Fue uno de los hombres de confianza de Menem y uno de los primeros en apartarse de su lado con fuertes críticas, denunciándolo como "un claudicante del peronismo". 

Su última participación en la política fue durante la campaña de 2003 para la presidencia de Néstor Kirchner. Fue Cristina quien hizo la camapaña en La Rioja, recuerda, Henry. Con Néstor presidente le ofrecieron el rectorado de la Universidad de Chilecito, pero en los antecedentes penales figuraba que todavía estaba preso en Sierra Chica, una de las cárceles donde estuvo en los 4 años de prisión que sufrió durante la dictadura militar. El juez nunca había informado su liberación.

Junto a Ely, su compañera de vida, Henry atiende la Posada del Monte, un idílico complejo de cabañas que construyó en San Blas de los Sauces, lugar que eligió para su retiro.

"Yo me siento como una flecha disparada al aire, una vez disparada la flecha allá en los montes de J. B. Bazán (Formosa), ya no tenés retorno ni podés cambiar el curso, tal vez el viento te mueva un poco; ese soy yo: no me arrepiento de nada de lo que hice, y ahora trabajando acá en los Sauces me justifico", comienza la conversación Henry en uno de los rincones mágicos de su cabaña.

La charla fue en octubre del año pasado, pero Henry ya adevierte respecto a la política actual que "el esfuerzo es mantener la unidad del peronismo. Unidos somos invensibles. El tema es que hay que conseguir una conducción para ese peronismo unido. Me gustaría que Cristina fuera la conductora de ese peronismo unido, pero no sé si ella va a lograr la unidad. Entonces hay que manejarse con los jefes que tenemos, pero lograr la unidad. Y tratar de conseguir la patria justa y soberana y sacarnos el yugo de la dependencia, el yugo de la pobreza y de la indigencia".

¿Cómo fueron sus inicios en la política?

En verdad, mi vieja familia, los Sánchez, somos animales políticos desde hace 400 años, cuando llegó el primer Sánchez de encomendero de Los Atiles (pueblo riojano) en 1620. Algunos acompañaron al general San Martín a Chile, Bolivia, Perú. Al cruzar Los Andes eran arriero, Paulino Orihuela, sobrevivió a las batallas de Junín y Ayacucho, y volvió como coronel de Sucre en 1826. A final de siglo mis antepasados eran compañeros del general Peñaloza, la paz de La Banderita se firmó en el campo de mi antepasado y se ratificó en Tama que ahora se llama La Casa de las Paces.

Luego el primer gobernador peronista es mi tío Pancho de la Vega y ya la generación de mis padres fueron maestros, pero él también siguió con su visión nacional y popular y fue cesanteado en los golpes de 55 cuando trabajaba de maestro en los montes de Formosa. Y yo salí de esos montes remotos, estudié en Chilecito, en Córdoba, era la década del 60, llegó el Che en ese tiempo, fue el Cordobazo, el Viborazo.

En La Rioja vinimos ya con la consigna de traer a Perón a la patria. Entonces a mí me tocó crear el Consejo Tecnológico, un organismo que aglutinaba a los profesionales que estaban enrolados en la causa nacional y popular para preparar el próximo gobierno peronista.

Tenía 33 años, luego estuve al frente del Instituto de la Vivienda, porque no había arquitectos. No duró mucho mi gloria, porque luego vino el golpe del 76 y fui a parar tres navidades preso en Sierra Chica, La Plata, La Rioja, casi 4 años en total de detención. Al volver fui diputado de la Provincia, secretario General del Partido Justicialista.

¿Y ahí vino la campaña Menem Presidente?

