La diáspora peronista en Santa Fe (que ya tiene tres y tendrá cuatro o más precandidatos a gobernador de cara al 2023 en estos primeros tiempos); tiene sólo una cosa en mente: volver al añorado escenario de tercios para tener una chance frente al nucleamiento no peronista que hoy se denomina genéricamente como frente de frentes ante la falta de un nombre mejor. Y cree que hay una sola manera de reeditar ese escenario y es con el PRO provincial yendo por afuera y en soledad antes que someterse a los designios radicales que lo amenazan tanto como a nivel nacional. Y también creen los peronistas que hay un solo nombre para poder hacer eso y es Miguel Del Sel. También empiezan a creerlo dentro del macrismo y hasta el propio Mauricio Macri ya volvió a subirlo al ring en varios reportajes.
Del Sel es otro, más silencioso, sabio y por ende callado. “No quiere ningún otro cargo, él siempre está colaborando con el sector pero el único cargo que le interesa es el de gobernador de Santa Fe”, dijo a este diario uno de los dirigentes más importantes del macrismo en la provincia. Las recomendaciones de Macri al ex Midachi son que camine en silencio y reconstruya el partido. Sabe que apenas levante la cabeza van a empezar a esmerilarlo.
Pero el entusiasmo peronista para que Del Sel tercie en la compulsa grande del año próximo, tiene sus inconvenientes. El empresario y humorista no define nada y habla con todos. Es más, habla hasta con sectores del socialismo que negarían a su madre estos encuentros. “Estamos limando los extremos. Los nuestros y los de ellos”, confesó un dirigente del PRO sobre las conversaciones que son más fluidas, dicen, con el sector que era más cercano al lifschitzmo. Aunque “(Antonio) Bonfatti y Del Sel tienen buena relación personal desde siempre”, apuntan.
Los radicales del frente de frentes le dicen en privado a Del Sel el “Oráculo de Delfos”, porque todos están hablando por él pero nadie escucha lo que él mismo tiene para decir porque permanece en silencio. Que, aunque parezca mentira, es una de las cosas más difíciles de aprender en la política y más para alguien que viene del espectáculo.
Los únicos más callados que Del Sel son los socialistas, lo que indica que algo están tramando. ¿En qué podrían coincidir el PS y el PRO en Santa Fe? Ideológicamente en nada, pero la política es principalmente un conjunto de necesidades. Y la necesidad marca que ambos se resisten a quedar subordinados a una conducción radical férrea. Otra coincidencia es que los dos han sido derrotados internamente en sus propios frentes por dirigentes radicales o de partidos afines. Carolina Losada arrasó a los candidatos del PRO en la interna de Juntos por el Cambio y Pablo Javkin se impuso a los socialistas y por fin dio un vuelco a la conducción del Frente Progresista.
Hay una cosa que repiten desde el macrismo que es comprobable en las planillas: en Rosario por ejemplo, socialistas y macristas comparten electorado en un 80 por ciento. Un electorado no peronista, claro.
¿Será esta vez?
El diputado provincial del bloque Igualdad Rubén Giustiniani cree que este es el año de la reforma constitucional en Santa Fe. Sí que es mucho optimismo para un proyecto que viene fracasando desde la recuperación de la democracia. Pero cuando se cumplen 60 años de la sanción de la Carta Magna santafesina, aparecen elementos que pueden abrir camino entre la falta de acuerdos y prosperar. Por ejemplo, es la primera vez que se presenta una iniciativa reformista excluyendo totalmente la reelección del gobernador y su vice. Antes se intentó vedar esa posibilidad para el mandato en gestión en el momento de la reforma pero es la primera vez que se excluye de cuajo y para siempre esa posibilidad.
“Si ese es el escollo saquémoslo directamente del camino y no privemos a los santafesinos y santafesinas de los cambios que necesitamos”, dijo convencido Giustiniani que en esa dirección cuenta con apoyo del propio gobernador Omar Perotti y de sus ministros.
Giustiniani reconoce que nadie le puso más enjundia, dedicación y recursos a la reforma constitucional que el gobernador Lifschitz, y aún así sólo pudo convencer a algunos de llevar adelante los cambios.
La autonomía municipal para Rosario y Santa Fe por ley o vía reforma de la Constitución se discuten hace años y siempre las propone quien está en la oposición que, cuando llega al gobierno, rápidamente olvida impulsarlas. Pero ahora, en medio de una fenomenal crisis de seguridad esas autonomías llevarían directamente a la creación de policías municipales, principalmente para el caso de Rosario. No está claro que esa sea una solución, pero sí le daría más poder al intendente que se vería obligado a no fracasar rotundamente en la materia si quiere tener un futuro en la política.
La deuda federal
Así tituló ayer Rosario/12 en su tapa para resumir la semana de resonantes testimonios en la causa que se sigue contra el capo narco Esteban Alvarado. En el Centro de Justicia Penal de Rosario el jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria Maximiliano Encina contó cómo el juez federal Marcelo Bailaque se negó a autorizar escuchas telefónicas hace casi 9 años atrás para investigar la banda de Alvarado que creció exponencialmente desde ese momento.
Es más, el diputado provincial Carlos Del Frade pretende que el juez Bailaque vaya a la Legislatura a explicar por qué "se negó cuatro veces a investigar a la banda de Alvarado" cuando tenía al menos 14 informes contundentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Unos días después el ex ministro de Seguridad Marcelo Sain dejó su impronta con su testimonio en la misma causa y apuntó a la ex jueza Laura Cosidoy como de "estrechos contactos con la narcopolicía" y también señaló la "componenda política que atraviesa a todos los partidos en la provincia" y señaló directamente "al senador Armando Traferri y al diputado provincial Maximiliano Pullaro". Se ve que no era el estilo de Sain lo que molestaba a los que trabajaron sin descanso para echarlo de todos lados.