A sus 35 años, Jon Batiste finalmente consiguió consagrarse en la noche del domingo en la ciudad de Las Vegas. “Esto es para los músicos. Sigan siendo ustedes”, dijo al momento de recibir el premio Grammy al Disco del Año. Se trataba de la primera vez que un artista afrodescendiente se alzaba con el galardón, luego de que lo obtuviera Herbie Hancock en 2008. We Are, el octavo álbum de estudio del de Luisiana, fue inspirado por el movimiento Black Lives Matter y por la pandemia: dos ejes en los que giró esta vuelta a la presencialidad del premio creado por la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de los Estados Unidos.

A diferencia de lo que sucedió hace un par de semana en los Oscar, en esta 64° edición de los Grammy, conducida una vez más por el cómico sudafricano Trevor Noah, no hubo cachetadas ni situaciones bochornosas. Lo que sí hubo fueron muchos espectáculos musicales, tanto dentro como fuera del MGM Grand Garden Arena, tras dos años de distanciamientos y formatos expeditivos adaptados para la televisión.

Como se se tratara de una muestra de supervivencia, los temas nominados a Canción del Año fueron presentados por vestuaristas, tour managers y otros artífices de la industria de la música. En ese rubro, el vencedor fue Silk Sonic, dúo formado por Bruno Mars y Anderson .Paak, gracias a “Leave the Door Open”. La habían tocado en vivo ante colegas y público al principio de la gala, previo a que recibieran no sólo ese galardón sino también el de Grabación del Año. Y si bien fue una de las performances más destacadas, la que sin duda se robó todos los aplausos fue la de Billie Eilish. La cantante ofreció una impecable interpretación de “Happier than Ever”, desde su inicio en clave de balada hasta su contundente y rockero final, acompañada por un violero y un baterista. Todo esto potenciado por la sugerente dedicatoria que le hizo a Taylor Hawkins, al llevar su imagen impresa en la remera que lució en el evento. El músico de Foo Fighters encabezó el In Memorian, recordatorio a la gente de la industria musical que falleció desde la ceremonia anterior. Pero había que esperar un rato más hasta ese instante.

Olivia Rodrigo fue la otra gran protagonista de la jornada. Con apenas 19 años, la actriz y cantante de Disney Channel se alzó con los trofeos a la Interpretación Pop Solista, Álbum Vocal de Pop (por su disco debut, Sour) y Artista Nuevo”. Antes de subir por tercera vez al escenario, le antecedió Baby Keem, quien junto a Kendrick Lamar lleva adelante el proyecto Family Ties. Ellos ganaron en Interpretación Rap. En otras categorías dedicadas al hip hop, Kanye West recibió el premio a la Canción Rap, por “Jail” (el legendario MC también venció en Interpretación de Rap Melódico), y Tyler, the Creator lo obtuvo por Álbum de Rap, por su disco Call Me If You Get Lost. Mención aparte merce Nas: el 16 veces nominado al Grammy, que fue presentado por Trevor Noah como “el rapero favorito de tu rapero favorito”, brindó un show en el que hizo un popurrí con algunos de sus clásicos, entre los que despuntaron “I Can”, “Made You Look”, “One Mic” y “Rare”.

En la versión 64 de los premios Grammy, la música country volvió a tener un lugar destacado. Es más: fue el gran símbolo del triunfo queer en la gala, con el grupo Brothers Osborne encargado del cierre del evento. Sucede que uno de los integrantes de la dupla, el cantante T.J. Osborne, no sólo confesó ser gay sino que en noviembre último presentó y besó públicamente a su novio. Eso se tornó en un punto de inflexión en un género musical considerado tradicionalmente machista y homofóbico. La banda que completa John Osborne venció en Interpretación Country de Dúo o Grupo por el tema “Younger Me”. Sin embargo, el éxito en ese estilo musical recayó en Chris Stapleton, cuya propuesta (a un tris del rock) le abrió las puertas para recibir Canción de Country y Álbum de Country, de la mano de Starting Over

Jon Batiste se consagró con We Are, su octavo disco.

Luego de que Stapleton ofreciera su discurso, se produjo uno de los momentos más particulares y políticamente marketineros de la velada. En las pantallas del MGM Grand Garden Arena apareció nada menos que la estrella de la política internacional del momento: el presidente de Ucrania, Voloymyr Zelensky, quien comenzó diciendo que no había nada más opuesto a la música que una guerra. Tras un breve discurso, más propio de la propaganda que de la situación musical, aparecieron hashtag y web para colaborar con la causa de su país. Esto dio pie para que John Legend tocara su tema “Free”, en compañía de los artistas ucranianos Mika Newton, Lyuba Yakimchuk y Siuzanna Igidan.

Quizá el momento más emocionante de la noche fue ver a Joni Mitchell subir al estrado, al lado de Bonnie Raitt, para presentar el show de Brandi Carlile. Es que la mítica cantante canadiense rara vez aparece frente a una cámara y menos a sus 78 años. Esta vez hizo la salvedad debido a que el viernes había sido homenajeada por la Academia como Persona del Año, en una ceremonia en la que le rindieron tributo desde que Herbie Hancock hasta Cindy Lauper, pasando por Violet Grohl. La hija adolescente de Dave Grohl homenajeó a Mitchell haciendo una versión rockera de “Help Me”.

Anderson Paak y Bruno Mars: Silk Sonic.

El que no estuvo, por razones lógicas, fue su padre. Ni el viernes ni el domingo. De todas formas, su banda, Foo Fighters, ganó el Grammy en Interpretación de Rock, Canción Rock y Disco de Rock, por Medicine at Midnight. "Esta es la parte del show en la que debería presentar a Foo Fighters. Estaríamos celebrando con ellos. Ganaron tres Grammy más temprano, pero no están aquí, por supuesto, debido a la trágica muerte de su legendario baterista Taylor Hawkins", fue la introducción de Noah para un segmento dedicado a recordar al músico como una suerte de prefacio del In Memoriam. Después de las imágenes de varias etapas de la carrera del Hawkins -que murió el 25 de marzo en Bogotá, Colombia, tras haber tocado por última vez en Lollapalooza Argentina-, siguió el homenaje a las figuras que fallecieron desde la ceremonia anterior: el mítico baterista Charlie Watts (The Rolling Stones), Lee “Scratch” Perry, Meat Loaf, Mark Lanegan, Johnny Ventura y Ronnie Spector (cantante de The Ronettes).

El cierre de ese segmento fue con “Send in the Clowns”, tema representativo de la obra del compositor Stephen Sondheim, quien falleció el 26 de noviembre. Cynthia Erivo, Leslie Odom Jr, Ben Platt y Rachel Zegler se fueron sumando uno a uno para consumar este clásico. Otro clásico que reapareció en esta gala fue Lenny Kravitz. El rockero fue parte de la performance de la cantante de R&B H.E.R. para recrear el hit “Are You Gonna Go My Way” y hasta presentó la última nominación, la de Disco del año.

También hubo participación argentina en la 64° edición de los Grammy. J Balvin invitó a María Becerra a cantar en el escenario el hit “¿Qué más pues?”, y luego de eso Lady Gaga (sin Tony Bennett) hizo un repaso de los temas del disco ganador de Álbum de Pop Vocal Tradicional: Love for Sale. Entre los premios que no figuraron en la gala, vale la pena subrayar el de St Vincent en Álbum de Música Alternativa”, el de Rubén Blades en Álbum Tropical Latino”, el de Juanes en Álbum de Rock Latino o Alternativo” y el de Bad Bunny en Álbum de Música Urbana.