La pandemia invisibilizada, la de VIH comenzó en los 80’ y antes que cualquier otro nombre se la conoció como Cáncer gay - GRID” o peste rosa” adquiriendo un tono terriblemente estigmatizante y violento desde sus inicios. Recién en marzo de este año en Argentina se presenta una respuesta política conjunta, que propone un abordaje integral con perspectiva de género, establece la obligatoriedad de la asistencia integral, la confidencialidad de su diagnóstico, aborda la lucha contra la estigmatización y la serofobia e incorpora un régimen de jubilación especial reconociendo la vulnerabilidad social de la comunidad.

Las pandemias que no vemos

“Dime cómo tu comunidad construye su soberanía política y te diré qué formas tomarán tus epidemias y cómo las afrontarás: (...)”, escribió en 2019 Paul Preciado, para el libro electrónico Sopa de Wuhan.

Hace 40 años se emitieron las primeras alertas por casos de personas con el virus de inmunodeficiencia humana (HIV) en hospitales de Estados Unidos, cuadros infecciosos de neumonía que la comunidad científica no podía identificar ni describir. Cuatro décadas después, en 2019, China emite también las primeras alertas de un virus emergente de alta contagiosidad llamado COVID-19. La diferencia fundamental es la respuesta social, política y económica que se le da a una urgencia sanitaria en relación a las prioridades.

Lucas “Fauno” Gutiérrez, periodista y activista VIH+, plantea: “Basados en el odio y la discriminación a 'los gays', a las personas usuarias de drogas inyectables, a quienes consideraban ‘promiscuos’, se tomó la decisión política de por años no hablar del tema y que mueran esas abyecciones sin una respuesta”. La desinformación y el miedo fueron un eje central en el abordaje de la epidemia

El activista Mark King refuerza la idea central de esta diferencia no sólo por las características biomédicas sino también por su componente social: “A nadie le importó la gente muriendo de sida al inicio de la pandemia. Los mercados no colapsaron, el presidente no dio conferencias y billones de dólares no fueron gastados”.

¿Y por casa?

Al día de hoy se estima que 136 mil personas viven con VIH en Argentina. De ellas, el 17% desconoce su diagnóstico. En promedio por año se producen 4.800 casos nuevos de VIH en Argentina y 1,7 millones a nivel mundial. Mientras que el número de personas positivas registradas en el mundo es de 38 millones. 

En febrero de este año el proyecto de Ley de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis, ITS y Tuberculosis perdió estado parlamentario por tercera vez. ¿Será la cuarta la vencida? El 29 de marzo pasado acaba de ser presentado nuevamente, en un acto en Diputados con gran apoyo de diversos sectores políticos. Hoy, el acceso a la información y su difusión responsable sigue siendo una de las más valiosas herramientas para combatir las desigualdades, el estigma y sobre todo para acompañar los procesos sociales que requieren iniciativas como ésta.