Luego de dos semanas consecutivas de aislamientos masivos en distintas ciudades donde aparecieron casos de covid-19, el gobierno chino dispuso el más grande confinamiento tomado hasta ahora. La mitad de la mega urbe Shanghai tendrá restricciones de circulación, contacto social y cierres de transporte por dos semanas, tras confirmarse 60 casos.
La decisión fue tomada en el marco de la política de “tolerancia cero” al covid, que implica la contención de la población afectada ante la mínima cantidad de contagios confirmados. Hasta ahora, en todo el país hay 1.275 casos confirmados y 5.134 asintomáticos.
Esta vez, las duras medidas recayeron sobre Shanghai, el centro financiero y la ciudad china más poblada de ese país, con 24,9 millones de habitantes. Allí, las autoridades sanitarias detectaron 50 casos domésticos, 10 importados y 3.454 presuntos asintomáticos.
Ante la posibilidad de que los contagios se expandan, se decidió que la mitad de la población, unas 12,5 millones de personas, entren en confinamiento.
Sin transportes ni actividades presenciales
Los cierres serán escalonados en dos fases y se prolongarán hasta el 5 de abril. Los distritos que quedan al este del río Huangpu, que divide la ciudad, entraron en confinamiento desde hoy lunes y hasta el 1 de abril. En esta última fecha le tocará el turno a los distritos situados al oeste del río, hasta el 5 de abril.
Se trata del mayor confinamiento de población en un núcleo urbano desde el inicio de la crisis sanitaria y se estima que la medida afectará tanto en la economía china como en la internacional, por su estatus de centro financiero y logístico.
Los túneles y puentes que conectan a las dos partes de la Shanghai estarán cerrados y tampoco funcionarán taxis y el transporte público. Los trenes no se detendrán en las estaciones de Shanghai y las compañías y las oficinas volverán a trabajar de forma remota.
Solo funcionarán las instituciones esenciales, así como el servicio de entregas a domicilio y las agencias sanitarias implicadas en las jornadas de pruebas masivas de coronavirus.
Colapso de abastecimiento
Minutos antes de que comience a regir el confinamiento, numerosos ciudadanos se agolparon en supermercados locales para hacer acopio de víveres. En las redes sociales se publicaron imágenes de largas colas a la entrada de supermercados y estantes vacíos tras las compras masivas. Incluso hubo escenas de peleas por hacerse con determinados víveres.
Durante el confinamiento estará permitido pedir comida o suministros a domicilio, pero los repartidores solo tendrán permitido el acceso hasta la puerta de las urbanizaciones, no podrán entrar en los edificios.
Se ordenó que las empresas implementen el trabajo desde casa para sus empleados, excepto en los casos de compañías "que garantizan la vida y la operación de la ciudad", entre las que se encuentran las del sector energético, de telecomunicaciones o de suministro de alimentos.
Los vehículos privados no podrán circular por las calzadas "a no ser que sea necesario". Además, se establecerán controles en las vías de acceso y salida de la ciudad, donde solo aquellos residentes con una prueba PCR negativa en las últimas 48 horas recibirán permiso para abandonar Shanghai.
Miles de asintomáticos
El rebrote producto de la variante ómicron llevó al límite la gestión de Shanghai, hasta el momento una de las urbes cuya lucha antipandémica había recibido más elogios en el país.
El alto número de asintomáticos detectados en este rebrote, más de 10 mil durante los últimos ocho días, dificultó las habituales labores de rastreo y cuarentena.
Según la política vigente china de "cero covid ", todos los contagiados, incluidos los asintomáticos, y sus contactos cercanos han de aislarse en hospitales o centros habilitados, lo que añade presión al sistema hospitalario local.