Como reza el dicho popular, no hay mal que por bien no venga. La séptima edición de Espanoramas, la muestra anual de cine español, realizada el año pasado durante la segunda oleada de covid-19, debió contentarse con exhibiciones exclusivas en formato online, pero permitió pensar e imaginar con tiempo cómo sería el regreso a las funciones presenciales. La octava entrega, que comenzará este jueves en una de las salas del complejo Cinépolis Recoleta y se extenderá hasta el próximo miércoles 13, seguirá luego su camino por las ciudades de Córdoba y Rosario, una primera vez para este encuentro con la cinematografía hispana. “A lo largo de las ocho ediciones, Espanoramas ha ofrecido al público argentino la posibilidad de encontrarse con cerca de un centenar de películas del mejor cine español contemporáneo. Cien miradas diversas sobre España y sobre el mundo, a través de esa lente privilegiada que es la cámara de cine”, escribe Luis Marina Bravo, Consejero Cultural de la embajada de España en Argentina, en la introducción al catálogo de este año, agregando que la apuesta a federalizar el proyecto es “un primer paso para acercar el cine español más reciente a un número cada vez mayor de espectadores argentinos”.
En esta ocasión, serán de la partida doce largometrajes flamantes –ficciones y documentales surgidos de las entrañas de la industria o desde la más furiosa independencia creativa y estética– más un clásico de culto en copia restaurada a partir de los negativos de cámara originales, la maravillosa e inclasificable Arrebato (1979), de Iván Zulueta. Trece proyecciones únicas, una por título, siempre en los horarios centrales de las 19 y las 22 horas, nueva demostración de que el cine producido en España es tan rico y diverso como estimulante en términos artísticos.
Para el asturiano instalado en Buenos Aires Fran Gayo, programador de la muestra desde sus inicios, el octavo Espanoramas confirma el desafío de siempre: “tomarle la temperatura al cine español de cada temporada, es decir, hacer un recorte significativo del cine que se hace en España y tratar de anticiparnos un poquito al futuro”. Gayo afirma que esta edición “es un reflejo de doce meses en los que el cine español ha peleado por seguir en las salas y por llegar al público. El entorno no ha sido precisamente el más halagüeño, con una recta final de un contexto pandémico que parece por momentos eternizarse, con un tibio regreso a los cines y con los blockbusters de rigor copando pantallas por doquier. Y aun así el cine español ha logrado salir a flote y hacer que esa realidad en los márgenes, que hasta no hace mucho considerábamos un posible relevo generacional, pase a situarse en primera línea”.
Grandes nombres
La apertura oficial de Espanoramas tendrá lugar este jueves a las 19 horas con la proyección de El buen patrón, la película de Fernando León de Aranoa que se llevó seis estatuillas en la última edición de los Premios Goya, incluyendo Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor para la estrella del cine ibérico Javier Bardem. La elección a la hora de abrir la programación del encuentro no es casual: en la historia de un empresario dedicado a la manufactura de balanzas en una pequeña ciudad de provincia, un hombre afectado por la inminente visita de una comisión especial y enfrentado a desafíos profesionales y personales cada vez más complejos, el film de León de Aranoa funciona como un espejo amable de las zonas erróneas, tanto las humanas como las sociales, en un relato narrativamente clásico y transparente cuya compleja temática es abordada desde la comicidad asordinada. No es difícil imaginar una posible remake argentina con un Ricardo Darín o un Diego Peretti en el rol central.
Dos largometrajes esenciales de la producción española de los últimos 365 días, que ya tuvieron su paso por el Festival de Mar del Plata hace algunos meses, podrán verse en Espanoramas 2022. Por un lado, Quién lo impide, cruza de materiales documentales y ficcionales fuertemente anclados en el concepto del paso del tiempo, en una etapa esencial de la vida como es la adolescencia. Resultado de un proyecto de rodaje de largo aliento iniciado en 2016, Jonás Trueba, el director de Los exiliados románticos y Virgen de agosto, entrega un relato de casi cuatro horas de duración (hay dos intermedios para estirar las piernas) que mezcla fragmentos de las vidas reales de los jóvenes protagonistas con segmentos imaginarios y reconstrucciones, en un film esperanzado y luminoso que permite atisbar retazos de existencias ajenas y sentirse reflejado en nuestro pasado, presente y, por qué no, futuro.
