La guerra no van con ellos. Las armas, los desfiles y las proclamas bélicas teñidas de patriotismo, tampoco. Quienes hoy se niegan a formar parte de los Ejércitos de Rusia y Ucrania no están solos: los objetores de conciencia siguen presentes en casi una veintena de países del Consejo de Europa que mantienen el servicio militar obligatorio. La suerte de estos antimilitaristas no siempre ocupa la atención de las principales organizaciones europeas, hoy centradas en discursos guerreristas.
La batalla de Charis Vasileiou transcurre en los tribunales griegos. Está allí por negarse a formar parte de un cuerpo militar: este ciudadano griego proviene de una familia perteneciente a los Testigos de Jehová, cuyos miembros se oponen por cuestiones religiosas a formar parte del servicio militar obligatorio.
En abril de 2020, Vasileiou solicitó realizar el servicio civil sustitutorio, algo que contempla la legislación griega. Sin embargo, "su solicitud fue rechazada en marzo de 2021 por el viceministro de Defensa Nacional, tras la recomendación de un comité especial con participación militar, por considerar que sus creencias religiosas no son el resultado de una elección consciente", señalan en un documento conjunto Amnistía Internacional (AI), la Fraternidad Internacional de Reconciliación (IFOR, por sus siglas en inglés), la Internacional de Resistentes a la Guerra, la organización alemana Connection e.V. y la Oficina Europea de Objeción de Conciencia.
Las trabas que se registran en Grecia han sido recogidas por AI en su último informe sobre este país. En 2021 "continuaron las violaciones graves de los derechos de los objetores de conciencia al servicio militar, como enjuiciamientos reiterados, multas y detenciones", señala el organismo de derechos humanos.
En una resolución histórica publicada a finales de ese año, el Comité de Derechos Humanos de la ONU "halló múltiples violaciones del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en el caso del objetor de conciencia Lazaros Petromelidis", recuerda AI.
El caso de Grecia aparece recogido en un detallado informe elaborado por la Oficina Europea de Objeción de Conciencia. Dicho documento, que ha sido enviado al Parlamento Europeo, al comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa y a diversas autoridades estatales, refleja que a lo largo de 2021 "muchos objetores de conciencia en varios países se enfrentaron a persecuciones, detenciones, juicios ante tribunales militares, encarcelamientos, multas intimidación, ataques, amenazas de muerte y discriminación".
Entre esos países se encuentra Turquía, "el único Estado miembro del Consejo de Europa que aún no ha reconocido el derecho a la objeción de conciencia". También se detectaron actuaciones contra los objetores en Armenia, Rusia, Ucrania, Grecia, República de Chipre, Georgia, Finlandia, Austria, Suiza, Estonia o Lituania, países en los que el servicio militar es a día de hoy obligatorio.
"Una vez más, el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar no se menciona en absoluto en el último Informe Anual de la Unión Europea sobre los Derechos Humanos y la Democracia en el Mundo ni en la correspondiente propuesta de resolución del Parlamento Europeo", lamenta esa organización pacifista en su informe.
Rusos y ucranianos
La lucha de los objetores llega hoy al escenario de la guerra de Ucrania. Tanto Kiev como Moscú obligan a los jóvenes del sexo masculino a realizar el servicio militar obligatorio, mientras que persiguen a quienes se niegan a sumarse a las filas de sus respectivos ejércitos.
"Cada vez más personas en Rusia y Bielorrusia no quieren participar en la guerra contra Ucrania", señala la organización pacifista alemana Connection e.V., que destaca que "también hay objetores de conciencia" en territorio ucraniano. Todos ellos atraviesan graves dificultades, lo que ha llevado a distintas organizaciones pacifistas a emprender campañas de apoyo hacia quienes se niegan a participar en este conflicto.
En España, la iniciativa Insumisión a las Guerras ha lanzado una iniciativa en la que, entre otros puntos, insta a "organizar una red europea de apoyo a pacifistas y desertores que desobedezcan a la guerra en Ucrania y que sufran persecución política". "Desobedeceremos las leyes españolas y europeas las veces que haga falta para acoger en nuestras casas a pacifistas y desertores de Rusia y Ucrania", proclama.
Insumisos en España
El informe elaborado por la Oficina Europea de Objeción de Conciencia ubica a España entre los países que anularon la obligatoriedad del servicio militar. El documento incluye la respuesta ofrecida por el Ministerio de Defensa, en la que se destaca que este país puso fin a la denominada mili hace 20 años, al tiempo que subraya que "el derecho a la objeción de conciencia está reconocido en la Constitución Española, que fue ratificada por el pueblo español en el referéndum del 6 de diciembre de 1978, y sancionada por su majestad el rey antes del 27 de diciembre de 1978".
La reseña enviada por Defensa omite cualquier alusión a los juicios y encarcelamientos de insumisos, aquellos que no solo se negaban a hacer la mili, sino que también rechazaban la realización de cualquier pena sustitutoria. Según datos de la organización antimilitarista vasca Kakitzat, 25.000 jóvenes se declararon insumisos, "de los cuales 1.670 terminaron en la cárcel".
En su respuesta a la Oficina Europea de Objeción de Conciencia, el Gobierno alude al artículo 30 de la Constitución, donde se establece que "los ciudadanos tienen el derecho y el deber de defender a España". Allí también está escrito que "la ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías, la objeción de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una prestación social sustitutoria".