Vecinxs del pueblo de Gaona, en el departamento Anta, presentaron un proyecto de inciativa popular en la Cámara de Diputadxs para que les restituyan la categoría de municipio, suprimida por la última dictadura cívico militar. El 24 de marzo, en el marco del día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, realizaron un acto, una marcha y un abrazo simbólico en la plaza principal de la localidad. Además de recordar los crímenes de lesa humanidad, visibilizaron el "daño" que los militares hicieron a este pueblo del interior provincial salteño, ubicado a 224 kilómetros de la Capital.
En el marco del último golpe de Estado, el 29 de octubre de 1976, los militares dejaron sin efecto la Ley provincial 4.124/66 por la cual la Legislatura había creado cuatro municipalidades en la provincia, entre las que se encontraba Gaona y Nuestra Señora de Talavera, que pasaron a depender de la municipalidad de El Quebrachal. También San José de Orquera, que fue anexada como parte del municipio de El Galpón, en el departamento Metán, y San Agustín, que depende desde entonces del municipio y departamento Cerrillos.
Lelia Robles es una de las vecinas que milita por la restitución de la categoría de municipalidad a Gaona. Hoy, a los 60 años de edad, recordó que cuando comenzó el golpe militar tenía 14 años. Para ella el hecho de que les suprimieran la municipalidad en octubre del 76, significó que la dictadura condenó a su pueblo al atraso en el que sigue hasta la actualidad. "Levantaron la municipalidad. En ese momento nadie dijo nada porque temía a los militares", dijo a Salta/12.
"Dentro de todas las actividades que tenemos organizadas para ver si de esa manera nos escuchan los legisladores y nuestro señor gobernador, queríamos iniciar este 24 de marzo, que tanto dolor nos causó, no tan solo a Gaona sino a la Argentina completa. A nosotros en el mes de octubre (del 76) nos llevaron el gobierno municipal", añadió.
Otro vecino, Ramón Flores, quien fue delegado municipal dos veces y concejal, también era un niño en el 76. Recordó que hubo una manifestación de vecinos, que reunidos en la plaza intentaron evitar que quitaran del cargo al entonces intendente Orlando Porrati, dijo que esa vez llegó la policía, pero no usó la fuerza y tampoco detuvieron al mandatario. Sin embargo, tuvieron que resignarse a perder la categoría municipal.
La vecina Rita Córdoba, de 58 años, recordó que tenía 13 años cuando empezó la dictadura. Ella es hija de un arrendero y vivía junto a su familia en el puesto rural "Del Medio". En ese lugar estaban más tranquilxs, aunque desde que empezó la dictadura llegaba gente que no pertenecía a la comunidad "a esconderse". A ella le decían que "era gente mala" pero nunca intentaron hacerles daño. "Iban y pedían animales, alimentos, debe ser para que puedan sobrevivir en las cosas que ellos andaban haciendo", recordó. Dijo que estas personas no se quedaban por la finca donde vivía su familia sino que se iban al monte. también estima que eso pasó durante un año, desde que comenzó la dictadura, después no se los vio más, lo que coincidió con que en la zona empezó a haber más control policial.
Córdoba, quien desde sus 20 años se trasladó a vivir en el pueblo, consideró que la quita de la categoría municipal "afectó mucho" el desarrollo local. Dijo que por eso se manifiesta, para que sus hijxs y nietxs tengan un futuro mejor.
Una reparación de la democracia
"Lo que más nos afectó a nosotros fue lo del municipio", dijo Flores. Lxs vecinxs coinciden en que con la vuelta a la democracia en el 83 esperaban que les devolvieran la categoría, pero eso no pasó, y es una reparación que reclaman ya que consideran ilegítimo que se siga acatando en la provincia un decreto de la dictadura.
"A partir de ahí quedamos dependiendo del municipio de El Quebrachal, es tan grande que se olvidan que existimos nosotros", señaló Robles. La vecina dijo que ahora esperan una reparación de lxs legisladorxs y del gobernador Gustavo Sáenz, quien en campaña política les firmó un acta compromiso para restituirles la municipalidad si ganaba.