Era una batalla casi imposible de ganar, porque era ganarle a Cafiero con 19 provincias aliadas. La Rioja con Menem tenía solamente dos provincias aliadas, Santa Cruz y Catamarca. Y ganamos porque Cafiero admitió que las elecciones de Presidente podían ser directas, antes lo decidían los congresales. Al admitir que fuera el voto directo de la gente el que decidía el candidato ahí ganamos la elección, porque había mucha gente que se volcaba… Yo lo acompañaba a Menem a Rosario, a Buenos Aires, no era un problema del peronismo, era un problema étnico, a los viejitos se le chorreaban la cara por las lágrimas, lo abrazaban. Este tipo patilludo era lo que ellos nunca podrían ser y por eso ganamos.

¿Qué tenía Menem que no tenía Cafiero?

Menem era más carismático. Era un representante del interior. Tenía unas patillas y un ponchito en la espalda que hizo que la gente creyera que ese era el peronismo que había que buscar. Cafiero era un señor. Menem era más campechano y tenía la capacidad de decir lo que uno quiere que te diga. Te olía y te plantaba tu discurso aunque después a otra gente le decía otro, según la manera de a quién le hablaba. Ese era Menem. Y tenía una memoria increíble, porque veía a alguien y pasaban muchos meses y lo reconocía.

¿Tuviste una vinculación muy profunda desde temprano con Menem?

Sí, porque Menem era un tipo carismático que decía lo que quería hacer y nosotros coincidíamos con lo que quería hacer: continuar la revolución inconclusa de Perón. Tal no pasó porque después Menem claudicó y yo me fui de su lado. Me fui y comencé a trabajar en la obra civil, estuve 10 años, me puse una empresita importante en la estabilidad menemista, pero eso explotó de la mano de De La Rúa en 2001 y yo perdí todo. Tuve que traerlo a mi hijo de Córdoba, vender mi departamento de Córdoba, entregar mis vehículos, comenzar de nuevo de cero.

Abandonaste el menemismo antes que fuera menemismo.

Yo me fui muy temprano del lado de Menem porque comprendí tempranamente que él estaba muy condicionado por sus financistas, allí estaba Franco Macri, Bulgheroni, todos esos truchones que hacían la plata en el país y la sacaban afuera ya estaban a su lado. Ese era el modelo: juntar la plata acá y remesarla a los paraísos fiscales. Sin generar trabajo, eso es lo que está causando el cáncer de nuestro país que no se genera trabajo con la propia riqueza.

Me fui porque creía que iba a ser tiempo perdido y así pasó.

¿Qué le pasó a Menem en el medio, hasta ese cambio con este grupo económico, porque él comienza desde chico en la política?

Yo era amigo de Menem, estaba yo detenido en las cárceles más duras y a Menem le tocó un año estar en Las Lomitas (Formosa). En ese tiempo nos escribíamos cartas a través de amigos de Las Lomitas. Son muy interesantes porque esas cartas marcan el pensamiento de Menem de aquel tiempo, 78, 80, el Menem que nosotros conocíamos y comprendíamos y queríamos. Y trabajábamos con él todas las horas del día para que llegara a ser Presidente. Para mí fue muy doloroso apartarme luego de su lado.

Pero bueno, mis cargos en la política y en la función pública se debieron mucho a su apoyo, pero uno no es un perro que sigue a quien le da de comer, sino sigue a quien a uno le da de pensar. El ideal que uno mastica es el ideal del jefe y si uno no coincide uno se va, calladamente la boca se va, y así me fui.

Henry y su compañera Ely, en el estanque de la Posada del Monta.

¿Cuáles fueron los costos de esa decisión?

Y quedé como un tipo que había defeccionado de la causa. Los riojanos lo siguen queriendo mucho a Menem. Es muy difícil que ellos comprendan que Menem fue un claudicante de la causa de Perón. Pero bueno es lo que pasó... “Voy a ir al hueso”, decía Menem, “tengo que ahorrar los 360 millones de dólares por año que me provocan los ferrocarriles”, y despanzurró 300 pueblitos que están en medio de la nada y vivían del ferrocarril. Y ese año le entregó a Macri 360 millones de dólares. Aparte saneó el robo que había hecho, se valió de la Corte menemista para limpiarlo a Macri. En fin, entregar los puertos del Paraná, porque podría regentearlo el país, es un ingreso fenomenal, que ahora este gobierno nuestro está perdiendo el tiempo, ya se tendría que haber hecho cargo de esos puertos. Veo también una duda en la ejecución de la causa nacional a través de este gobierno que tanto queríamos y que logró la unidad del peronismo. Pero bueno esta es una historia que está pasando ahora.

