo sirven. Sin embargo, tienen que ser acompañadas por la desarticulación de las tasas de interés -que dejen de subir- y la modificación en el precio de los alquileres que se ajustan por inflación, para empezar a eliminar la inercia inflacionaria”, agrega Nicolás Pertierra, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
"Las principales medidas a tomar respecto de la coyuntura actual apuntan a amortiguar los precios internos respecto de los internacionales. Esto se da con limitaciones porque legalmente hay complicación que tiene el Poder Ejecutivo para modificar las retenciones pero es posible buscando otros instrumentos que pueden llegar a ser los fideicomisos o las mediadas de tipos de cambio diferencial. Desde ya que son todas peores que la suba de retenciones que es la ideal porque combina un efecto de precios con un efecto redistributivo por la recaudación fiscal”, concluye el economista.