El adolescente de 17 años acusado matar de un tiro en la cabeza a su novia de 19, en la localidad bonaerense de Ciudadela, declaró y quedó detenido.
Luego de cometer el femicidio, el acusado escribió en WhatsApp la frase "Directo al cementerio", junto a un emoji de risas.
Según informaron fuentes judiciales, el chico de 17 años declaró ante la fiscal Verónica Novoa, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de San Martín, quien lo imputó por el delito de "homicidio agravado por el vínculo" en perjuicio de Oriana Chamorro, y pidió que permanezca detenido de forma preventiva, medida avalada por el juez.
Según pudieron reconstruir los investigadores, luego de que Oriana Chamorro fuera asesinada, el adolescente ahora detenido publicó una serie de mensajes en sus estados de WhatsApp en referencia al femicidio.
“Directo al cementerio” -junto a un emoji de risa-, “No tenías dónde caerte muerta” y “Verdad hay una sola, todo se va aclarar”, fueron algunos de los textos que compartió el acusado en la red social, horas después del asesinato.
Los primeros peritajes
El viernes pasado un llamado al 911 alertó acerca de una joven con una herida de bala en la cabeza dentro de un departamento ubicado en el barrio Ejército de los Andes, también conocido como "Fuerte Apache", del partido de Tres de Febrero.
Cuando la policía llegó al domicilio encontró en el comedor del departamento a la joven de 19 años ya sin vida. Sobre la mesa, había un revólver Pasper calibre 22 y una botella de cerveza rota.
El adolescente, ahora con prisión preventiva, relató que momentos antes había mantenido una discusión con su pareja (Chamorro), durante la cual ella lo había amenazado con un arma de fuego, con la que luego se disparó a sí misma, según relataron los investigadores.
El presunto asesino reconoció que en el domicilio allanado estaban los dos solos, ya que la madre de la víctima se encontraba trabajando.
La fiscal Novoa ordenó los peritajes del caso, el secuestro de cuatro teléfonos celulares y del arma, además de la realización de dermotests para establecer si el detenido o la joven asesinada tenían rastros de pólvora en sus manos.
Según la médica forense, la víctima podría haber muerto en las doce horas previas al allanamiento del departamento, en cuyo interior se encontró una vaina. El revólver secuestrado tenía los otros siete proyectiles intactos.
Si bien en un primer momento la fiscal caratuló la causa como "averiguación de causales de muerte", tras el análisis de las pruebas y los testimonios de familiares de la víctima, cambió la imputación por "homicidio agravado por el vínculo".