¿Cómo se enviaban esas cartas?

Yo tengo un hermano que se llama Carlos, cuando decía Carlitos se las mandaban a mis amigos de Las Lomitas, Lalo Salazar, que había sido compañero de sexto grado. Lalo era funcionario del Banco Formosa. Menem vivía en casa del Tubito Flores, que también fue compañerito de sexto, en el año 54, así que toda esa banda de compañero son los que me permitieron llegar a Menem. Y él después fue muy generoso con ellos, la señora de Tubito Flores pasó a ser diputada de la provincia, luego fueron a Paraguay como agregados en la diplomacia.

En las cartas Menem dice que les llegan distintos mensajes de la militancia, ¿allí se estaba gestando lo que iba a ser el apoyo a su presidencia?

Estaba en la etapa que teníamos que ponerlo de gobernador. Y así fue, estuvo un periodo, luego vino el segundo periodo. Menem estaba planteando que había un vacío en el peronismo. Luego de la muerte de Perón y el fracaso de Isabel qué surgió, que nos ganó Alfonsín. Nos ganó porque presentamos una lista que más bien parecía una patota que una lista política y perdimos limpiamente. Con su discurso leyendo la Constitución Nacional nos ganó de medio a medio. Me da gusto porque hubiera sido peor que ganara el peronismo con esa gente.

Menem vio el vacío y se largó a la campaña. Recorrió todo el país y nosotros nos quedábamos en La Rioja gobernando. Tenía mucha fe en nosotros. Yo estaba en el Instituto de la Vivienda.

¿Cuáles fueron los atributos de Menem para ganar la presidencia?

Toda la patria venía de una etapa muy difícil. Nosotros luchamos por el retorno del general, pero no duró mucho porque enseguida murió el general. Y nosotros que veníamos de la corriente izquierdista del peronismo nos sentimos echados del lado del general, fue muy doloroso para nosotros. Recordemos también que Perón ya estaba en su senectud, influenciado por una camarilla que resultó nefasta. Esa etapa del peronismo a mí me duele mucho, y seguimos al Perón del 45 con las banderas de la tercera posición, de la patria libre y soberana y de las conquistas sociales que él logró. Así que ese Perón es el que reivindicamos. Ese Perón es el que creemos que debe continuarse.

¿Después de eso te retiraste de la política y recobraste esperanza con el kirchnerismo?

Yo me fui de al lado de Menem viendo que él no iba a cumplir. Y estuve trece años en el exilio y fracasé también como empresario, porque la estabilidad de los 10 años de los 90 explotaron y me quedé sin nada. Y me retiré en este algarrobal de San Blas de los Sauces.

Pasaron 13 años y era marzo, estaba cantando un coyuyo y dije qué raro que cante todavía un coyuyo en marzo, ese debe se el último coyuyo, dije. Y me llama un compañero, “Che se larga la campaña, un tipo que es del Sur”, ¿Cómo se llama?, Kirchner…, no lo sabía ni pronunciar el nombre. “Bueno, ¡lo apoyemos!” 

Yo me presenté como candidato a intendente de La Rioja, iba con nosotros el “Negro” Yoma que era candidato a gobernador. Yo fui el ingeniero que confeccionó esa lista, había otros gérmenes radicales como Julio Martínez, que finalmente de la lista nuestra es el único que entró como diputado nacional. Yoma perdió, yo perdí. Y entró Julio Martínez, que después se convirtió en hombre de Macri.