En la semana fue presentado un proyecto en la Cámara de Diputados, por iniciativa popular, con la firma de lxs vecinxs. "Decidimos presentar el proyecto de iniciativa popular para que sea el pueblo el que pide", señaló Robles. Advirtió que en caso de que les nieguen la restitución, están dispuestos a "no dejar entrar a los políticos en las próximas elecciones y a no votar por nadie".
"Hoy nos vemos imposibilitados de administrar un presupuesto propio, ni tampoco podemos organizar nuestro régimen municipal mejorando la calidad de las instituciones; debiendo ser sólo una Delegación, o mejor dicho, apéndice de otro gobierno comunal, cuando bien podríamos haber tenido nuestro propio gobierno local, si nuestros derechos y de quienes nos precedieron no hubieran sido conculcados ni la independencia vejada por la dictadura", sostiene el proyecto presentado en la Legislatura.
"Yo me sumo al reclamo este porque desde que comenzamos con la democracia han pasado distintos intendentes y ninguno hizo nada por el pueblo, nunca pudimos progresar", añadió Flores, quien fue concejal y delegado dos veces en las últimas intendencias de El Quebrachal: "ahí he podido vivir en carne propia, que no te dan participación. El intendente se reúne con su gabinete pero no llama a los delegados", contó. Señaló que no le asignan un presupuesto propio a la delegación de Gaona. "Se habló de la necesidad de que el municipio diera recursos a los pueblos (Gaona y Talavera) pero eso no pasó".
Flores señaló que para gestionar pasajes de colectivo o medicamentos, lxs vecinxs "tienen que ir a Quebrachal a implorar" y esperar a que les den una respuesta. En el lugar no tienen transporte público para dirigirse a este centro urbano, distante 15 kilómetros, y solo cuentan con el servicio de larga distancia de La Veloz del Norte, que tiene horarios restrictivos y si no deben viajar en remises, con costos de $300 o $400 por un viaje compartido, y un remis "especial" no compartido cuesta $1.000, casi el precio de pasaje a la Capital salteña.
"Gaona tiene que ser escuchada a nivel provincial porque las necesidades se quedan en el gobierno municipal, porque somos apéndice del gobierno de El Quebrachal", dijo a su turno Robles. "Hay muchas familias que sufren necesidades de alimento y salud. Quiero ver gente alegre, que en su rostro exprese paz, que no tenga que sufrir tanto", manifestó.
Señaló además que hace una década que no se construyen viviendas sociales y que faltan políticas habitacionales. Indicó que al menos 100 familias están asentadas en tierras del Ferrocarril Belgrano Cargas porque no pueden acceder a un terreno. Tampoco cuentan con instituciones terciarias o universitarias, y lxs egresadxs de la secundaria deben trasladarse a otros lugares para seguir una carrera. La vecina consideró que si volvieran a ser un municipio podrán gestionar mejoras para su pueblo y sus habitantes.
Recuerdos del terror
Si bien lxs vecinxs de Gaona dicen que en su pueblo hubo desaparecidxs, coinciden en que transitaron la dictadura con mucho temor a la policía, que era la que ejercía el control allí. Todxs recordaron que en sus familias vivían pendientes de lo que informaba la radio, que lograban sintonizar en las frecuencias AM de Salta Capital, Tucumán, Córdoba y Buenos Aires.
Rita Córdoba recordó que una vez presenció una situación de violencia policial. "Maniataron a un señor, lo cargaron en un acoplado, lo tiraban, lo golpearon. Era del campo. Después de meses volvió". Dijo que era un vecino muy pobre, al que habían acusado de robar.
Flores recordó "los apagones". "Nos exigían que estemos en la oscuridad, no podía haber ni una vela encendida, yo me acuerdo que eran las 24 o las 1 de la mañana y los apagones seguían. Los policías andaban recorriendo el pueblo para ver si se cumplía lo de los apagones. La gente cumplía", relató.