La fiscal general del Estado de Ucrania, Irina Venediktova, afirmó este lunes que no se puede descartar que los crímenes cometidos por el ejército ruso contra los residentes de la ciudad de Mariupol alcancen la categoría de "genocidio". La fiscal señaló que existe la posibilidad de que se trate de un genocidio "cuando la gente está sin agua, sin comida, sin calefacción, cuando no hay posibilidad de marcharse, cuando las caravanas que tratan de salir son blanco de disparos", según declaraciones citadas por la agencia ucraniana Unian.
Venediktova se refirió también a las deportaciones que según las autoridades locales están llevando a cabo las fuerzas rusas, que según dijo han afectado ya a más de dos mil menores de edad. "Es mucho más que un crimen de guerra", afirmó la fiscal general, quien opinó que el objetivo del presidente ruso, Vladimir Putin, es destruir a Ucrania.
Las fuerzas rusas han logrado pocos avances en capturar las ciudades clave, lo cual los llevó a recurrir al bombardeo aéreo de civiles. Venediktova aseguró en ese sentido que tenía "pruebas" del uso por parte de las tropas rusas de bombas de racimo, prohibidas por tratados internacionales, en dos regiones del sur de Ucrania.
El gobierno ucraniano asegura que la ciudad de Mariupol, asediadada por las tropas rusas, vive una situación "catastrófica". "Fueron sepultadas unas cinco mil personas, pero hace diez días que no se entierra a nadie por los continuos bombardeos", dijo Tetiana Lomakina, una asesora de la presidencia de Ucrania. La funcionaria, ahora a cargo de los corredores humanitarios, también estimó que "dada la cantidad de personas que aún están bajo los escombros, podría haber unos diez mil muertos".
Mariupol, ubicada a orillas del mar de Azov, está sitiada por el ejército ruso desde fines de febrero, lo que obliga a miles de residentes a vivir en condiciones muy precarias, sin electricidad ni agua potable. Medios rusos aseguraron el lunes que el líder checheno Ramzan Kadirov se encontraba en la ciudad para apoyar a sus tropas, que participan en la ofensiva junto a Rusia para tomar el control del lugar.
Si la urbe cayera en manos rusas le permitiría a sus fuerzas armadas conectar Crimea, anexionada por Moscú en 2014, con las regiones separatistas prorrusas del Donbass. Unos 160 mil civiles siguen atrapados en la ciudad, sin la alimentación adecuada, agua o medicamentos, según su alcalde Vadim Boichenko.
Boichenko habló de un "juego cínico" porque la parte rusa habla de abrir un corredor desde Mariupol, pero en los hechos no lo permite. "Vivimos con esta esperanza", señaló en alcalde de Mariupol, quien a su vez lamentó que "bajo el fuego" es muy difícil poder llevar a cabo la tarea de evacuación.
"No todo está en nuestras manos, lamentablemente a día de hoy estamos en manos de los ocupantes", reconoció Boichenko. Por ese motivo el alcalde apeló a sus "socios internacionales" para que, en este caso, colaboren también en las labores de rescate y evacuación de quienes se quedaron atrás.
"Como decenas de miles de residentes de Mariupol, espero con esperanza que tal decisión sea posible. Esperamos mucho a nuestros socios internacionales. No podemos dejar marchar esa esperanza", explicó Boichenko, quien agregó: "Tenemos muchas esperanzas de que Francia y Turquía se acerquen y nos abran un 'corredor verde' estable, y traer de vuelta a aquellas personas que quieran volver a territorio controlado de Ucrania".