José Auza (63), que cumplía el servicio militar obligatorio durante la última dictadura cívico militar, denunció que quedó sordo del oído izquierdo y padece problemas en la columna como consecuencia de las torturas que sufrió en el Regimiento de Infantería de Monte 28 del Ejercito Argentino en la ciudad deTartagal al que había ingresado a los 18 años.

"Lo único que sé es que he ido sano a hacer el servicio militar. Dije que iba a servir a la patria. Nunca pensé que me iban a tratar tan mal en el Regimiento", dijo Auza a Salta/12. 

"Ya estando en el servicio hemos sufrido con mis compañeros torturas indecibles y he visto muertes y suicidios a raíz de ellas. Las torturas diarias eran los famosos bailes, el de recorrer cientos de metros arrodillados, mientras tanto en cada 'baile' nos pegaban en la cabeza con un palo finito como esos de plumero, es por eso que este Regimiento se hizo famoso por el nombre de 'los rodillas negras'", relató Auza en la denuncia. El hombre dijo que tiene cicatrices de los centenares de golpes que le pegaron en la cabeza.

Auza contó que en abril de 1978 un cabo cuyo apellido cree que es Páez, "agarró un casco de metal y nosotros (estábamos) con el casco corto puesto, comenzó a golpear a uno por uno en la cabeza. Cuando me tocó, resignado, el golpe, lo dio mal, que es un decir, y me dio en pleno oído izquierdo" y sintió "un gran estruendo y dolor". 

"No me llevaron ni siquiera a enfermería, siempre yo insistiendo que no oía nada por ese lado y que me dolía y me mareaba, me insultaban de todas formas hasta que a los días comenzó a salir una sangre muy oscura y espesa de mi oreja izquierda, fue ahí que me llevaron por fin a la enfermería, al médico de la enfermería y luego me llevaron en ambulancia a Salta. Creo yo en ambulancia, porque no era la primera vez que por lesiones me llevaban a Salta", denunció Auza.

El ex conscripto contó que estuvo 15 días internado en el Hospital Militar en Salta Capital y le diagnosticaron "pérdida del tímpano". Sin embargo, dijo que no le dieron la historia clínica y que varias veces tuvo que insistir para que le brinden atención médica en la institución.

Relató que luego de que le dieran el alta siguió siendo sometido a maltratos. "Me regresaron directamente al Regimiento, haciéndome nuevamente parte de los 'bailes' de la tortura", sostuvo. Contó otro hecho que agravaría su condición de salud: "me hacían saltar una cerca o valla. Al ver que podía saltarla a pesar de mis mareos, me hicieron saltar subiendo la altura de la valla, lastimándome la columna al caer".

"Fui dado de baja por ITS, Inutil Todo Servicio (...) el 11 de octubre de 1978. No es ocioso señalar que de todo el servicio no recibí ni un centavo para volver a mi casa, por lo que los descansos francos tenía que pasarlos en el Regimiento limpiando los pabellones. Esa era la vida del pobre conscripto", sostuvo Auza.

El ex soldado pidió a la justicia que investigue estos hechos. Dijo que fue testigo de maltratos y de las muertes de cuatro conscriptos: "vi un soldado con un tiro en la pierna, que quedó mal de la pierna, después le dieron la baja; un día encontraron un soldado ahorcado, no se sabía qué había pasado (...), después llegaron familiares, reclamaron, dijeron que era un accidente", recordó. También contó que otro conscripto "se tiró abajo de un camión de acoplado", él cree que los suicidios fueron "por la tortura" que recibían en el Regimiento. Dijo que este soldado decía que no podía estar ahí, "te maltratan, no sé por qué hacen eso", y luego se quitó la vida. Y otro conscripto murió porque "habían dejado un fusil en la cama colgado sin seguro, uno lo chocó, salió la bala y le pegó a otro soldado que estaba ahí".

Comida día de por medio 

Auza contó que tampoco les daban una buena alimentación, pero los llevaban a trabajar a huertas y fincas para darles comida, "yo fui con 61 kilos, en cuatro meses me dieron licencia y volví con 49 kilos", dijo. Recordó que en un tiempo estuvo trabajando en la cocina del lugar y veía a los sargentos y otros superiores alimentándose bien mientras los soldados sufrían la escasez de alimentos. 

"La comida era día por medio. El matecocido a veces con azúcar y a veces no, sin pan". Relató que lo castigaron cuando no quiso comer un plato de comida con cucarachas, sometiéndolo a tomar una jarra con agua y saltar hasta vomitar. También aseguró que vio cómo los superiores se llevaban la mercadería del Regimiento en camioneta. 

"Las ropas que nos daban eran de los soldados que salían, nos daban todo roto y viejo, andábamos como crotos dentro del Ejército, con borceguíes viejos y rotos. No nos daban nada", prosiguió.

Auza explicó que hace la denuncia ahora porque antes no pudo. En tiempos de la dictadura, por miedo, y luego, por la falta de recursos. "Venimos de una familia muy humilde, éramos demás pobres, no teníamos para hablar un abogado. Éramos 12 hermanos", contó. Dijo que tres hermanos que hicieron el servicio militar obligatorio también fueron maltratados en la dictadura. Incluso relató que un hermano había sido atropellado por un auto antes de que entrara al Ejército y así se lo llevaron un mes "con el hueso quebrado" de la cara, "lo llevaron igual".

"Al que se portaba mal, lo hacían acostar, y se le tiraban 80 o 100 encima. Iniquidades hacían ahí. Decían que era el mejor Regimiento el 28. Me duele cuando me acuerdo", expresó Auza. 

El Regimiento de Infantería de Monte 28 ha sido denunciado como lugar de detención ilegal y torturas durante la última dictadura. 

Auza contó que recién hace un año pudo acceder a una pensión por discapacidad, cuyo monto, de $17.000, no le alcanza para cubrir sus necesidades básicas y mucho menos los tratamientos médicos que requiere, como inyecciones para su columna y un audífono para su oído derecho.

Auza realizó la denuncia en la Unidad Fiscal Federal de Orán. "Era un deber moral hacerla", dijo el abogado Hernán Mascietti, quien lo representa. El letrado anticipó que luego iniciarán una demanda al Estado por "daños y perjuicios porque le arruinaron la vida" a Auza. Y recordó que la acción "no ha prescripto, al tratarse de un delito de lesa humanidad".