La escalada en la conflictividad social, potenciada tras el acampe de 48 horas que las organizaciones de izquierda habían realizado en el centro porteño, comienza a hacer reflotar los discursos más duros de Juntos por el Cambio. “Lo que pasó acá fue una extorsión, me da muchísima bronca, usan a la gente”, aseguró el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, contra las personas que se habían manifestado la semana pasada, a quienes llamó “cobardes” y exigió que se les quitaran los planes sociales a modo de castigo por haber interrumpido el tránsito.
Las organizaciones de izquierda que están llevando a cabo las medidas de fuerza, nucleadas en Unidad Piquetera, repudiaron esas declaraciones y reafirmaron el plan de lucha. Ahora, todos los ojos están puestos en la reunión que mantendrán mañana con el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, y que definirá si se destraba o no el conflicto que el Gobierno nacional mantiene hace semanas con las organizaciones de izquierda. Si bien Zabaleta ya había protagonizado algunos cruces con ellas por los cortes de calle, en esta ocasión se diferenció del gobierno porteño: "El camino no es amenazar con sacar la asistencia a quien lo necesita", afirmó.
"Lo que pasó fue una extorsión, me da muchísima bronca, usan a la gente. ¿A alguien se le ocurre que la gente viene en forma espontánea? Los traen extorsionados de que si no vienen, les sacan el plan. Y lo peor es que usan a los chicos, los ponen como escudos, a las mujeres, para que no los desalojen. Son unos cobardes en usar a los chicos para eso", afirmó Larreta que suele representar el "ala blanda" de Juntos por el Cambio. Todo ocurrió durante durante un acto por la presentación de un plan de Renovación del Casco Histórico de la Ciudad. Al momento de hablar el jefe de gobierno porteño no tuvo contemplaciones contra les militantes de organizaciones sociales de izquierda que protagonizaron el acampe en la avenida 9 de Julio en reclamo de creación de nuevos puestos de trabajo o, en su defecto, la ampliación del programa Potenciar Trabajo (que hoy alcanza a 1,2 millones de personas).
A pesar de esta situación de emergencia social, la solución que presentó Larreta --quien muchas veces necesita endurecer su discurso en el marco de la interna que mantiene con los "halcones" del PRO-- fue quitarle los planes sociales a quienes se habían manifestado: "Pedimos al Gobierno que les saque los planes sociales, que tienen como condicionalidad que los chicos vayan a la escuela. Los chicos que estaban acá no estaban cumpliendo. Hagan cumplir la ley, saquen los planes y van a ver que no vienen más", remató, confundiendo la Asignación Universal Por Hijo (AUH) con el Potenciar Trabajo.
"Me da vergüenza ajena que un dirigente que se está probando el traje de presidenciable confunda la AUH con el Potenciar Trabajo. Porque cuando él plantea dar de baja los planes porque la condicionalidad es que los chicos vayan a la escuela está hablando de la AUH que, como dice su nombre, es universal", le respondió la coordinadora nacional del Movimiento Barrios de Pie, Silvia Saravia, en diálogo con Página/12. Saravia, cuya organización forma parte de Unidad Piquetera, cuestionó además que Larreta hablara de "extorsión" cuando el acampe había sido "totalmente pacífico y masivo". "Proponer aplicar una figura penal a una protesta social es muy bajo. Porque reprimiendo no es que la pobreza se va a terminar, si no al revés", objetó.
"Es un canalla. Él es el cobarde porque cuando le tocó ser gobierno, ¿qué hizo el gobierno de Macri? Aumentó los planes sociales. Es decir, no creó trabajo que es lo que reclamamos nosotros. Y ahora nos acusa de llevar a los chicos cuando le faltan 30 mil vacantes en las guarderías de Capital", respondió, con vehemencia, el dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, quien acusó a Larreta de estar haciendo campaña con un discurso duro para que no lo acusen de blando: "Es un escándalo que se haga política con las necesidades populares. Nuestras compañeras y compañeros están en la movilización porque tienen la convicción de que no se puede seguir viviendo en medio de un ajuste y el gobierno porteño no puede amenazar con represiones ni bajadas de planes que ni hizo durante su propio gobierno", indicó.
Si bien su pedido de "sacarle los planes" a quienes protestan fue lo que causó mayor repercusión --al punto de que, unas horas después, Patricia Bullrich no quiso ser menos y también salió a decir en una radio que "los planes sociales no dan ningún resultado y hay que sacarlos"-- , las declaraciones de Larreta no terminaron ahí. Poco después sostuvo también que piensa pedirle al Gobierno nacional que le "corte el ingreso" a la Ciudad de Buenos Aires a los manifestantes la semana que viene, para cuando se prevee que habrá otra manifestación masiva. Según pudo saber este diario, el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, mantuvo un contacto con su par en Nación, Aníbal Fernández, con el objetivo de "trabajar de manera conjunta para evitar situaciones como las de la semana pasada". Cerca de Fernández, sin embargo, aseguran que cortar los accesos sería impracticable: "¿Cómo paras 10 mil personas en la estación de Constitución? Solo reprimiendo y eso no lo vamos a hacer", señalaron.
La respuesta del gobierno nacional
El gobierno nacional, mientras tanto, buscó despegarse rápidamente de las declaraciones de Larreta. "El lunes dije que había que dejar de apretar a los argentinos y lo vuelvo a decir: no hay que cortar las calles. Tampoco el camino es amenazar con sacar una asistencia a quien lo necesita", declaró el ministro Zabaleta. El funcionario había apuntado también con dureza contra las organizaciones de izquierda (opositoras al gobierno) que habían llevado el acampe, acusándolas de "apretar a los argentinos" y convocándolas a buscar "otra movilidad de protesta". En este caso, sin embargo, el ministro optó por diferenciarse y apuntó contra la responsabilidad de Mauricio Macri por la crisis social previa a la pandemia: "Tomamos una decisión: salir de la crisis que nos dejó la pandemia sanitaria y el gobierno de Macri con la mayor tranquilidad posible y abrazando a los más necesitados, pero también a los comerciantes, a las pymes y a las industrias".
Para mañana esta pautada una reunión en el Ministerio de Desarrollo Social con representantes de las más de 30 organizaciones que forman parte de Unidad Piquetera, que reclaman la reapertura de los Potenciar Trabajo y que se regularice la provisión de alimentos a los comedores comunitarios que sostienen en los cientos de barrios populares del país. En el caso de que las negociaciones no lleguen a buen puerto, el objetivo de las organizaciones es profundizar el plan de lucha con una movilización masiva al centro porteño el próximo 13 de abril. De momento, sin embargo, los movimientos piden cautela: "No queremos anunciar ninguna medida hasta que se realice la reunión para que no constituya una amenaza. Queremos ir con el espíritu de sentarnos a negociar condiciones concretas. Si no se dan veremos", afirmó un relativamente optimista Belliboni.