En su entrevista con Página/12 el presidente de Chile se refirió a las guerras en Africa y Medio Oriente y a la desigualdad en Latinoamérica.
- ¿Cuál es su análisis sobre la violencia en aumento entre los estados y hacia el interior de las sociedades que contienen? ¿Las guerras que van más allá de Rusia y Ucrania en Yemen, Somalia en África, Siria y un largo etcétera?
- Y la permanente ocupación de Israel de territorio palestino. Mire, yo creo que no es necesario que estemos siempre buscando empatar. Cada caso tiene que ser considerado en sí mismo como grave y preocupante y por lo tanto yo cuando me he referido al caso de Ucrania, en reiteradas ocasiones mencioné la ocupación y el despojo del pueblo palestino. Ahora, uno para poder condenar un accionar específico, creo que no es necesario que empiece a hacer una enumeración y condena moral de cada uno de los conflictos en todo el planeta. Porque si no al final no podríamos avanzar.
- El otro gran problema además de la violencia en la resolución de conflictos es el de la desigualdad y sobre todo en nuestro continente. ¿Hay alguna fórmula para resolverlo? ¿Usted la tiene?
- Hay caminos para ello. Chile es un país profundamente desigual, pero sin embargo durante el gobierno de Ricardo Lagos se logró reducir de manera significativa el índice Gini. Cuando uno ve en la práctica lo que hizo Lula en Brasil, se puede hacer esto y no es imposible. No es una quimera y se lograría con políticas progresistas redistributivas que fomenten el crecimiento de una manera sustentable y sostenible en el tiempo. Que aseguren de que la riqueza se reparta entre quienes la generan, que son los trabajadores y las trabajadoras.