Hay fotos de campaña en la que estás con Cristina.

Fue un gran gusto conocer a Cristinita, era hermosa, sabia. No vino Néstor Kirchner, vino ella a hacer la campaña en La Rioja y forjamos una linda amistad. Yo me endeudé por dos años y medio en esa campaña, pero me da gusto ese esfuerzo que hice para lograr una esperanza más a la patria. Y lo logramos plenamente, porque en 2001 la patria estaba quebrada y Néstor Kirchner la levantó rápidamente, fue como un milagro del hombre.

También había una actitud de creer en el hombre. Kirchner había entrado apenas con el 22% de los votos, Menem no se prestó a dar el ballotage de la segunda vuelta porque sabía que iba a perder, y a Menem no le gustaba perder, siempre le gustaba ganar. Yo le critiqué mucho a Menem porque los jefes nuestros no eran así. Peñaloza perdía siempre, tanto que una vez sus jefes le dijeron “General no ganamos nunca, Ud. nos lleva siempre a la derrota”. Entonces Peñaloza subió a su caballo y se fue solo y los soldados uno a uno lo fueron siguiendo, incluso el que lo criticó. Lo importante es mantener la causa, la conducta.

En la causa nacional y popular hay que seguir luchando siempre aunque uno pierda. Esa es la forma de luchar para nosotros, es como una religión, un crecimiento, es lo que uno lleva en las venas, hay que seguir luchando aunque uno caiga varias veces, pero alguna vez llegaremos al triunfo como se llegó luces con Perón, luces con Néstor, luces con Cristina, ojalá que Alberto encuentre la luz.

¿Le hizo bien o le hizo mal Menem a La Rioja?

En La Rioja lo quieren mucho a Menem, casi no creen que Menem haya claudicado del peronismo, no creen, así que es muy difícil plantarse en un discurso y decir que Menem traicionó el peronismo. Yo expliqué mi visión, fue como quemar las naves en el peronismo menemista y no pude volver más, y aunque me llamen yo no vuelvo. No siento estómago para volver a ese peronismo que admitió todo, fueron sumisos tras alguien que simplemente llevaba la bandera neoliberal.

¿Dijo que no fue Menem el primer candidato para gobernador que impulsaron?

Eso no se hizo público, pero nosotros primero creíamos que el mejor candidato era Libardo Sánchez, de Chilecito. Y fuimos a buscarlo y el vice iba a ser Ramón Torres, el jefe de los gremialistas que quebró la política del gobernador Iribarren. Pensábamos ponerlo al “Pelado” Angelelli de diputado nacional, nunca nos aceptaría el “Pelado”, no le llegamos a ofrecer. Libardo Sánchez declinó la oferta que le hicimos. Tuvo miedo de nosotros, un grupo de mocetones, pensó que éramos un grupo de montoneros. Pasado los años me volvió a ver y me dijo “Ahora sí, ahora nos larguemos”, “Ya no Libardo, ahora Menem es el jefe”, le dije.

En un artículo Horacio Vertbitsky lo relaciona con el Partido Auténtico, ¿fue así?

Sí, me sorprendió una columna de Verbitsky en Página. Pinta bien mi historia, solamente que dice que yo había estado en el movimiento del Partido Auténtico que era el movimiento electoral de los montoneros y yo me negué a entrar, porque les dije a kis compañeros, "esto es una trampa, no hay que entrar porque los jefes van a estar en el subsuelo y nosotros vamos a estar navegando en la superficie y nos van a despanzurrar a balazos". Al revés, en ese febrero en la elección interna del PJ terminé siendo Presidente del PJ Capital de la ciudad de La Rioja y Menem presidente del PJ Provincia. Cuando los esbirros me golpeaban por eso, les decía, "pero están mal informados, yo no soy del Partido Auténtico, soy presidente del PJ y se miraban sorprendidos.

Yo creo que Verbitsky ha buscado en los archivos de ellos para perfilarme. 

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