Espíritu sagrado, opera prima de Chema García Ibarra, es un film tan extraño como indescriptible, una película que parece inspirarse en parte en el humor de Aki Kaurismaki, aunque el resultado final no se parezca en nada al cine del cineasta finlandés. El punto de partida incluye la desaparición de una niña en un pueblo de Alicante y un hombre, su tío, el encargado de un bar que, en los ratos libres, participa activamente en las reuniones de una asociación dedicada al estudio de la ufología. El elemento fantástico que atraviesa la historia, premiada en el Festival de Locarno con una Mención Especial, corre en paralelo con realidades mucho más terribles y dolorosas, pero cualquier clase de descripción sinóptica es incapaz de hacerle los honores a una película de gran originalidad, capaz de sorprender hasta al espectador más avezado en rarezas cinematográficas.
Ficciones de lo real
Dos documentales (con pinceladas de ficción) muy diversos en fondo y forma presentan universos y personajes que, para la mayor parte de la audiencia, pueden transformarse en verdaderas ventanas hacia mundos desconocidos. En su tercer largometraje, Sedimentos, el valenciano Adrián Silvestre acompaña a un grupo de seis mujeres trans de diferentes generaciones durante unas vacaciones en un pueblito de León con mucho de viaje introspectivo de (re)descubrimiento. Entre conversaciones sobre vaginoplastias, recuerdos dolorosos y también felices y salidas para almorzar o cenar, las chicas intentan reconocerse en la/s otra/s, aunque para ello se tornen inevitables los encontronazos y algún que otro encono pasajero. Sedimentos está en las antípodas de cualquier mirada amarillista sobre el tema, la vida privada y pública de las mujeres trans, pero no esquiva la descripción de los cuerpos ni, mucho menos, las contradicciones de cada uno de los sujetos documentales. La exprostituta que sobrevivió al VIH y al cáncer, la especialista en cartas de tarot, la joven estudiante universitaria, la mujer que se decidió a dar el paso y cambiar de sexo bien entradas las cuatro décadas de vida: criaturas inolvidables para un film lleno de hallazgos.
La ciudad en la cual transcurre Magaluf Ghost Town resonará en la memoria de los lectores: hace ocho años, la noticia de una muchacha que había practicado sexo oral a 24 jóvenes en un boliche para hacerse de una botella de vino recorrió el mundo. La discoteca en cuestión estaba ubicada en Magaluf, una de las ciudades balnearias de la isla de Mallorca, destino de muchos turistas “low cost” europeos, en particular veinteañeros. El documental de Miguel Ángel Blanca propone una mirada sobre el lugar a partir de algunos de sus habitantes permanentes: una mujer sexagenaria que ha enviudado tiempo atrás y aún recuerda una ciudad distinta, un adolescente dispuesto a triunfar en el modelaje y escapar del sitio, el dueño de un restaurant y night club cansado del métier de toda la vida. Entre propuestas inmobiliarias que pretenden cambiarle el rostro a Magaluf, el recuerdo de una canción que popularizó el sitio en los 80 y un mito sacrificial que reviste de paganismo las playas, las olas y el viento, las imágenes de los excesos nocturnos (sexo, desde luego, algo de drogas y mucho alcohol) se entrecruzan con las aspiraciones de un inmigrante africano, al tiempo que Blanco comienza a echar fuertes raíces ficcionales en la más estricta realidad documental.
Basada en parte en los relatos autobiográficos de Karen Blixen, más conocida por su nombre de pluma Isak Dinesen, Karen podría describirse como la contracara minimalista de África mía, la célebre biopic de Sidney Pollack basada en la vida de la escritora danesa. En la película de María Pérez Sanz, una miniatura de 65 minutos rodada en 16mm, la cámara se concentra en un puñado de viñetas sobre la protagonista y su criado somalí Farah Aden en la soledad de los campos cafeteros. Una relación que termina imponiéndose con todas las letras de la palabra amistad, a pesar de las diferencias culturales, de clase social y por el propio peso del vínculo laboral. La cantautora española de origen danés Christina Rosenvinge hace una gran labor en su primer papel cinematográfico de peso, además de aportar un par de canciones a la banda de sonido. “Karen es la segunda película de María Pérez. Su ópera prima Malpartida Fluxus Village era un documental sobre la fundación de un museo de arte contemporáneo en un pueblo de Cáceres en los años 70”, afirma Fran Gayo respeto de la elección de la película. “Poco o nada en ese documental podía anticipar el salto de las proporciones que la directora perpetra con Karen, una película de esas que se denominan ‘de época’. Siento que las dimensiones de Pérez Sanz como cineasta realmente empiezan a desplegarse, en una película que es una acumulación de apuestas, por su tratamiento de la luz, de los escenarios y del arte muy particulares, de la música y las interpretaciones”.
