Enseñemos a los chicos que esto no fue guerra. Fue un hecho en el que un país usurpador mató chicos de 18 años que fueron mandados por unos asesinos que tomaron el país de forma antidemocrática cargada de una violencia que nunca olvidaremos.
Persiguieron, desaparecieron y mataron a sus compatriotas. Los soldados no fueron héroes sino que fueron víctimas. No fueron, los llevaron; maltrataron, hambrearon, torturaron, abandonaron y asesinaron. Dejando en sus familias ese dolor que solo ellos sienten y que los acompañará por el resto de sus vidas.
Los que volvieron fueron invisibles a los ojos de la mayoría que meses antes vitoreaban a un borracho y gritaban como si fueran goles las noticias del canal oficial como, por ejemplo, cuando decía que estábamos ganando Malvinas.
Es un día de memoria para que recordemos a esos niños a los que vistieron de soldados, como si una guerra fuese como cuando de chicos jugábamos a los soldaditos.
Cuando llega este día siento un profundo dolor. El mismo que sentí aquél día que llenó de tristeza mi corazón.
El contexto político de ese tiempo está en muchos documentos, en periódicos o libros en los que se cuentan historias parciales desde muchos puntos de vista. La historia se mira en el tiempo, donde aparece la filosofía más lógica a la realidad; la locura colectiva agitada desde unos mesías de la época y toda lo que se construyó con Malvinas.
No vale la vida de un pobre pibe que muere inocentemente en ese gran absurdo que fue una guerra organizada por poderes que nada tenían que ver con una bandera o una patria. La patria seguirá siendo siempre el otro y no los poderosos que siguen reciclándose solo para dañar al otro con su cultura de ambiciones desmedidas que tanto nos siguen dañando. Quiero en este día, como cada día del año, abrazar a todas esas madres y familiares para compartir con ellos ese profundo dolor que mientras haya vida seguirá presente.
“Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”, dijo Mahatma Gandhi.
*El dibujo llamado “Él estaba ahí” es de José Garay. El dibujante y artista plástico de Entre Ríos realizó un conmovedor dibujo sobre Malvinas en el que retrata la historia de Emilia Fernández, quien se reencontró con la tumba de su hijo Luis Fernández, fallecido a los 35 años, después de la guerra de Malvinas. Su hijo fue uno de los caídos que fueron enterrados como "Soldado sólo conocido por Dios".