El 26 de agosto de 2019, Andrés Rojas asesinó de varias puñaladas a su pareja, Sandra Terrone, de 44 años y luego, mató a golpes a la mamá de ella, Rosa Domínguez, de 80 años, en Laprida al 1400. El Tribunal integrado por Carlos Leiva, Román Lanzón y Mariano Aliau condenó ayer al femicida a la pena de prisión perpetua. El juicio había empezado el 14 de marzo, por los delitos de Homicidio calificado por mantener una relación de pareja y por haber mediado contexto de violencia de género y por Homicidio simple en concurso real y en calidad de autor.
Rojas, de 46 años, cometió el crimen el lunes 26 de agosto de 2019, entre la 3 y las 7.20 de la mañana, en la casa que compartían. Primero le "efectuó múltiples heridas de arma blanca a su pareja Isabel, en zona del abdomen, provocándole así el fallecimiento", expresó el fiscal Gastón Ávila en la acusación. "Asimismo se le atribuye en momentos anteriores o posteriores haberle provocado lesiones de arma blanca a Rosa Domínguez de 80 años, madre de la víctima antes mencionada, en región de cráneo con el fin de darle muerte y lograr su impunidad. En misma fecha a las 23.40 horas se produce el fallecimiento de esta ultima a causa de la herida recibida", siguió el fiscal, que había pedido la máxima pena.
Rojas y Terrone estaban en pareja desde hacía 10 años, y él ejercía violencia física, psicológica y económica sobre ella. Tenía problemas económicos y le debía dinero a prestamistas usureros. La teoría de Ávila fue que “decidió aprovecharse de su pareja y de su suegra manipulando y endeudando a ambas, generándoles un menoscabo patrimonial que llevó su situación económica al límite, lo que terminó con el asesinato de ambas".