Dos adolescentes de 14 y 15 años fueron atacados a golpes por policías de la sección motorizada de Orán y sufrieron lesiones de distinta consideración. Según argumentaron los policías, creían que los chicos habían robado una motocicleta, pero era de propiedad del padre del menor de ellos. 

La agresión policial quedó grabada en videos tomados por ocasionales transeúntes que se difundieron en redes sociales.  En una filmación, en este  link https://www.facebook.com/1038436933/posts/10223900123144482/, se puede ver a un grupo de policías, parecerían al menos 8 pero los denunciantes mencionan hasta 17, que atacan a patadas y golpes de puño sobre todo a uno de los chicos, que sería el de 14 años. 

La madre de este adolescente, Noelia Altamiranda, informó que realizó la denuncia el domingo, en la Fiscalía penal de la localidad de Hipólito Yrigoyen, donde reside esta familia. "Mi hijo tiene la cara desfigurada", con lesiones en la nariz, la boca; no puede ingerir alimentos sólidos y hace dos días que no duerme porque tiene un zumbido en la cabeza, sostuvo la denunciante. Además, dijo que tiene una preocupación sobre la salud de su hijo porque aún está convaleciente de una intervención quirúrgica en el pecho. 

También Cristian Lugones, padre del otro chico, hizo la denuncia en la misma Fiscalía, el mismo domingo. Contó que su hijo "está golpeado en todo el cuerpo", un tobillo hinchado y le duelen las costillas; en el rostro solo tiene un golpe en el pómulo, porque él "lo único que atinó a hacer es a taparse la cara". 

Altamiranda contó que su hijo salió en la motocicleta de su padre la medianoche del sábado último, con permiso para "dar una vuelta" por una hora, sin embargo, el adolescente decidió ir a Orán, donde cursa el secundario, a la casa de un amigo que lo había invitado. "Yo reconozco mi error", se excusó por haber permitido que su hijo conduzca el vehículo, pero subrayó que la actuación policial fue desmedida, que incluso le recordó a la represión en la dictadura. 

Una vez en Orán, que dista 16 kilómetros de Yrigoyen, junto al compañero de salida de 15 años, ya entre las 2 y 2.30, transitaban por la calle Las Moras y se cruzaron con policías motorizados que empezaron a seguirlos. Al parecer los adolescentes se asustaron y trataron de escapar, y tomaron por una calle de contramano, pero los policías los alcanzaron y les chocaron la moto para obligarlos a detenerse. En ese momento los atacaron a golpes, frente a una parrilla. 

"Los masacraron", aseguró Lugones, quien destacó que los chicos son amigos desde pequeños, son "buenas personas" y ambos son estudiantes. Contó que el relato de sus hijos y los dichos de testigos saben que los policías les decían "chorros" y los acusaban de haber sustraído la motocicleta en la que andaban. Tanto él como Altamiranda destacaron que los chicos no opusieron resistencia y pedían llorando que dejaran de golpearlos. Lugones describió que a su hijo le torcieron el pie y las manos, que "le pisaban la cara en plena avenida" y al otro chico le golpearon la cabeza contra un portón, que quedó manchado de sangre. Altamiranda dijo que su hijo le contó que en un momento perdió el conocimiento "de todo lo que me pateaban". 

Tras la paliza, los chicos fueron llevados al Hospital San Vicente de Paul. Altamiranda Y Lugones dijeron que en el trayecto los policías los amenazaron diciéndoles que si denunciaban que habían sido golpeados los volverían a atacar en cuanto los vieran de nuevo y que luego, después de que la médica de guardia atendiera al chico de 14, que a pesar de las amenazas dio a entender que había sido atacado por policías, un efectivo que estaba presenciando la escena le golpeó la cabeza contra la pared insultándolo y reciminándole que hubiera narrado lo sucedido. 

Luego los llevaron a la Comisaría 20 de Orán. Para entonces las familias de ambos estaban buscándolos. A las 5 de la mañana Lugones recibió una llamada de la dependencia policial informándole que estaban en ese lugar. Cuando llegaron, un policía les previno: "No se sorprendan, porque los chicos están un poco golpeados porque chocaron con una moto". 

Lugones destacó que fue muy doloroso ver a su hijo y a su amigo golpeados como estaban. Entonces intentaron denunciar la violencia, pero los tuvieron con excusas durante una hora y no los atendieron. Finalmente, las hicieron en la Fiscalía. 

Lugones sostuvó que los policías golpeadores intentaron que la médica que atendió a los adolescentes cambiara los certificados médicos que daban cuenta de que las lesiones eran consecuencia de un ataque a patadas y piñas y que, en cambio, pusiera que eran producto de un siniestro vial. Esta médica se negó, entonces buscaron otra que les hizo certificados a medida. El padre dijo que hablaron con la primera médica y les dijo que dará su testimonio si se lo requieren en la causa penal. 

Además de las personas que se contactaron para acercar sus testimonios, Altamiranda dijo que la agresión quedó registrada en las cámaras de seguridad que hay justo en es lugar. "Confío que nadie va a tocar las cámaras", advirtió. En consonancia, Lugones dijo que espera que el hecho se esclarezca porque "una cosa así no se hace"