El juez Alejandro Catania citó a los gendarmes que viajaron a Bolivia con las balas que envió el gobierno de Mauricio Macri para apoyar el golpe contra Evo Morales. Después de haber escuchado a los otros efectivos de esa fuerza de seguridad que fueron desplegados después en el Estado plurinacional, el magistrado avanza con las declaraciones testimoniales de quienes pueden explicar cómo fue la entrega de las municiones a las fuerzas golpistas.
Catania tiene previsto escuchar entre el 26 de abril y el 20 de mayo a los diez gendarmes que conformaron el primer contingente que viajó a Bolivia. Estos efectivos llegaron a La Paz el 13 de noviembre de 2019 a bordo de un Hércules de la Fuerza Aérea Argentina y estuvieron allí hasta el 12 de enero de 2020, según explicó el juzgado de Catania.
La citación del primer contingente es clave porque es el que viajó con las balas antitumultos y las granadas que se repartieron entre los golpistas de la Fuerza Aérea Boliviana y la Policía de ese país. El gobierno de Macri envió a los gendarmes con el argumento de proteger la embajada y la residencia argentina en Bolivia durante el golpe. Sin embargo, se decidió sacar cartuchos que no eran los que habitualmente utilizaba la agrupación Alacrán de la Gendarmería.
La decisión de enviar ese “complemento” de material represivo se tomó después de una reunión que se hizo el 12 de noviembre de 2019 en el despacho de Marcos Peña y en la que participó Patricia Bullrich y el entonces jefe de la Gendarmerìa, Gerardo Otero, hombre cercano a la ministra de Seguridad de Macri. Nada de ese material que salió como “extra” volvió al país, sino que se repartió entre las fuerzas que apoyaron el golpe contra Morales. De las 70.000 balas antitumulto 12/70, 40.000 terminaron en poder de la Fuerza Aérea Boliviana y 26.900 en manos de la Policía local.
En las citaciones que cursó Catania, hay un ausente: el comandante que estuvo a cargo del primer contingente, Martín Miguel Hidalgo. Como reveló Página/12, Hidalgo declaró en el sumario interno que abrió la Gendarmería por impulso de la exministra Sabina Frederic. Entre otras cosas, Hidalgo había dicho que no realizó trámites aduaneros al llegar al aeropuerto de El Alto en Bolivia y que únicamente una persona de Migraciones le tomó los datos de manera informal. Asimismo, señaló a Adolfo Caliba como la persona que los recibió en Bolivia. Caliba era el agregado de Gendarmería en Bolivia y es apuntado como quien pactó la entrega de las balas a sus camaradas de la policía boliviana.
Hidalgo también había declarado internamente que él no tuvo contacto con las 70.000 balas y que no era parte del material que le había solicitado al jefe de la fuerza Alacrán, Fabián Salas. Este gendarme, además, había descartado la versión oficial que dio la Gendarmería para explicar el faltante que era que las balas se habían usado en entrenamientos. Hidalgo dejó en claro que no hubo prácticas de ese tipo en Bolivia y que él tampoco las ordenó
Si Catania no citó a Hidalgo es porque posiblemente vea que su situación está en una zona gris. Hasta ahora, el juez tomó más de 20 declaraciones a gendarmes que conformaron el segundo y el tercer contingente en Bolivia. Todos coincidieron en que no tuvieron contacto con las balas y que no hubo entrenamientos.
Macri es el principal imputado por el contrabando agravado de armas a Bolivia. Junto con el expresidente, el fiscal Claudio Navas Rial imputó a Bullrich, a Peña, al exministro de Defensa Oscar Aguad, al excanciller Jorge Faurie, al exembajador Normando Álvarez García y al excomandante de Gendarmería Otero. También están siendo investigados otros integrantes de la fuerza como Caliba.
La causa fue impulsada por el ministro de Justicia Martín Soria, la exministra de Seguridad Sabina Frederic y la titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) Mercedes Marcó del Pont. En el gobierno evaluaban que las nuevas citaciones de Catania cierran la puerta a un posible “cuentapropismo” de los gendarmes y agrava la situación de Macri y de su plana mayor.