Se sabe en España y en los lugares del Caribe donde legaron su acento que los oriundos de las Islas Canarias gozan de un gran sentido del humor. A pesar de esa fama, Paola Rivero, guitarrista de Cariño, se considera súper seria. Pero hay otro rasgo que distingue a los canarios: cómo observan el comportamiento humano. Y de eso sí no puede huir la música chicharrera, porque para muestra están los temas que hilvana junto a María Talaverano (voz y teclado) y Alicia Ros (voz y bajo).
El trío está considerado hoy por hoy el gran reivindicador de la tradición del pop a la española. Y llega para su debut porteño este jueves en Niceto Club, como parte del tour de despedida de Movidas, su fabuloso primer álbum, de 2018. Porque ya están cocinando su sucesor.
"Al final, es el resultado de nosotras tres juntitas haciendo música", resume Paola por teléfono desde su base de operaciones en Madrid, sobre el éxito y el revuelo que generó Cariño en la escena de la nación europea. "Desde que nos juntamos en 2018, sólo sabíamos hacer esto."
--¿Ya se puede omitir la pandemia de las canciones y las notas?
--Desgraciadamente, hay que hablar de la pandemia porque teníamos un montón de planes, como tocar en el Coachella 2020 o una gira por Norteamérica, y se nos cayeron. Sin embargo, gracias a ese parón nos dimos cuenta de lo que hicimos y de lo que queríamos hacer. Y empezamos a hacer el disco que sacaremos ahora. Pero al principio fue un palazo.
► Todas las formas del Cariño
Mientras sus melodías de sonido guitarrero cautivaban a toda una generación, la terna se convirtió instantáneamente en un icono moderno del colectivo LGBTI en habla hispana, a partir de un puñado de letras tan frontales como desfachatadas.
"Por suerte o por desgracia, sólo sabemos escribir de nuestras propias experiencias", cuenta la música. "Así que cualquiera se puede identificar. Yo he llorado en una acera, y también he pensado que quiero vivir con la persona que estaba en ese momento. Y al mismo tiempo tenemos letras súper irónicas, y son bastante graciosas."
--¿Alaska es la primera referencia de ese cóctel del que ustedes también beben?
--Escuché algunas canciones suyas, pero nunca me sumergí demasiado en su música. Nadamos más en la escena de Los Fresones Rebeldes y del tontipop, sobre todo al principio. Otras referencias son las del sello Elefant Records, que nos terminó fichando para sacar nuestro primer álbum. O también Rosalía y Charli XCX, que entiendo que se vea un poco rara entre esas influencias, pero escuchamos mucha música y no nos encasillamos en ningún lado. Somos parte de una época de efervescencia cultural. Si bien vino un virus y lo paralizó todo, tenemos una escena musical muy rica. Y está volviendo.
--¿Son una respuesta a la misoginia del trap español?
--Es cierto que hay dos escenas muy fuertes en España, y entiendo que desde afuera se vea así. Pero se retroalimentan mucho, y van pasando la bola. Y eso es súper bonito. No hay rivalidad ni nada. A diferencia de nuestro primer disco, en el nuevo "actualizamos el software". Tenemos un tema como Si quieres, que es muy representativo de nuestro sonido, pero también hay otro que tiene un beat de reggaetón.
--¿Hacia dónde apuntan las letras de su segundo disco?
--Seguimos estando en el mismo hilo.
--¿Y los títulos? Le dan mucha bola a eso…
--Los títulos son súper importantes. Una obra de arte contemporáneo se cierra así. Tú lees el nombre y ya tienes idea de por dónde viene todo. Hay algunos dados por la propia canción, como No me convengo, y otros más visuales entre los que están Carita triste (por el emoji) o Mierda seca.
--Pese a que su tema Bisexual es muy gráfico, hablar de eso aún es tabú.
