El Reproche fue una extraña aventura de pandemia. La consecuencia también de una búsqueda de nuevas herramientas para decir lo propio en un terreno experimental. Un juego que, a medida que avanzó, se plasmó en algo que me estaba haciendo reír y emocionar. Pensé: "Aquí hay algo". Y se lo mandé a cuatro o cinco amigos y las devoluciones fueron como para entusiasmarme. Una de ellas fue Marina Glezer que le dio cabida en los radioteatros que llevaba adelante en la AM 750. Como si fuera un bautismo, los actores fueron Cecilia Roth, Marcelo Subiotto y Divina Gloria. Y surgió, además, la relación con Julieta Otero.

Y en algún momento se habló de "teatro". Había que trabajar entonces hasta encontrar un lenguaje que fuera teatral. Así que me metí con mis textos en una especie de taller, borrando, y reescribiendo el comienzo y el final. “Un desafío más”, pensé. Así que en el ida y vuelta con Julieta fui encontrando un camino. En algún momento tuve miedo cuando advertí que la cuestión había pasado a mayores. La comedia con las reglas que la rigen, según mi exitosa vida de espectador, es un desafío bien complejo. Dónde está la risa, dónde el drama y cuál es el tema central. Por los actores (les formidables Claudio da Passano, Malena Figó y Mayra Homar), y por el Teatro Picadero que asumió el riesgo, tuve deseos de que algo interrumpiera el proceso. Como si la vida pública me fuese fácil, la estaba haciendo más llamativa y en un ámbito donde solo se me ha visto en la tribuna.

¿Qué respeto podía merecer? ¿Quién podía animarse a una obra mía? ¿La sala estaría vacía? ¿Me darían con un caño? La noche del estreno, en la penumbra del pullman, allá arriba oía poco a raíz de mi sordera. Y de pronto sucedió algo mágico. Oí risas. Me quedé quieto como si eso aumentara mi capacidad de observación. Y hubo más risas. Me asomé y vi una mujer que de la risa recostaba su cabeza en el hombro de su compañero. Y aunque me pregunté de qué parte se estarían riendo, me abrazaron una felicidad y un alivio que me hicieron sentir a buenas con la vida.