Tuvo el impasse obligado por la pandemia, pero este sábado vuelve el Festival de Tango del EcuNHi. La cita es a partir de las 17 en el predio de la ex-ESMA (Av. del Libertador 8151) y además de las habituales clases de danza (con perspectiva inclusiva, a cargo de Edgardo Fernández Sesma y Reinaldo Ojeda Cabrera), la pista milonguera, la peña de cantores y una serie de muestras, los asistentes podrán disfrutar de Sciammarella Tango, el Cuarteto La Púa con Victoria di Raimondo, Esteban Morgado, Hernán “Cucuza” Castiello, La San Osvaldo Orquesta y Lucrecia Merico con Marisa Pérez Acosta. Por entrada desde la organización proponen un bono solidario –no obligatorio-, y piden certificado de vacunación contra el covid.
“Este año es como volver a empezar”, explica Merico, responsable del área de tango del Espacio Cultural Nuestros Hijos y organizadora del Festival. Para la cantora, en esta edición volvieron las mismas emociones que antes del primer festival. “Nos da mucha felicidad poder volver después de tantas situaciones duras que vivimos estos dos años y tenemos la misma expectativa que antes del primero, ¡sólo esperamos a que llegue el sábado!” El Festival data de 2011, cuando Merico le propuso a la entonces directora del Espacio, Teresa Parodi, un evento que empezara a instalar al Ecunhi como polo tanguero en un lugar dedicado a la memoria.
El Festival llega después de dos años de virtualidad para este y tantos otros espacios culturales. “Todo 2020 y gran parte de 2021 lo hicimos por zoom, dimos clases y creamos un ciclo virtual”, hace balance Merico. Con “Clásicos de la música popular. Tango en compañía presenta” los alumnos del taller de cantores y cantoras de tango compartían videos en las redes del Espacio, y luego invitaban a artistas que no pertenecían al grupo a sumarse. El reencuentro llegó en octubre del año pasado, con los talleres presenciales, y se profundizó en diciembre con el festejo por el Día Nacional del Tango, que estrenó la colección “Gabriel Macaggi”, de discos de vinilo y libros de tango, que donó al Espacio la jueza Martina Forns. “Es un tesoro, una reliquia lo que nos donó esta mujer, tiene un valor fundamental para el tango”, celebra Merico. “Atrae mucho a la gente, la gente que pasa, se queda y mira. Incluye un tocadiscos que funciona y se escucha perfectamente, y lo cuidamos y valoramos mucho”, cuenta con alegría. Además, el Festival ofrecerá una muestra de fileteado porteño de Cristian Blanco, haikus, y la mesa del colectivo Autoras Tangueras.
“La selección de artistas, el criterio, como cada año, es similar: siempre mirando la posibilidad de incluir artistas que nunca estuvieron. La mitad de la programación son artistas que nunca participaron del festival, y por supuesto, también mirar el cupo, la cantidad de mujeres programadas”, plantea la programadora.
Además, Merico destaca la peña de cantores, un infaltable de la propuesta del Festival, que para ella marca también uno de los ejes de participación del público que considera indispensables para hacer parte e incluir a quienes se acercan hasta el predio de la ex-ESMA. “Ahí se puede acercar cualquiera, profesionales o cantores de ducha, afinen o no, la idea es incluir y que todos formen parte del Festival”, explica. La idea de inclusión es transversal al resto de la programación. Uno de los bailarines, por ejemplo, tiene una discapacidad y con su compañero estarán dando la clase y ofrecerán una exhibición de baile. Finalmente, la inclusión también se extiende al repertorio musical que los artistas invitados propondrán al público. “Para nosotros es fundamental que haya una mixtura en los artistas y sus repertorios, que haya tanto clásicos como panorama actual”. Así, mientras agrupaciones como Sciamarella exploran olvidadas joyas tangueras o la San Osvaldo replica el estilo de Osvaldo Pugliese, el Cuarteto La Púa y Cucuza traen el reloj para estos años. La propuesta, en definitiva, es sostener un tango actual, pero siempre con Memoria.