Algo más de tres horas duró la reunión entre la conducción de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y los empresarios del sector en la sede del Ministerio de Trabajo del barrio de Congreso. La falta de acuerdo en la discusión paritaria llevó a que Antonio Caló anunciara paros rotativos a partir del primer día de junio. Uno de los máximos dirigentes de la UOM reconoció a Páginai12 que “la mano invisible del Gobierno” provocó el fracaso de las negociaciones.
La reunión de ayer fue la última de las promovidas por el Ministerio de Trabajo luego de que el pasado 2 de mayo decretara la conciliación obligatoria. Los empresarios industriales mantuvieron su propuesta de un incremento salarial del 22 por ciento, demasiado lejos del 30 que exige la UOM.
“A pesar de que tuvimos más de una decena de reuniones con los empresarios, ellos persisten en su negativa a otorgarnos el salario que reclamamos”, gritó Caló desde la caja de un camión que hizo las veces de escenario. Las casi dos centenas de delegados y trabajadores que se convocaron en la puerta del ministerio repudiaron con insultos el fracaso de la reunión.
Caló anunció que los paros serán de treinta minutos y se producirán luego de una hora de trabajo. En algunas fábricas, como las que producen caños sin costuras, por la complejidad de la puesta en marcha de las maquinarias los paros se realizarán con una frecuencia más amplia. Si en el plazo de una semana no hay una nueva propuesta del lado empresarial, la intención de la UOM es realizar una movilización y paro general de la actividad.
De todas formas, miembros de la conducción sindical reconocieron que, concluida la conciliación obligatoria, las conversaciones con la patronal se mantendrán de manera informal. Entre los sindicalistas no hay duda de que “el Gobierno ha metido la mano” para evitar que se alcanzara un acuerdo y, aseguran que el motivo es político. “Otros gremios han cerrado mejores paritarias y en el Gobierno, al apretar a las cámaras empresarias para que no acuerden, nos están haciendo pagar nuestra militancia con Cristina Kirchner, con el peronismo y ahora con (Florencio) Randazzo”, aseguró uno de los hombres que talla en la política interna de la UOM.
Ante los trabajadores, Caló aseguró que el gremio se manejó con mucha “prudencia,” pero la intransigencia de los empresarios no les deja otra alternativa que retomar el plan de lucha que se había suspendido a principios de mayo, cuando Trabajo aplicó la conciliación obligatoria.
El líder metalúrgico, quien supo conducir la CGT aliada a la entonces presidenta Cristina Kirchner, les advirtió a los delegados y secretarios generales de regionales que los empresarios buscarán dividir a los trabajadores proponiendo acuerdos por fábrica: “Les pido encarecidamente a los delegados que no aflojen y no negocien con los empresarios porque nosotros lo que necesitamos es el esfuerzo de ustedes para cerrar el aumento para todos los trabajadores metalúrgicos del país”, afirmó Caló, rodeado por Francisco “Barba” Gutiérrez y el titular de la UOM bonaerense, Abel Furlan, diputado nacional del FpV.
La conducción metalúrgica reconoció que hay empresarios que se mostraron dispuestos a mejorar la oferta salarial, pero sólo a nivel de sus fábricas. Esta atomización perjudica la suerte de un acuerdo a nivel del convenio nacional y de allí el pedido del líder metalúrgico. “Rechacen las ofertas y transmitan que lleven sus ofertas a la paritaria, que es el ámbito natural de una negociación salarial”, dijo Caló.