--No tenemos filtro. Eso se nota. Hablamos de nuestras experiencias, pero también desde nuestra propia posición. María y yo somos lesbianas. Si ella y yo creemos que nuestra canción tiene que estar dedicada a una mujer, ¿por qué taparlo con heteronormalidad? No tiene sentido. Decidimos hablar así desde el primer momento. Estamos en 2022, pero todavía hacen falta iconos LGBTI. Es fuerte que aún haya cantantes que oculten su homosexualidad.
--¿Cómo responde la sociedad de tu país cuando retan a ese oscurantismo?
--No padecimos la inquisición, porque al hablar desde ese punto de vista nos posicionamos más hacia un público LGBTI. Sabemos que no todos se van a sentir cómodos al escuchar nuestras canciones. No nos mola la censura. Que te condicionan las personas que te escuchan, sí. Hay gente que se molesta cuando dices mucho que eres lesbiana, y al mismo tiempo nos llegan mensajes de niños y niñas que nos dicen que salieron del armario gracias al tema Bisexual. Me quedo con eso.
--¿Cómo negocian con Alicia la identidad de género en las canciones?
--Alicia es muy respetuosa, y también muy abierta con este tipo de cosas. Cuando escribe lo hace para quien le plazca en ese momento. Ella les escribe a chicos, y no hay ningún problema con eso. Lo que sí puede pasar es que al escuchar nuestros temas algunos puedan pensar que ella también es lesbiana, pero no termina pasando nada.
--Dijiste que faltan iconos LGBTI. ¿Cómo se llena esa ausencia?
--No lo sé. Yo soy del '95, y a lo mejor me quedo perdida en muchos ambientes. Pero recuerdo de niña preguntarle a mi padre por qué en las canciones se hablaba de chico a chica, y no al mismo sexo. Hoy, tantos años después, lo que exijo al momento de trabajar, en cualquier ámbito, es el respeto. Pero si no lo infundes, no lo puedes pedir. Y eso lo intentamos las tres. Si no lo haces, te pudres por dentro.
► Metiendo cañita por aquí y por allá
Antes de que existiera Tinder, estaba Wapa: una app de citas para lesbianas. Ahí se conocieron Paola y María. Aunque no se les dio el amor, ese flirteo devino en un grupo. "Es muy fuerte: al final, salió rentable", cavila la tenerifeña. "No pasó nada, pero luego quedamos como amigas. Escuchábamos la misma música. Cada vez que coincidíamos, compartíamos auriculares. Hasta que dijimos que teníamos que ser DJs. María insistió en que debíamos hacer un grupo porque yo sabía tocar, y ella tenía poemas."
Pero necesitaban a una integrante más por "un tema de distribución de la banda". Entonces fueron a ver al otro grupo de Alicia, El Buen Hijo. "Al salir, le mostramos la canción La bajona. Y ella dijo que sí, pero con la condición de que tenía que cantar. Corría 2017."
--Y vos, ¿por qué elegiste ese sonido de guitarra?
--Nos mola mucho meter cañita. Y eso se ve en el nuevo disco, donde hay muchas capas de guitarras. Hay bastante distorsión, juego de pedales.
--El cover que hicieron en ese plan de Llorando en la limo, de C Tangana, es sexi.
--Ese cover lo hicimos en pijama. Y son cuatro pistas, en realidad. Queríamos hacer algo que no sonara a la misma canción, sino traerla a nuestro terreno. Creo que estuvo bastante guay.
--Se definen como "tontipop", pero de tonta no tenés ni un pelo…
--Lo digo más por los mensajes: son muy visuales y directos. Además, la etiqueta mola un montón. Si bien nos fuimos alejando de ese sonido, siempre lo tendremos en nuestro corazón.
--Supieron contar la época que les tocó vivir. Ese será su legado.
--Eso es lo que tiene sentido en el arte. Que esté contextualizado, que hable del tiempo en el que se vive. Eso es súper precioso. Pero no sé por qué ya hablamos de esto, si habrá Cariño por mucho rato. Te lo voy adelantando.