Fue dictado el veredicto del tercer tramo de la causa por crímenes cometidos en el centro clandestino de detención El Vesubio, en el que se juzgó el homicidio de 50 personas y la privación ilegítima de la libertad y aplicación de torturas a otras 370. Se consideró también la violencia sexual contra las mujeres como "constitutivos de crímenes contra la humanidad". Verónica Castelli, hija de detenidos desaparecidos, afirmó que la sentencia le dejó "sabor a poco", porque "nada va a reparar lo que nos quitaron, pero como sociedad argentina nos merecemos condenas mejores para que sean reparatorias". Si bien tres represores recibieron penas de prisión perpetua, el resto osciló entre 3 y 15 años.
El Tribunal Oral Federal 4 de la Capital Federal condenó a seis exagentes del Servicio Penitenciario Federal y a dos militares imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos en ese campo de exterminio que funcionó en el partido bonaerense de La Matanza durante la última dictadura cívico militar. Los jueces del tribunal, María Gabriela López Iñiguez, Néstor Costabel y Daniel Obligado, condenaron a prisión perpetua al ayudante de 5°, Milcíades Luis Loza; al oficial adjutor, Hugo Roberto Rodríguez y al coronel, David Cabrera Rojo, por considerarlos coautores de los delitos de privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos perpetrados en el El Vesubio. Por otra parte, el adjutor principal, Eduardo David Lugo, fue condenado a 15 años de prisión; el ayudante de 5° Olegario Domínguez, a 14 años y los subayudantes, Roberto Horacio Aguirre y Florencio Esteban Gonceski, a 13 años y 6 meses, por ser considerados partícipes secundarios de los delitos cometidos.
En tanto, el exteniente Eduardo Cubas fue condenado a 3 años y 6 meses de prisión por ser considerado coautor penalmente responsable del delito de privación ilegal de la libertad en grado de tentativa por el caso de Mario Rubén Arrosagaray. Luego de la lectura de las condenas, el tribunal notificó la inmediata detención de Cabrera, Rojo y Cubas; así como el sostenimiento de las prisiones preventivas, en las condiciones en que se vienen cumpliendo, de Loza, Rodríguez, Lugo, Aguirre y Gonceski. Finalizó así un proceso por el cual pasaron 150 testigos.
El fallo, en tanto, consideró "los casos de violencia sexual contra las mujeres" como "constitutivos de crímenes contra la humanidad" y por ende, imprescriptibles en los términos de la ley 24.584, que en 1995 incorporó a la legislación la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad". También se dispuso "la reparación histórica de legajos laborales y/o estudiantiles para aquellas víctimas de esta causa a las que se aplicaron cesantías, suspensiones, despidos o expulsiones". La lectura del veredicto se efectuó de forma semipresencial en el edificio de Comodoro Py 2002, en la sala AMIA. La fecha de audiencia para la lectura integral de los fundamentos de la sentencia fue fijada para el 2 de junio, a las 13.
Le decían Kolinos
"Era particularmente perverso con las personas secuestradas", dijo Verónica Castelli sobre el guardia Loza, alias Kolinos. "Cuando mi mamá estaba embarazada le decía que tenía una capuchita preparada para el bebé, no sabíamos en ese momento que era una nena. A Loza le dieron prisión perpetua, empecé emocionandome mucho pero después siguieron penas bajas, si esperé 31 años para conocer a mi hermana, que me digan que responsables de 300 casos de secuestros y torturas, y 50 homicidios les dan 13 o 15 años es poco", manifestó la mujer luego de conocer el veredicto.
Para Silvia Saladino, sobreviviente de ese campo clandestino de detención, el final del proceso le dejó sensación de "poco", porque consideró que "las condenas fueron bajas" y que "la justicia fue tardía". En tal sentido, la querella evaluará si apela el fallo cuando se den a conocer sus fundamentos. La fiscalía había solicitado prisión perpetua para todos.
Por su parte, Gabriela Beatriz Martínez, que se define como "Hija de los 30.000", destacó que "lo bueno fue que los abusos sexuales fueron declarados delitos de lesa humanidad". Además, agradeció al "abogado, querido amigo y compañero Pablo Llonto y a nuestra dulce compañera, sobreviviente del campo de concentración, Nieves Kanje". Ella aseguró haber pasado "toda una vida buscando y luchando". Y agregó: "Sigo sin saber dónde están, seguiré, seguiremos militando y luchando hasta el final, hasta el último respiro".