En un giro inédito, uno de los altos directivos del Fondo Monetario (FMI) que facilitó al Gobierno de Mauricio Macri el crédito más importante de la historia del organismo y de la Argentina, salió a criticar lo firmado por el gobierno de Alberto Fernández y Kristalina Georgieva, actual titular de la entidad.
Se trata del ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI) Alejandro Werner, quien advirtió que hay "una probabilidad muy baja de que se implemente con éxito" el programa que el organismo de crédito aprobó para la Argentina y anticipó que los beneficios del mismo "van a estar en la cuerda floja cada trimestre". Werner explicó así el inusual informe de la línea técnica del FMI al Directorio del organismo, apenas aprobado el programa, en el que deja en claro las dificultades que tiene el entendimiento con Argentina en el contexto político interno y por los cambios en las condiciones globales de la economía a partir de la invasión de Rusia a Ucrania.
Justo cuando se empezó a cuestionar la legalidad y el carácter geopolítico del crédito a Macri, el Fondo inició una razzia interna que se cargó no sólo a la entonces jefa, la francesa Christine Lagarde, sino también a Werner y segundas y terceras líneas. El hombre en cuestión, uno de los cuadros del establishment conservador en el FMI, salió ahora a poner en cuestión los términos de la negociación, apuntando que es un programa "poco ambicioso", en el sentido de que exige reformas laxas.
"Es buena noticia que el Board haya aprobado este acuerdo, pero ya en el anuncio de aprobación advierte sobre factores de incertidumbre", aseguró el ex funcionario en declaraciones al programa Esta Mañana que se emite por Radio Rivadavia, a la vez que señaló: "Es un programa poco ambicioso y con una probabilidad de implementación con éxito muy baja. Eso destaca el FMI".
Un cruzado del establishmente en Wall Street, Werner consideró que la probabilidad de fracaso del programa no tiene que ver con las exigencias de reformas que tiene por delante sino porque "el compromiso político del Gobierno con el programa es muy bajo"."El Gobierno no se ha manifestado claramente en la necesidad de implementar las medidas establecidas ante la sociedad y en segundo lugar por la fragmentación de la coalición de gobierno que limita la capacidad de implementar políticas públicas", añadió.
Por esa razón, estimó: "Los beneficios del programa, que son básicamente el refinanciamiento y evitar que Argentina esté en default con la comunidad internacional, van a estar en la cuerda floja cada trimestre, cada vez que se hagan las revisiones" periódicas de los técnicos del organismo. Al ser consultado sobre cuál sería el curso de acción del FMI ante un potencial incumplimiento argentino, explicó que "el staff puede dar un waiver y seguir adelante (porque considera que se debe a un fenómeno exógeno) o en caso de que se incumpla por cuestiones que no tienen nada que ver con factores exógenos, el gobierno puede proponer medidas correctivas o si no cae en default".
"Cada revisión, en la medida que se incumpla, implica una negociación de un miniprograma. Si esta negociación se extiende entonces Argentina incumple y entra en default", insistió Werner. El ex director del Departamento del Hemisferio Internacional dijo que el acuerdo implica "un programa donde la comunidad internacional básicamente, viendo las prioridades de este Gobierno que no están concentradas en corregir de manera clara y apostar el capital político en la corrección de los problemas macroeconómicos, acepta un conjunto de políticas que considera que son las menos malas para evitar escenarios peores". Y agregó que, por lo tanto, "no restablece la confianza ni el acceso a los flujos de capital internacionales, ni tampoco a Inversión Extranjera Directa más ambiciosa".