También inspirada en hechos históricos, aunque la anécdota forme parte de la imaginación de los autores, la ópera prima de Helena Girón y Samuel M. Delgado, Eles Transportan a Morte, es otro ejemplar notable del nuevo cine gallego. Hablada en ese idioma (y algunas pocas líneas en español), la película encuentra a tres marineros que escapan llevando consigo la vela mayor de una de las naves de Cristóbal Colón. Se trata de tres condenados a muerte que aceptaron el viaje hacia lo desconocido para evitar un destino fatal, y el año es –desde luego– 1492. Los hombres se enfrascan en la supervivencia a toda costa en las Islas Canarias, mientras en el continente una mujer intenta salvar la vida de su hermana menor con la ayuda de una anciana. De enorme poder evocativo y similar libertad a la hora de imaginar un pasado ucrónico, Eles Transportan… (las que transportan la muerte son, desde luego, las tres carabelas) afirma el talento de la dupla de directores, que así se suman a la creciente lista de jóvenes cineastas galegos como Xurxo Chirro, Óliver Laxe, Lois Patiño y Eloy Enciso, entre otros.
Patatas bravas
Otro de los títulos destacados de Espanoramas cosecha 22, Destello bravío, dirigido por Ainhoa Rodríguez y lanzado al mundo en el Festival de Rotterdam es, para Gayo, uno de los títulos más sorprendentes de la selección. “Además de ser una película tan enérgica, tan segura de sí misma, y que en cuanto a referentes parecería saltarse varias décadas de cine español y poner un pie directamente sobre el cine de Luis Buñuel, está el hecho de que literalmente surgió de la nada. Es decir, se trata de un film que un lunes nadie había escuchado hablar de él y que, de repente, el martes ya sabíamos que había sucedido algo importante, que estábamos encarando a una directora personal, irreductible, furiosa casi, que no pertenecía a ninguna familia ni grupo que la legitimase de entrada, pero que decididamente era el nuevo nombre al cual seguir. De algún modo, esto te lleva a pensar que este oficio nuestro, el de programar, aún puede deparar momentos en los que se te rompen los esquemas, que el cine sigue siendo un arte tan imprevisible y lleno de vida como un adolescente”. La trama coral de Destello bravío incluye a un grupo de mujeres, habitantes de una comunidad rural del interior, y su deseo de encontrar una vida diferente, más rica y atractiva, en una película tan “extraterrestre” como profundamente cercana y familiar, valga la gran paradoja.
Libertad, primer film como realizadora de la guionista Clara Roquet, ganadora del Goya a la Mejor dirección novel, tuvo su estreno mundial en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes y es un clásico relato de iniciación a la vida adulta durante una temporada de vacaciones en la costa. Allí, la matriarca Ángela, que sufre de Alzheimer, observa los movimientos de los familiares de sangre y los políticos sin terminar de comprender quién es quién. Pero la verdadera protagonista es su nieta Nora, de catorce años, cuyo apacible (y algo aburrido) verano cambia radicalmente cuando conoce a Libertad, la hija de la empleada colombiana que cuida a la anciana y se desempeña como mujer-para-todo en la amplia casa de descanso. Desde luego, como su nombre lo indica, Libertad le enseña a Nora que hay un mundo mucho más amplio del que había imaginado, con sus zonas luminosas y oscuras.
La programación de Espanoramas se completa con Mediterráneo, de Marcel Barrena, otro de los “tanques” de la producción española reciente, cuyo relato de ficción está inspirado en la impactante fotografía del niño sirio ahogado en las aguas del Mar Mediterráneo durante la crisis inmigratoria de 2015. Eduard Fernández, Anna Castillo y Sergi López encarnan a un grupo de socorristas dispuestos a ayudar a aquellas personas que, escapando de los conflictos bélicos, arriesgan la vida al cruzar el océano en embarcaciones precarias. Finalmente, al film de Barrena se le suman la autoficción sobre relaciones sentimentales ¿Qué hicimos mal? de Liliana Torres, y el documental El retorno: la vida después del ISIS, de Alba Sotorra, centrado en un tema peliagudo: aquellas mujeres occidentales que, durante la adolescencia, abandonaron sus países natales para unirse al ISIS y ahora desean regresar a casa.
- 8° Espanoramas - Muestra de cine español en Argentina
- Del 7 al 13 de abril en Cinépolis Recoleta
- Programación completa, días y horarios: https://www.cceba.org.ar/cine/espanoramas2022
- Espanoramas continuará su recorrido en Córdoba (jueves 21 al miércoles 27 de abril en Cineclub Municipal Hugo del Carril) y Rosario (Cine Arteón, del martes 26 al sábado 30 de abril).