La reunión de tres horas que mantuvieron el lunes el Gobierno, la Unión Industrial y la CGT, fue el primer paso de un esquema de trabajo articulado que hará eje en dos temas puntuales: el combate a la inflación y la cuestión energética de cara al invierno. El compromiso, en el café que se tomó el presidente Alberto Fernández y sus ministros con los sectores, fue coordinar el escenario que se viene para que a ninguna fábrica le falte suministro ante un contexto global complejo en materia de precios de commodities energéticos.
En la última reunión del Consejo Económico y Social, el Presidente se cruzó con el jefe de la UIA, Daniel Funes de Rioja, y le dijo que tenían pendiente "tomarnos un café". La frase fue la de esos cafés que nunca se toman, pero la semana pasada, Presidencia se comunicó con el empresario y le avisó que dejara agenda libre para este lunes o martes, sin mayores precisiones. En paralelo, esa comunicación le llegó al titular de la CGT, Héctor Daer, que ofreció la sede del sindicato de Sanidad para el evento. Allí, se sentaron a la mesa, además de los mencionados, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, el de Agricultura, Julián Domínguez y el de Economía, Martín Guzmán. También el canciller Santiago Cafiero y el jefe de Gabinete, Juan Manzur.
Daer estuvo acompañado, entre otros, por Gerardo Martínez, secretario general de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA); mientras que Funes llevó a lugartenientes habituales: el secretario Miguel Rodríguez, el vice de la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal) y directivo de Arcor, Adrián Kaufman Brea, y el directivo de Techint Luis Betnaza. "Si no articulamos y hacemos un esfuerzo entre todos, no vamos a lograr mejoras, y vemos que la economía crece, ustedes lo saben", disparó un ministro en esa mesa. Recibió confirmación de que "hay demanda" por parte de los ceos.
Kaufman hizo un breve planteo de cómo es la producción de alimentos y sus procesos de distribución. Un tema espinoso justo cuando en el Gobierno disputan con las alimenticias por remarcaciones preventivas que, por decisión del secretario de Comercio, Roberto Feletti, volvieron atrás por no estar justificadas en mayores costos. Desde la CGT, en tanto, aclararon que no es momento para picardías "empresarias" y que es vital que el salario le gane a la inflación, lo que "requiere que todos pongamos un poco para ordenar el escenario".
Pero el tema que monopolizó el convite fue el dilema de la escasez de energía, producida por los precios de pánico del gas en el mundo, cuando Argentina precisa importar GNL para abastecer en el invierno. Según contaron a PáginaI12 fuentes del evento, en la reunión se acordó que la UIA hará un reporte especial con los días de funcionamiento, horas y vacaciones de las fábricas de todo el país, para que el Gobierno lo analice y en conjunto se distribuya el recurso disponible afectando la producción lo menos posible. Se dispuso que no se tomarán, a priori, medidas de restricciones regionales, sino enfocadas. Un ejemplo, si hay empresas que trabajan los fines de semana y tienen sobrantes, que los utilicen otros sectores. Lo mismo con chances de adelanto de paradas técnicas o vacaciones.
"El Presidente ya me habló del tema", le dijo el secretario de Energía, Darío Martínez, a Funes de Rioja en los pasillos del encuentro de este lunes en el CCK, donde se presentó el Plan Productivo 2023. Martínez y Guzmán serán quienes reciban y analicen el documento, y Kulfas instrumentará con las industrias. A la vez, el ministro de Economía fue el encargado de elaborar un "primer paper" para darle cierta institucionalidad a la instancia de diálogo con empresarios y sindicatos. La otra parte del acuerdo es más macro: se habló de la concreción de obras de energía, como el gasoducto Néstor Kirchner, que son clave para la provisión del fluido. No descartan, además, que haya acuerdos de suministro con otros países, algo que charló Guzmán en el evento de energía en París, la semana pasada.
En la misma reunión, Funes de Rioja resaltó como un hecho positivo los acuerdos de deuda con el Fondo Monetario (FMI) y el Club de París, destacando que son el inicio de un proceso de normalización de las variables. En paralelo, se celebró el aumento de las reservas del Banco Central que, según los industriales "despeja incertidumbres".