La Comisión de Acción Política del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires fue el escenario sobre el que se desarrolló el primer acercamiento público entre los dos sectores que se disputan la primacía de cara a las elecciones de este año. Invitados por el titular, Fernando Espinoza, una delegación de dirigentes que apoya la precandidatura de Florencio Randazzo participó del cónclave, convocado con la excusa de hacer un diagnóstico de la situación económica en el distrito. Aunque insistieron, en soledad, con la necesidad de dirimir las diferencias en primarias, la presencia de los cuatro representantes del ex ministro de Interior fue interpretado como una buena señal por los organizadores, que apuestan por la unidad del espacio.

Antes de la reunión, todos los intendentes peronistas de la populosa tercera sección electoral manifestaron su deseo de que Cristina Fernández de Kirchner sea la candidata que unifique bajo su paraguas toda la oferta electoral. Encabezados por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Patricio Mussi (Berazategui), los jefes comunales aseguraron: “Queremos a Cristina en el Congreso para frenar el ajuste que está realizando Cambiemos”. La novedad del encuentro entre referentes de la zona sur del Conurbano fue la participación de la diputada Dulce Granados en representación de su marido, Alejandro Granados, alcalde de Ezeiza y que hasta hace poco negociaba con la gobernadora María Eugenia Vidal su incorporación a Cambiemos. Ayer, se sumó al clamor por la nominación de la ex presidenta.

Más tarde, ya en el cónclave de la CAP, el pedido de unidad de los intendentes de la tercera fue acompañado por la amplia mayoría de los presentes. En solitaria excepción, los cuatro invitados que forman parte del armado de Randazzo expresaron su disidencia e insistieron en la necesidad de ir a las PASO. El ex presidente de la cámara de Diputados, Julián Domínguez, el legislador del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro, el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, y el senador Juan Manuel Abal Medina fueron los embajadores del ex ministro de Interior. “Las primarias son la mejor herramienta que tiene el peronismo para elegir sus candidatos”, fue su postura.

Si bien este sector sigue mostrando una determinación sin fisuras de presentarse a las PASO con la candidatura de Randazzo como estandarte, han moderado sutilmente el discurso en las últimas horas, mientras los esfuerzos de quienes buscan la unidad para alcanzar un acuerdo se redoblan. “La unidad es necesaria, lo que está en debate como se construye”, dijo Navarro en una entrevista radial, entreabriendo la puerta a un eventual acuerdo de unidad. Más temprano, Domínguez, uno de los más críticos con la ex presidenta, reconoció ahora que “Cristina es la dirigente más importante de la oposición” aunque insistió en que “es necesario un amplio debate” para “dejar atrás al sectarismo”.

Fue una reunión con “buen clima” en la que se sentaron las bases para “seguir avanzando en un diálogo franco”, según describieron los presentes consultados por este diario. La coincidencia general fue la necesidad de “llegar a las elecciones con una propuesta unificada” contra el gobierno de Macri. “Si hay PASO, después del 13 de febrero le daremos 48 horas para llorar al perdedor pero tenemos que ponernos a trabajar juntos con la mente puesta en octubre. Si finalmente existe una lista unificada, tiene que contener a todos los sectores para que nadie se sienta excluido por un acuerdo entre dirigentes y le quite el cuerpo a la campaña”, resumió uno de los invitados.

El encuentro en la tradicional sede del peronismo sobre la calle Matheu, en el barrio porteño de Once, había comenzado con la exposición de un grupo de economistas de distintos sectores del partido que redactaron un documento llamando la atención sobre los aspectos más críticos de la gestión de Cambiemos. Para esta comisión de expertos, de la que participan Axel Kicillof, Debora Giorgi, Armando Bocco, Silvina Batakis y Roberto Feletti, entre otros, “el gobierno equivoca la caracterización de la situación internacional” y “genera una apertura en un mundo que tiene a cerrarse” cuando “lo aconsejable sería la protección del mercado interno”. Este error de diagnóstico genera “una agudización del desequilibrio” de la macroeconomía.

“La principal preocupación” de los economistas del peronismo es “las correcciones que se harán” para corregir “ese desequilibrio”, le explicó Feletti a PáginaI12. El temor es que esas correcciones profundicen el “cambio de términos de intercambio muy negativo para los sectores populares” que tuvo lugar en el primer año y medio de administración de Cambiemos. “Macri dice que no tiene plan B”, denunciaron. Finalmente, presentaron una serie de propuestas para corregir el rumbo: “Shock de demanda, recomposición de los ingresos de los sectores populares, administración del comercio para proteger el mercado interno y la creación de una mesa de concertación social y económica”.